Tlatelolco en 1968

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Según el “El Libro Blanco” de la PGR, de los hechos en la Ciudadela dice así: “en la mañana del 26 de julio, líderes de la Juventud Comunista y de la CNED determinaron (…) enviar grupos de choque a la manifestación del Politécnico para provocar desórdenes, a fin de que tuviera que intervenir la policía y en esta forma se agravara el problema existente entre ésta y los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional”. (Castillo, 2008,21 de mayo 2017). Para esto las escuelas estaban en paro de labores por la desconformidad que tenían debido a la represión que el gobierno había cometido.

La marcha que realizaron las preparatorias terminaron sin incidentes pero los integrantes de la CNED y la Juventud Comunista invitaron para que se unieran entonces así crear más multitud en la marcha pero al momento de ir caminando se dirigían a una trampa que el cuerpo policial les estaban creando. Cerraron salidas de calles para evitar que los estudiantes corrieran y poder abatirlos. En “El Libro Blanco” el presidente de la Republica Gustavo Díaz Ordaz declaro que lo único que estaba haciendo era controlar los “desordenes” que estaban ocasionado los estudiantes con petición del Secretario de Gobierno Luis Echeverría.

El 29 de julio de 1968 varios estudiantes habían tomado a más o menos unos 200 camiones que a la vez saquearon la gasolina de los autobuses para convertirlo en fuego y también a los autobuses incendiarlos.

Atentado a San Idelfonso

Este hecho fue el que detonó el movimiento estudiantil de 1968. En la madrugada aproximadamente a las 2:00 am del 30 de julio de 1968 un grupo de soldados penetraron las preparatorias 1, 2 ,3 y 5 de la UNAM y la vocacional 5 del IPN, pero lo que hizo que los estudiantes sintieran el enojo y repudio total hacia el gobierno fue el bazucaso que aventaron en las puertas de la preparatoria 1 de San Idelfonso. En los enfrentamientos de los policías y estudiantes dejaron como saldo a unos cuatrocientos heridos y unos mil jóvenes detenidos y que solo al momento de derrumbar el portón de la preparatoria dejó de saldo al menos diez muertos.

Pliego Petitorio De Los Estudiantes

Un día después del bazucaso de San Idelfonso, el 31 de julio de 1968, los estudiantes realizaron un mitin enfrente de la UNAM para que el rector Javier Barros Sierra leyera un pliego petitorio que habían redactado debido a la represión y la negación al derecho de expresión de libertad que los estudiantes sentían.

Este decía que: la libertad de todos los presos políticos, la derogación de los artículos 145 y 154 bis del Código Penal, destitución del jefe y sub jefe de la Policía Preventiva del Distrito Federal Luis Cueto y Raúl Mendiolea, respectivamente, indemnización de los familiares y heridos de los sucesos de represión anteriormente ocurridos, eliminación del grupo policial granadero y castigo a las mentes intelectuales del acto de represión en contra de los estudiantes. Así mismo pedían que las autoridades pudieran entablar un dialogo a petición de las necesidades que querían.

Días posteriores al pliego petitorio.

El 5 de agosto los estudiantes que eran parte del FNET se salieron de ese grupo y se fueron con el comité de huelga del IPN. Días después aproximadamente 200 personas iniciaron un nuevo comité que en su momento fuese el principal y único para poder realizar conversaciones ante el Estado, este comité se llamó Consejo Nacional de Huelga (CNH) y se formaba a partir de estudiantes del IPN, UNAM, Chapingo y de la Normal De Maestros.

Para ese entonces, la violencia fue subiendo exponencialmente a tal grado que si los estudiantes hacían mitin fugaz, es decir, que proponían una marcha en la mañana y se realizaba a las dos horas de proponerla también llegaban los granaderos y el cuerpo policial a enfrentarlos con una violencia que nunca nadie pensó que así fuera a reaccionar el gobierno y más siendo estudiantes. Pero eso no detenía que los estudiantes continuaran con las protestas, seguían llegando cada vez más personas y ya no eran solamente estudiantes ni maestros, sino también obreros, amas de casa, profesionistas que sabían lo que realmente estaba pasando a grado que les daba coraje saber la forma tan inhumana de deshacer las marchas y la represión al derecho de libertad de expresión.

De ahí en adelante seguían los mítines y las marchas que nunca persistieron pero tampoco aceptaban las negociaciones hasta que el 27 de agosto realizaron un mitin frente del zócalo “Los estudiantes tocaron las campanas de Catedral e izaron una bandera rojinegra en el asta bandera, frente a Palacio Nacional. Centenares de jóvenes decidieron permanecer en el Zócalo en demanda de diálogo público con el presidente Díaz Ordaz, pero la madrugada del día 28 fueron desalojados por policías y un contingente de infantería a bordo de tanquetas. Un total de 300 personas fueron detenidas. Al día siguiente, en un presunto acto de desagravio a la bandera, se dio una curiosa e inesperada rebelión de burócratas, que habían sido acarreados al Zócalo, quienes gritaban: “Somos borregos, beee, beee””. (Gustavo, 2008, 21 de mayo de 2017). Eso nadie se lo esperaba pues en ese entonces el gobierno era el enemigo número uno del pueblo mexicano.

En el IV Informe de Gobierno la fecha 1 de septiembre de 1968, Gustavo Díaz Ordaz dice: “Hemos sido tolerantes hasta excesos criticados pero todo tiene un límite (…), no podemos permitir ya que se siga quebrantando irresistiblemente el orden jurídico como a los ojos de todo el mundo ha venido sucediendo”. Este discurso hizo que todos los diputados apoyaran aún más al presidente aludiéndolo con aplausos y respaldando la postura que tenía.

Los estudiantes al escuchar este discurso se dieron cuenta que lo peor estaba por venir, con esta serie de amenazas incitaron a el comité CNH a pensar en cómo detener esto de manera pacífica pero también el presidente del comité dijo que él no quería causar disturbios ni muchos menos el objetivo era impedir los Juegos Olímpicos. Así pues los estudiantes convocaron a las personas a realizar la famosísima Marcha Del Silencio, realizada el 13 de septiembre de 1968. A esta marcha arribaron un aproximado de 300 mil personas que nunca nadie se esperaba para los tiempos esos, se inició una vez más en el Museo De Antropología hacia el Zócalo. Una de las mayores razones de hacer esta marcha es dar cuenta a la sociedad mexicana que los estudiantes no tenían la culpa como lo decían las autoridades, aquí el silencio decía más que mil palabras. Señalaba toda la incomodad que tenían los estudiantes.