Psicología: Transferencia y resolución de problemas
Enviado por Rebecca • 31 de Diciembre de 2017 • 2.173 Palabras (9 Páginas) • 477 Visitas
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Concluiré destacando algunos puntos importantes sobre el tema de “La transferencia y resolución de problemas”:
Primero, la transferencia es un proceso mediante el cual el aprendizaje y experiencia aprendidos en una situación se aplica al aprendizaje o ejecución de otra situación. Estas transferencias no siempre son positivas, en ocasiones se dan de manera negativa.
En segundo lugar, la resolución de problemas es una forma de transferencia, en la que aplicamos la información previamente aprendida para resolver un problema.
Por otra parte, para que se logre la transferencia de mejor manera, se debe enseñar pocas cosas pero en profundidad y de manera significativa, en lugar de enseñar muchas cosas de forma superficial y memorística.
También, favorecen la transferencia y resolución de problemas aplicar técnicas como el aprendizaje por descubrimiento, el aprendizaje cooperativo y las actividades realistas.
Por último, además de aplicar los procesos de transferencia y resolución de problemas en la enseñanza-aprendizaje, los maestros deben enfocarse en aplicar estos procesos también en la evaluación.
Atribuciones
Las atribuciones se pueden definir como la interpretación o explicación que se hace acerca de las causas, motivos y razones de algún suceso (incluyendo creencias, actitudes y comportamientos) ya sea en otros o en el individuo que la hace. Las personas tienden a utilizar diferentes tipos de atribuciones, por ejemplo, un individuo tiene estrategias de atribución interna cuando atribuye a causas internas a si mismo (por ejemplo, su propio carácter; habilidad o esfuerzo, etc.), sus éxitos o fracasos. Se tiene una estrategia de atribución externa cuando se tiende a encontrar las razones del fracaso o éxito propio en causas tales como suerte, accidentes, etc.
Las atribuciones que hace la gente parecen variar alrededor de tres dimensiones esenciales: la localización, la estabilidad y la posibilidad de control.
Existen dos tipos de atribuciones, las atribuciones propias o autoatribuciones y las atribuciones a los demás o atribuciones interpersonales.
Las autoatribuciones influyen mucho sobre los aspectos del funcionamiento humano, lo que incluye el rendimiento y la conducta. Estas atribuciones ejercen efectos sobre las reacciones emocionales que tenemos ante el éxito y el fracaso, sobre las expectativas futuras y autoeficacia, sobre el esfuerzo y la perseverancia, sobre las estrategias de aprendizaje, las respuestas al fracaso y las elecciones al futuro.
Cuando las personas establecen atribuciones están intentando identificar las relaciones de causa-efecto que subyacen a los acontecimientos que les rodean. Algunas atribuciones que construyen las personas son: la historia previa y éxito del fracaso, las claves de la situación, el reforzamiento y el castigo, la tendencia a la autoprotección, la edad, el sexo, el control de la propia imagen, la cultura y los mensajes transmitidos por los demás.
Las atribuciones hacia los demás son las creencias que tenemos respecto a las causas del comportamiento de otras personas. Las atribuciones se pueden comunicar de forma directa mediante declaraciones o de forma indirecta mediante reacciones emocionales.
Algunos factores que influyen en las atribuciones interpersonales son la historia de éxitos y fracasos, la cultura, las tendencias generales a establecer atribuciones estables, la concepción de la inteligencia, los estereotipos y los objetivos.
Al cabo del tiempo, los aprendices van desarrollando patrones predecibles de atribuciones respecto a su rendimiento futuro. A esta dimensión se le ha denominado como “Estilo Explicativo”.
El estilo explicativo de una persona consiste en la manera global en que interpreta los acontecimientos cotidianos y sus consecuencias. Algunas personas suelen atribuir sus logros a sus propias capacidades y a su esfuerzo; sin embargo, otras atribuyen sus éxitos a factores externos e incontrolables y consideran que sus fracasos manifiestan una incompetencia relativamente permanente.
Otros aspectos que tienen implicaciones en las atribuciones son el desafío y la competitividad. Estos, no solo tienen implicaciones en el aprendizaje sino también en la motivación.
Un desafío es una situación en la que los individuos consideran que, si bien se arriesgan a un posible fracaso, pueden alcanzar el éxito a cambio de que se esfuercen lo suficiente. Desde el punto de vista motivacional, el desafío tiene tres ventajas: el éxito en una tarea desafiante promueve una mayor sensación de competencia y autoeficacia, los desafíos aumentan el interés y disminuyen el aburrimiento y por último, resulta difícil atribuir el éxito obtenido en una tarea desafiante a factores externos como la facilidad de la tarea o la suerte.
La competitividad consiste en que las demás personas no desarrollen tan bien una tarea como nosotros. Esta puede tener efectos negativos, tanto emocionales como conductuales. La competitividad promueve objetivos utilitarios y no objetivos de aprendizaje; para los perdedores, la competencia disminuye la autoestima. La competitividad fomenta las atribuciones a las capacidades y no al esfuerzo. Algunas veces la competitividad produce conductas indeseables y contraproducentes y en su última instancia, produce un menor logro en la mayoría de los estudiantes.
La competitividad no es una herramienta útil para lograr que todos los aprendices consigan los mejores resultados posibles.
En un aula de clases las atribuciones de los profesores influyen en las expectativas respecto a las conductas futuras de los alumnos. A su vez las expectativas de los profesores también influyen en sus atribuciones hacia los demás. Las expectativas que los profesores establecen respecto a sus alumnos generalmente proceden de la calidad y rendimiento que muestran previamente los alumnos. Sin embargo, otras veces las expectativas pretenden mejorar el rendimiento de estos.
Para promover atribuciones provechosas es importante recordar algunos principios, primero, los profesores deben atribuir el éxito de sus alumnos a factores internos, tanto estables como inestables, y atribuir sus factores exclusivamente a factores internos inestables y controlables. También puede ser útil un entrenamiento para lograr atribuciones positivas. Los intentos de modificar las atribuciones deben mantenerse a lo largo del tiempo y considerarse como una intervención aislada. Los profesores deben animar a sus alumnos a aceptar desafíos y riesgos.
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