Venezuela Republicana Contemporánea

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A raíz de los sucesos del congreso, Monagas afianza su mandato y refuerza su poder personal. La guerra civil comienza en febrero de 1848 hasta mediados de 1849. Páez dirige las acciones contra el Gobierno, apoyado por tres oficiales de experiencia y prestigio, Carlos Soublette, Judas Piñango y José María Zamora. Muchos consejos municipales de Apure y Barinas lo apoyaron con bandos, pero el pueblo no respondió con entusiasmo. Páez apenas pudo juntar 800 reclutas sin armamento lo que conlleva a su derrota, marchándose al exilio para pretender volver, pero lo pondrían preso por el ejército monaguero.

Los campesinos le dieron la espalda porque creían que Monagas los amparaba y les daría las tierras que estaban esperando desde la Independencia. Aferrados al nuevo espejismo, los pardos y los hombres de la sabana cambiaron a Páez por el flamante dictador, quien estando seguro en el poder, ordena el exilio del derrotado Páez.

Con la salida de Páez aumenta el poder del Presidente, cuya autoridad llega a extremos en vísperas de la elección para el próximo periodo constitucional, que comenzaría en 1851. Propone la candidatura de su hermano menor, el general José Gregorio Monagas, un capitán a quién Bolívar llamó “Primera Lanza de Oriente”. Ocurrieron tímidas protestas por la elección, pero son controladas por la represión. La mayoría lo vota como Presidente de la República para el período 1851-1855.

Contra las expectativas, José Gregorio Monagas inicia su gestión con la crítica del Gobierno precedente y con ofrecimiento de reformas. Hablaba ante el Congreso de una crisis generalizada, de la bancarrota, del declive de los negocios particulares, de la desorganización de la burocracia y de notables fallas en la administración de justicia, como consecuencia de la ineficiente gestión de su hermano y promotor. Acotaba que las cosas cambiarían, mediante la reorganización de la hacienda pública, la emisión de papel moneda y el fortalecimiento de los regímenes provincial y municipal.

Pero no hizo nada de lo que ofreció a los presentes. Se limitó a declarar vacantes en los empleos dependientes del ejecutivo, con el objetivo de suplantar los ideales de su hermano por sus ideales propios. Pretendía sacar a los orientales de Maturín para introducir los orientales de Barcelona, la cual era su ciudad natal y centro de su poderío, para hacer una República a su medida. La orientación provoca los enfrentamientos de dos frentes, los tadeístas y los gregorianos, en el cual se gasta el tiempo mientras se desatienden las funciones del Gobierno.

El deterioro político hace que numerosos dirigentes de los partidos liberal y conservador se junten para conspirar. Ambos sufren las consecuencias del personalismo, y ello les conduce a promover un alzamiento. En julio de 1853 comienza en valencia dicho alzamiento, que es apoyado por fuerzas en Barquisimeto, Barcelona, Margarita y Cumaná. Al comienzo son derrotados por los gregorianos, pero en 1854 insisten, proclamando la jefatura de Páez. Una cadena de combates conmueve las adyacencias de Caracas, pero el gobierno triunfa porque los funcionarios carecen de capitanes con experiencia en guerras.

Al finalizar el período gregoriano, José Tadeo Monagas asumiría nuevamente la presidencia. Dicho período se inicia con tolerancia, con la finalidad de diferenciarse del pasado, el Presidente permite la deliberación a través de la prensa y anuncia que en el congreso podía trabajar con autonomía. Debido a una crisis monetaria de Europa y los Estados Unidos, a comienzos de 1858 ocurre una merma que influye en los precios del café, el cuero y los productos de la caña.

Pero los problemas económicos no impidieron que José Tadeo pretendiera perpetuarse en el poder. Por el contrario propone la reforma de la constitución, con el objetivo de dotar de mayor autonomía a los municipios, democratizar el sistema electoral y modernizar la labor de los ministerios. Esta propuesta vino seguida de protestas generalizadas, ya que pensaban que era un plan para asegurar su continuidad.

Antes que se apruebe la constitución, el personalismo de José Tadeo estimulo la junta de influencias para organizar una revolución en su contra, que acabara con su dinastía de una vez por todas. Luego de diversos ensayos en busca de un líder militar, colocan al frente del movimiento al comandante de armas en Carabobo, el general Julián Castro, el cual se levanta en armas el 18 de marzo de 1858. Unión de los partidos y el olvido del pasado fueron sus proclamas que se divulgaron con entusiasmo en un pueblo que estaba cansado del personalismo de los Monagas. Siendo esta una revolución victoriosa que asumiría el poder. Julián Castro se ubica en las comandancias a oficiales reconocidos por su repudio a los liberales, con el apoyo de ellos, la revolución busca legitimarse llamando a un Congreso Constituyente, conocido como la Convención de Valencia.

Después de lograr la renuncia de Monagas, Castro es elegido Presidente Provisional de la República y en 1859, Presidente interino hasta que se celebrarían las elecciones. Castro aprovecha el inicio de la Guerra Federal y los alzamientos, para mantenerse en el poder a través de la estrategia de declararse enfermo y hacerse sustituir por el vicepresidente Manuel Felipe Tovar, quien formaba un gabinete conservador. Pocos días después, Castro vuelve a asumir el mando y forma un gabinete liberal. Esta actitud doble le gana la enemistad de los grupos oligárquicos que lo habían llevado a la presidencia. Luego lo derrocan en 1859 y lo hacen desterrar posteriormente en 1860.

Referencias

Cunill P. (1999). Esta es Venezuela. Caracas – Aula Ediciones C.A.

Velásquez J. (1998). Gran Enciclopedia de Venezuela. Caracas – Editorial Globe C.A.