Vida política de Antonio López de Santa Anna
Enviado por Rimma • 8 de Marzo de 2018 • 869 Palabras (4 Páginas) • 536 Visitas
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Con la primera intervención francesa que fue entre 1838 y 1839, debido a reclamaciones económicas, con esto Santa Anna abrió una posibilidad de redimirse, luchando contra las expediciones francesas enviadas a Veracruz, perdiendo una pierna y recuperando su carisma nacional. Aprovechándose de esto, volvió a asumir la presidencia del país durante algunos meses de 1839, regresando a ser dictador en 1841 y 1842, siendo obligado a dejar el mandato debido a los problemas económicos que trajo su mandato, aun ejerció algunos meses durante entre 1843 y 1844, debido a que Estados Unidos planeaba la anexión de Texas, con esto termina enviado a cuba.
Al iniciar la guerra entre México y Estados Unidos por la anexión a este país de Texas, Antonio López de Santa Anna fue llamado por el presidente Valentín Gómez Farías y regresó de su exilio en Cuba para dirigir al batallón; durante la Guerra Mexicano-Estadounidense (1846-1848) volvería a ostentar la presidencia en 1847, en dos breves periodos.
Santa Anna, se negó desde el principio a negociar con Estados Unidos, los medios y organización del ejército mexicano eran obsoletos comparados con el estadounidense. Incapaz de frenar los avances norteamericanos, y perdiendo una batalla tras otra, provocó así la invasión estadounidense de Veracruz, Jalapa y Puebla en 1846. En septiembre de 1847 evacuó la capital y, completamente derrotado, tuvo que aceptar el Tratado de Guadalupe-Hidalgo en 1848, por el que México perdió casi la mitad de su territorio: a la definitiva pérdida de Texas hubo que sumar la de California, Arizona, Nuevo México, Nevada, Colorado y Utah.
Santa Anna partió otra vez al exilio, dejando atrás un país más empobrecido y con la misma inestabilidad política, los liberales ganaron posiciones, pero sus intentos de reforma no llegaban a buen término, las luchas políticas y los conflictos fronterizos se agudizaron. Llamado por los conservadores para hacer frente a la caótica situación, en 1853 regresó al país e inició un último mandato presidencial (1853-1855), que fue en realidad una dictadura personalista sin eufemismos: Santa Anna se otorgó el tratamiento de Su Alteza Serenísima y se erigió en presidente vitalicio por decreto. Dictó toda clase de impuestos en un vano intento de sanear las arcas públicas, amparó las corruptelas y persiguió a los opositores.
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