CONTEXTO HISTÓRICO SOCIAL EN EL PERÚ ENTRE 1990 HASTA 2014
Enviado por tolero • 16 de Mayo de 2018 • 12.849 Palabras (52 Páginas) • 583 Visitas
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INTRODUCCIÓN
La criminalidad en el Perú ha ido incrementándose de una manera alarmante, incluso ha ido ganando terreno frente a otros problemas de la misma importancia como son la pobreza, la educación, la salud, etc. Es necesario ocuparse del tema con responsabilidad, con el fin de diseñar e implementar políticas dirigidas a mejorar las actuales condiciones de seguridad. Pero si se desea construir dichas políticas es de vital importancia tener un panorama claro de él que permita contribuir a la discusión y el diagnóstico sobre los problemas de criminalidad en el Perú. La presente investigación es un trabajo destinado a proporcionar valiosa información que logre aportar una visión general sobre la actual situación en nuestro país, además de contextualizarla en relación a América Latina. Las percepciones de la ciudadanía acerca de la gravedad de la inseguridad no llevan a dudas. De hecho, el 42,8% de la población considera que la criminalidad es el principal problema del país, teniendo en cuenta que además, la indiferencia de las autoridades ha creado una fuente de angustia y temor para la ciudadanía. La población se siente insegura no solo cuando sale a la calle, sino cuando está en sus viviendas. Nadie puede sentirse libre, ni siquiera altas instituciones que manejan un conjunto de medidas de seguridad coordinadas con la policía para eliminar riesgos que atenten contra la seguridad de sus clientes, patrimonio e instalaciones. La criminalidad no existe solo en Lima, sino también en todo el país. Es doloroso contemplar que en el Perú se haya producido este alarmante aumento cosa que también ocurre en otros países de Latinoamérica. Estamos, pues, ante una problemática que se entrelaza con fenómenos de dimensión universal, como el narcotráfico, el terrorismo ideológico, la trata de personas, etc. La realización de este trabajo atiende a la consideración de que a pesar de la gran preocupación por la seguridad ciudadana, la información disponible sobre el tema es escasa e incongruente en muchos casos. Es evidente, por ejemplo, la latente existencia de la violencia contra la mujer a lo largo de los años, sin embargo, resulta paradójico no haber encontrado suficientes datos o información que confirmen esta situación. Esto definitivamente merma las posibilidades de tener un conocimiento completo del problema, y por consiguiente, desarrollar adecuadas políticas de solución. Ante tal situación resaltamos el esfuerzo y la invaluable importancia que se le ha dedicado a la presente, dejando en claro la especial contribución brindada y confiando así en que el trabajo genere y difunde conocimientos plenos sobre la criminalidad.
CAPÍTULO I:
CONTEXTO HISTÓRICO SOCIAL EN EL PERÚ ENTRE 1990 HASTA 2014
El Perú es desde tiempos inmemorables, testigo y víctima de un problema en el que todos como parte de una nación estamos involucrados. Cuando nos concentramos en los principales problemas que el país ha tenido a lo largo de su historia, nos damos cuenta que la criminalidad ha formado parte de nuestras actividades diarias, que ella es la principal causa de nuestra evidente e innegable situación, y que, por consiguiente es hacia ella a la que el país debe apuntar y erradicar. Hay fuertes evidencias históricas desde Jorge Basadre hasta Alfonso Quiroz, quienes hicieron importantes aportes en sus principales libros, y en distinto grado analizaron la corrupción como un problema que ha estado siempre presente en la vida de los peruanos.
Recordemos que en el periodo 1990 – 2000, hemos sido víctimas y actores del proceso “fujimorismo/montesinismo”, el mayor ejemplo relacionado al ejercicio mañoso del poder del Estado. Pero la corrupción también ocurre en periodos democráticos como las dos administraciones de Alan García y la de Alejandro Toledo. Teniendo en cuenta entonces que la corrupción es un problema mayor existiendo no sólo en el estado, sino también entre la policía nacional del Perú y en el Ministerio Público, donde se reproducen prácticas negativas en recursos, ascensos, etc., podemos darnos cuenta de su protagonismo entre las causas que originan la “criminalidad”. Una forma legítima de ver este problema autoridad – sociedad, es a través de la absoluta debilidad del aparato represivo del Estado peruano, frente al universo de la informalidad/legalidad en la que se mueve gran parte de las actividades económicas relativas al comercio, transporte y propiedad, entre otros, ninguno de los organismos regulativos de control o de fiscalización cumplen bien su función. Esta distorsión sociedad/estado es mucho más visible y aceptada en las provincias, debido al centralismo político y económico de Lima, de aquí que los índices más elevados en criminalidad sean vistos en ellas. De otro lado, no podemos dejar de mencionar a un variante de la criminalidad que ha permeado en nuestra sociedad en gran dimensión; nos estamos refiriendo al problema del narcotráfico. Desde el 2012, el Perú es considerado el primer productor mundial de hoja de coca y PBC, sin embargo conserva una política tradicional y efectista, pero la verdad es que la criminalidad asociada al Tráfico Ilícito de Drogas ha traspasado todas las estructuras institucionales.
Pero sin duda alguna si bien el TID resulta alarmante y a la vez indignante para los peruanos, la “violencia” es, acaso el problema más grande que el país ha visto aumentar con creces durante los últimos años. Según encuestas tales como la del Barómetro de las Américas; el Perú cuenta hoy con la taza de victimización personal más alta de las Américas, lo que significa que tiene el mayor porcentaje de víctimas de delitos cometidos el último 2013 entre todos los países del hemisferio occidental, con un 28%, solo por debajo de Ecuador. Esta es la actual situación por la que nuestro país atraviesa, sin embargo, no siempre hemos sido espectadores del mismo panorama. Según estadísticas policiales, en la década de los 90, la tasa de denuncias sobre delitos era baja y continuó así hasta el año 2007, tiempo en el cual se dio una tendencia ascendente. El punto más alto se registró en el año 2012, y desde ahí los porcentajes han ido en aumento o han sido casi constantes. Así mismo entre los años 1995 y el 2000; Lima, Callao, Tumbes, Arequipa y Lambayeque fueron las regiones con los índices más altos de delincuencia, mientras que Huancavelica, Puno, Cajamarca y Pasco fueron los menos victimizados. No podemos terminar sin mencionar al tentáculo mas invisible, referido a los actos de violencia barrial, que ocurren en todas las zonas marginales de las, por lo menos quince principales ciudades del país.
Hasta
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