Reflexiones del libro “Ética para Amador” de Fernando Savater.

...

Capitulo V: ¡Despierta, baby!

Claro está que el dejarse llevar por unas lentejas o por la riqueza no lleva a nadie a conseguir su libertad o darse la buena vida. La vida no solo consiste en llenar la barriga o el bolsillo. Hay varias áreas en cada ser humano que necesitan también estar alimentadas. Lo mas importante en este capítulo es resaltar que muchas veces las personas dejan de verse como humanas y se ven como cosas que se pueden desechar o utilizar. En el caso de Kane, el usó a las personas para enriquecerse a costa de los demás. Al final termina solo y con una sensación de fracaso. Las personas merecemos un trato digno y Kane siempre abusó de quienes lo rodeaban. Dentro de mi experiencia de vida me he topado con personas que dicen que las personas cuando no sirven se desechan. Es muy probable que el que piense así, en algún momento sea desechado. Al final de su vida termine como el ciudadano Kane dándose cuenta que lo que debería haber buscado sean las relaciones humanas. Pues el dinero como bien lo sabemos, da una sensación de tranquilidad, pero no te va a dar el gusto o satisfacción que da el tratar a las personas con amor, respeto, libertad. Spinoza afirmaba que el hombre guiado por la razón deseará para él lo mismo que desea para los demás.

Capítulo VI: Aparece Pepito Grillo

Savater nos menciona varios tipos de imbéciles los cuales hacen o dejan de hacer cosas que son para su propio beneficio. No tienen o quieren tener un plan de vida y terminan sin libertad, sometidos totalmente al vaivén de la vida, a las personas, a las relaciones o adicciones. Dentro de los imbéciles estamos todos en cierta medida, yo me pongo a reflexionar cuántas veces he actuado con indiferencia, aplazando tareas, proyectos o a veces queriendo acaparar todo de una bocanada. Por lo que siempre hay que estar alerta, ser consciente para darse cuenta cuando caemos en ese bastón. Esta reflexión es un buen momento para comprender lo bestias que somos cuando dejamos que el impulso, el capricho, la debilidad, salga antes que la razón. Si queremos vivir una buena vida es necesario fortalecer este músculo de razón y ética para cuestionar nuestro proceder. El ejemplo que muestra Savater de Ricardo III, al conseguir el trono, Ricardo III entiende que al obtener el trono de la forma que lo hizo, consiguió enemigos y que la gente se horrorizara de sus crímenes y su figura. Hasta la persona mas segura que tenía lo aborreció tanto como él mismo se odiaba. Ahora no solo su cuerpo era deforme, también su espíritu. En nosotros está elegir cómo queremos vivir, pues las decisiones que tomamos día a día van construyendo el camino. Cada día hay que preguntarnos si ¿se sienten tratadas con respeto las personas que nos rodean? Esto nos permitirá ser mas conscientes del trato que damos al prójimo. Es muy probable que consigamos el éxito o la riqueza pisoteando, humillando y deshonrando a otros. Mas como se ha visto, es también probable que el que hace uso de estos métodos, se condene a sí mismo a una vida de soledad, remordimiento y culpa. La responsabilidad del actuar rectamente es única y absolutamente de cada individuo.

Capítulo VII: Ponte en su lugar

En algún momento de mi infancia tuve la oportunidad de ver una película de Robinson Crusoe. Para ser honesta, solo recuerdo cuando le estaba enseñando a Viernes a comunicarse. Sin duda, Savater habla de el en este capítulo de Crusoe y me lleva a reflexionar la importancia de otros seres humanos en la vida de todos. Si estuviera en una isla desierta es probable que olvidara temporalmente mis modales y buscaría sobrevivir, y quizá recordaría algún video o película donde se ve cómo se caza o cómo se inicia una fogata. El encuentro con otro ser humano debería de ser un asunto serio, y no en el sentido de ser solemnes y ceremoniosos, sino mas bien tratando a las personas con respeto y cordialidad. En este momento recuerdo la anécdota de una chica que siempre está enojada, con el sistema, con la injusticia, con los flojos y en su vida se va topando cada día personas o situaciones que le recuerdan eso. Por lo general, sus empleados son flojos, cometen injusticias con ella y tiene enemigos de acuerdo a su sistema de creencias. Es muy seguro que encontraría lo contrario, si cambiara el paradigma que tiene de los seres humanos. A veces el enfrentarnos con otro ser humano, nos llena de temor; pues en algún momento de nuestra existencia hemos vivido por mucho tiempo con miedo. Al permitir que otro nos vea tal y cual somos simplemente nos aterroriza. Es por eso que buscamos protegernos con máscaras como el caballero de la armadura oxidada; el cual llegó un momento que quiso quitarse su armadura porque ya nadie sabía quién era, y tuvo que irse mucho tiempo, entender, llorar, darse cuenta del daño que había causado en otros.

De algunos años para acá me di cuenta que el ser amable y cortés me abre puertas, la gente me trata mejor y yo me siento mejor. Antes solía vivir en el temor y todo era incierto y poco claro: mis relaciones, mis amistades, mis trabajos. A través del tiempo he aprendido a valorar-me, querer-me y esto me hace mas segura y confiada en mí y en los demás. Soy mas tranquila, entiendo mejor a otros aún con las diferencias que tengamos. Los personajes anteriores, Kane, Ricardo III vieron a las personas como objetos. El problema de esto es que nadie es reemplazable. Si abusas de los demás tarde o temprano los que te rodean te repudiarán.

Ahora, hay que recordar que lo que nosotros queremos en la vida, o cómo queremos ser tratados no significa que otros lo vean igual; cada individuo interpreta su historia de acuerdo a sus vivencias. Si espero que todos piensen, compartan las mismas creencias religiosas, políticas, los derechos de los niños y de los ancianos, probablemente sufriría mucho porque no están cumpliendo con mis expectativas. Desde mi posición entiendo el otro, mas no me hago una copia, simplemente entiendo y acepto.

Capítulo VIII: Tanto gusto

Durante siglos, el sexo ha sido condenado en la sociedad por distintas causas. Savater supone que puede deberse al hecho que nos gusta demasiado y por eso tememos. Creo que si empleamos mucho tiempo en cualquier actividad, llámese ejercicio, comida, drogas, sexo, Facebook, videojuegos, tarde o temprano el tiempo nos va a cobrar la factura. Dejan de ser placeres por convertirse en obsesiones, para mas tarde desarrollar una enfermedad crónica y/o trastornos mentales. Empiezan lentamente a tener ausencias en el trabajo, se alejan de sus amigos y familiares viviendo solo para esa adicción, trayendo en la persona ciclos en los que surge el arrepentimiento,

...