EL SEXO QUE SE CALLA
Enviado por Jillian • 16 de Enero de 2018 • 4.091 Palabras (17 Páginas) • 437 Visitas
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Por este motivo se recomienda hacer una entrevista a solas con el menor, ya que, sirve como protección contra reacciones emocionales por parte de los padres y también, es más sencillo para el menor no tener que acusar a algún amigo, familiar o conocido frente a las figuras que son importantes para él, todo esto tiene que ver con la vergüenza y la culpa que en muchas ocasiones los hostigadores generan en el niño con amenazas.
Desde la primer entrevista el terapeuta debe decirle al niño que el no tuvo la culpa de nada, que el único responsable fue quien lo agredió, debe investigar como la familia nombra los genitales y darle la opción al niño de mantener la puerta abierta durante la sesión o realizar la entrevista fuera del consultorio.
Entre las técnicas empleadas para la evaluación en la UAVI se encuentran los dibujos proyectivos (figura humana, familia o persona bajo la lluvia), el video del árbol de chicoca y el uso de muñecos sexuados con la finalidad de que el menor refiera si hubo algún contacto genital, Sullivan (1997) señala que no es recomendable el uso de este tipo de muñecos, ya que, el niño puede interpretar que el terapeuta le está preguntando acerca de asuntos sexuales y responde de tal manera con el fin de agradar, y sugiere el uso de las siguientes test proyectivos: dibujos, Roschach, CAT o TAT.
Durante las sesiones de evaluación el menor puede estar poniendo a prueba al terapeuta y la confianza que puede tener en él, por lo que se debe tenar la capacidad de sobrellevar estas situaciones sin hacer sentir al menor juzgado o culpado.
El terapeuta debe entender la relación del niño con el agresor, pero siempre tomando en cuenta la percepción del menor, así mismo, debe conocer quién realizó la denuncia y de qué manera la familia del menor reaccionó ante la noticia, se debe indagar de los aspectos cognitivos, emocionales e intelectuales del niño antes del trauma.
TRATAMIENTO.
TRATAMIENTO EN NIÑOS Y ADOLESCENTES
En niños
El principal objetivo del terapeuta y de las personas cercanas del niño es ayudarlo a entender el trauma y a no incorporarlo a su concepción de su propio ser o de la realidad. El terapeuta no solo debe considerar el significado que el trauma sexual tiene en el presente para el menor y para su familia, sino también la manera en que afectara el desarrollo de su personalidad, hay que dotarle de las estrategias adecuadas para evitar posibles situaciones de agresión y, en todo caso, de las habilidades necesarias para informar de su ocurrencia. (Echeburúa y Guerricaecheverría, 2011)
Cuando al menor se le lleva al tratamiento poco después de ocurrida la agresión, él y la familia llegan en un estado de gran alteración, por lo que, el terapeuta debe considerar desde el principio del tratamiento incorporar a la familia del niño de manera significativa y no solo ver al agredido como un individuo aislado.
Algunas veces el menor no necesita un tratamiento psicológico directo, ya sea por su edad o sus características y recursos psicológicos. Es cuando sus familiares desempeñan un papel fundamental en su recuperación. En estos casos, la intervención terapéutica va orientada a garantizar la capacidad de los familiares para supervisar la evolución del menor, darle seguridad y estrategias de afrontamiento adecuadas. (Echeburúa y Guerricaecheverría, 2011)
Una tarea fundamental del terapeuta es ayudar a los padres a conceptualizar en términos del menor lo que significó el abuso sexual y que no lo interpreten desde sus propias experiencias, es decir, desde el principio del tratamiento debe guiar a toda la familia para lograr la comprensión de la crisis que viven.
Los padres pueden subestimar lo que el abuso sexual produjo en el menor, esta tendencia puede ser provocada por el deseo de que el suceso no hubiera ocurrido y por los propios sentimientos de culpa y de vergüenza, de la misma manera, otra forma de menospreciar lo sucedido es creer erróneamente que el menor lo olvidara.
Muchos niños que han sufrido abusos provienen de familias que no son capaces de satisfacer sus necesidades emocionales por lo que es de suma importancia trabajar todos los niveles: familiar, social, cultural y emocional para crearle al menor un ambiente más enriquecedor y sano.
Muchas madres se sienten responsables por haber “permitido” que el abuso sucediera por lo que ven al terapeuta y al tratamiento como un rival, por lo que, es recomendable tomar en cuenta la ansiedad que pueda presentar la madre y que ésta vaya a terapia de manera individual.
En general, se debe realizar una evaluación exhaustiva del estado psicológico de los miembros de la familia y sus estrategias de afrontamiento, siendo el primer paso la aceptación de lo ocurrido para posteriormente utilizar técnicas que permitan reevaluar la situación y darle un significativo que permita al menor y a la familia continuar con su vida. (Echeburúa y Guerricaecheverría, 2011)
Como secuela del trauma el niño puede tener una conducta sexual abierta hacia los adultos y hacia los otros niños, por lo que, se debe explicar a los padres cómo actuar ante tal comportamiento, haciendo énfasis en no hacer sentir al niño culpable o avergonzado.
El terapeuta debe ayudar a los padres a dar una explicación a los hermanos (as) del menor agredido de acuerdo a su edad, para que entiendan y ante todo porque pueden ser testigos de conductas abiertamente sexuales por parte del niño o niña.
Cómo cualquier relación terapéutica, se debe realizar el encuadre correspondiente con los padres: cómo se llevará la terapia, cuántas sesiones, su duración, el pronóstico, los honorarios que se generarán. Con el menor se deberán establecer los límites dentro de la terapia y hacer énfasis en todo momento en que lo que cuente no se le dirá a nadie más a menos que el este de acuerdo en que se revele la información.
La sala de terapia debe ser modesta para hacer sentir cómodo al menor, y debe contar con diversos tipos de juguetes: juguetes de regresión, material de dibujo, muñecos, juegos de mesa y cartas, juguetes que permitan impulsar la plática y la fantasía.
Lo más importante es que el terapeuta debe estar atento a lo que para el niño significó la agresión en términos de su visión del mundo y no desde su propia percepción.
En adolescentes
En los casos de abusos en la adolescencia el terapeuta debe ayudar al adolecente a resolver cuestiones referentes a su comprensión de sí mismo y
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