Depresión frente a los examenes finales

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De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es un trastorno altamente incapacitante. La depresión puede afectarnos a todos: hombres y mujeres de todas las edades, niveles educativos, estatus social y económico. Por lo general, la depresión afecta todas las áreas de la vida de una persona, tanto a nivel familiar, como en relación a las amistades, el trabajo, los estudios y los aspectos financieros. Es frecuente que los episodios depresivos sean recurrentes y pueden volverse persistentes o crónicos si no se realiza el tratamiento adecuado.

La depresión puede ser más severa si se combina con otras enfermedades médicas como el cáncer, artritis, infarto cerebral, enfermedades cardiovasculares o otros trastornos psiquiátricos como los trastornos de ansiedad o el abuso de sustancias.

El suicidio y las auto-lesiones son frecuentes en personas que sufren depresión. En Europa, 60.000 personas mueren por suicidio consumado, más de la mitad estaban deprimidas.

- Marco Teórico

Desde tiempos inmemorables, la depresión ha sido uno de los principales problemas en las personas, y causal de tantas muertes como la delincuencia. Y es que ésta no sólo afecta a la población de edad joven, sino a la de todas las edades, creando una problemática que preocupa a los profesionales de la salud y a las personas inmiscuidas en el anteriormente mencionado trastorno del estado anímico.

Así, la depresión puede presentarse con diversos síntomas visibles e internos. Entre los visibles destacan: Estado de ánimo irritable o bajo la mayoría de las veces, cambio grande en el apetito, cambios drásticos en el peso, cansancio y falta de energía, entre otros. Mientras que en los síntomas internos, percibidos por el individuo, podemos apreciar: Dificultad para concentrarse, sentimientos de desesperanza y abandono, pensamientos repetitivos de muerte o suicidio, pérdida de placer en actividades que suelen hacerlo feliz, incluso la actividad sexual.

La depresión es uno de los problemas psicológicos individuales que afectan nuestras actividades diarias ya que es un trastorno mental caracterizado por sentimientos de inutilidad, culpa, tristeza y desesperanza profunda. A diferencia de la tristeza normal, o la del duelo, que sigue a la pérdida de un ser querido, la depresión patológica y crónica es una tristeza sin razón aparente que la justifique, la cual puede aparecer acompañada de varios síntomas concomitantes, incluidas las perturbaciones del sueño y de la comida, la pérdida de iniciativa, el autocastigo, el abandono, la inactividad y la incapacidad para el placer (American Psychiatric Association, 1987). Por otra parte, la presencia de los síntomas antes citados, pueden deberse a una preocupación exagerada por actividades futuras que las personas tienen que realizar, lo que va generando un grado de ansiedad en ellas, y que generalmente va en aumento.

El rasgo central de la ansiedad es el intenso malestar interior, el sentimiento que tiene el sujeto de no ser capaz de controlar los sucesos futuros. La persona tiende a centrarse sólo en el presente y a abordar las tareas de una en una. Los síntomas físicos son tensión muscular, sudor en las palmas de las manos, molestias estomacales, respiración entrecortada, sensación de desmayo inminente y taquicardia. (Beck y Clark, 1988).

Dado que ambos problemas, el de la depresión y ansiedad, requieren de soluciones claras y concisas, la psicología clínica se ha encargado de estudiar la depresión, y las causas más comunes que llevan a que se presente este problema en las personas, ya que cada vez es más frecuente en nuestra sociedad actual. Por esta razón existen varios autores que han investigado la depresión y la ansiedad para encontrar soluciones efectivas que disminuyan estos problemas en los pacientes que los presentan.

Tenemos por ejemplo a Beck (1987), quien propuso una teoría donde se asume que los sujetos deprimidos se caracterizan por la existencia de un estilo cognitivo especifico; denominado la triada cognitiva negativa, es decir, una visión negativa de sí mismo, del mundo y del futuro, la cual contribuye al mantenimiento de la depresión y cuya reestructuración es necesaria si se quiere lograr una mejoría estable del estado depresivo. Posteriormente Beck propone un modelo teórico para la adquisición de la depresión, basado en una teoría de esquemas definidos como estructuras cognitivas que sirven para procesar la información entrante, girar la atención, las expectativas, la interpretación y el fundamento de la memoria, centrándose en la existencia de esquemas y de autoesquemas de contenido negativo, los cuales sirven como factores causales de la adquisición de la depresión.

Ahondando más en el tema en cuestión, se ha podido ver que sobre todo la depresión y el estrés son los principales factores por los cuales los jóvenes universitarios en la actualidad no pueden llevar a cabo con normalidad sus sesiones de aprendizaje y por consiguiente es difícil alcanzar un óptimo nivel en cuanto al ámbito profesional. Muchas de las causas por las cuales la depresión ataca a los jóvenes se debe a:

- Problemas en sus relaciones sociales y sentimentales.

- Conflictos en el hogar.

- Maltrato físico y psicológico por parte de personas de su entorno (bullying).

- Padecimiento de alguna enfermedad probablemente no curable pero tratable (cáncer, sida, diabetes, hipertensión, enfermedades endocrinas, etc.)

Para poder profundizar acerca de las causas, es necesario también averiguar cuáles son los antecedentes familiares y el ambiente familiar de cada adolescente, pues la depresión a menudo se da en familias, lo que significa que algunos de sus integrantes, en la mayoría de los casos, padecen de esta enfermedad.

Es por esto, que decidimos delimitar el problema de la depresión en los jóvenes universitarios, para ayudar a que cada uno de ellos pueda neutralizar la ansiedad y los cambios de humor a los que están expuestos, con el fin de no tener disyuntivas en los tiempos de estudio y concentración.

- Depresión Juvenil

En Latinoamérica padecen depresión entre el 9 y 13 % de la población adulta con una prevalencia de dos mujeres por cada varón. Las edades más frecuentes en las que encuentra este padecimiento en México son entre los 15 a 19 años de edad y por arriba de los 65 años.

El suicidio de jóvenes latinoamericanos es la tercera causa de muerte de jóvenes entre 15 y 24 años, en la mayoría