Reflexión película Macario.

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La fama de Macario como curandero empezó a crecer al salvar la vida de los moribundos de la muerte, aunque finalmente se terminará corrompiendo al utilizar el poder concedido con fines lucrativos. Macario pensó en q sólo guardaría como un preciado tesoro un frasquito del agua, con el objeto de utilizarlo para salvar la vida de su familia. Cuando la envidia hacia Macario empezó a surgir, un doctor y un carpintero que hacia ataúdes empezaron a culpar a Macario de brujería. Por lo que provocó la ira y la desconfianza de la iglesia, acusando a Macario de hechicería, a la vez que destruían el agua curativa. Antes de que Macario fuera castigado, surgió algo inesperado, la enfermedad del hijo del virrey obligó a las autoridades a liberar a Macario con la esperanza de que el milagro del curandero de Macario lo curara. Macario preocupado por ya no tener agua curativa pensó en que no saldría de esa, por lo que apareció la mujer de Macario y le ofreció el último frasco de agua salvadora que había guardado para utilizarlo en caso de necesidad.

Con ello entendí de la inutilidad del dinero, los peligros de jugar con el destino, los breves momentos de felicidad que otorga la vida y el fracaso de la humildad en un mundo artificioso movido por el poder, la religión y la autoridad.

Al ver Macario que no podía salvar al hijo del virrey decidió huir llegando así a una cueva llena de velas, en donde se encontraba la muerte. Las velas representan las vidas de los seres humanos, que se van consumiendo conforme pasa el tiempo hasta que acaban apagándose. En ese momento comprendí que solo somos luces que iluminamos el mundo hasta que llegamos al final del camino que hemos recorrido a lo largo de nuestra existencia. Y aunque queramos proteger la vela (nuestra vida) de la lluvia, del viento y de todos los peligros que pueden provocar su extinción, no podemos hacer nada para esquivar el final que nos depara ese viaje misterioso que es la vida. Por lo que Macario a pesar de huir, murió.