Voliencia en los jovenes

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En estos casos se hace visible la indiferenciación de los lugares tradicionales madre-padre-hijo, y la disolución de posiciones de protección y autoridad.

Otra cuestión donde las funciones paternas no se cumplen frente al adolescente es cuando los jóvenes pasan a ser modelos a imitar por los adultos, lo que Sánchez denomina “adolescentización cultural”. Esto produce que las diferencias entre generaciones sean borrosas, que los padres eviten confrontaciones realmente necesarias...

Frente a esto surge el interrogante de ¿con quien se va diferenciar el adolescente?; pregunta que, ante la actual sociedad que impone una cultura juvenil, la idealización del cuerpo adolescente, el deseo de permanencia y la “eterna juventud”, encuentra muchos escollos.

Así nos situamos ante roles o lugares simbólicamente destituidos: trabajos “compartidos”, chicos que “protegen” a sus madres, actos ilegales “legitimados” por progenitores, etc.

“ a veces Ángel me consigue cospeles para que pueda ir al baile” (relato de una madre)

“Vení, acompañame, le digo a m hijo, vamos a la casa de tu papá. Llegamos y nos agarramos a piñas entre todos, nosotros, él y su mujer. Volaban las cosas, me volví loca, rompí todo. A ella la lastime. No sabíamos de qué forma decirle que vuelva con nosotros. Creo que hice mal en decirle que me acompañe”

“yo espero que mi mama y mi papa se acomoden y tomen el mundo uno de ellos sobre nosotros”

“yo trabajo en la terminal abriendo puertas de auto con mi hermana y mi mama” (**)

En relación a esto puede agregarse la concepción de D. Winnicott, en la que plantea que crecer significa ocupar el lugar del padre, proceso, aunque inconciente, intrínsecamente agresivo.

Argumenta que si bien existen grandes dificultades para los padres en el control sobre los adolescentes, éstos últimos, deben “sobrevivir”, mantenerse intactos y sin cambiar ni abandonar ningún principio importante.

Lo que destaca el autor, que es de vital importancia en el tema tratado, es que la caracteristica primordial de la adolescencia es la inmadurez, “ no hay mas que una cura para ella, y es el paso del tiempo” (Winnicott, Realidad y juego Cap XI. 1988). Ocurre que si a un adolescente se lo carga con responsabilidades que no le corresponden y le son delegadas por los padres, pierde toda capacidad imaginativa, ya no tiene sentido la rebelión, el adolescente “triunfaría” demasiado temprano.

Esto es palpable en las anteriores citas donde el joven cumple con funciones y responsabilidades que no son de su orden.

Para redondear sobre este tema podemos citar las palabras del autor: “se podría aconsejar a la sociedad: por el bien de los adolescentes, no les permitan adelantarse y llegar a la falsa madurez, no les entreguen una responsabilidad que no les corresponde, auque luche por ella”.

(**) los testimonios fueron extraídos de Duschatzky-Corea. Chicos en banda. Pág. 74 y 76

Conclusión:

A modo de conclusión, podemos decir que el adolescente transita una etapa de autonocimiento que le permite construir su personalidad, y que si bien necesita alejarse de lo familiar, lo conocido, lo cómodo, es imperativo el apoyo parental en el proceso.

Cabe destacar el papel de los padres en la regulación y la puesta de límites en el adolescente, así como la transmisión, desde el inicio, de simbolizaciones que permitan al niño y luego joven establecer relaciones con los otros.

En cuanto a la violencia actual, que se verifica en múltiples ámbitos y relaciones, podemos decir que ésta se presenta como un nuevo modo de sociabilización, nacido de los modos de subjetivización de diferentes grupos sociales. En ella se evidencia la incapacidad de reconocer que mis límites comienzan en el otro, ya que no se reconoce al semejante como tal.

Como puede evidenciarse la familia es el núcleo central de la que dependerán las simbolizaciones futuras y el modo de “ser” de los sujetos.

Podemos redondear lo que sucede con los adolescentes cuyos figuras parentales han perdido autoridad y donde la imposición de reglas y límites no se cumple con una cita de Erhernberg: “la presencia, el límite, transmisión de valores, son algunos de los rasgos de a enunciación paterna y materna (…) cuando las referencias que sostienen a un sujeto en el devenir de su existencia se han vuelto frágiles, la vida se torna un hacerse a sí mismo cada vez. La caída de un a ficción estructuradora de la experiencia, lejos de experimentarse como liberadora, trae aparejada la fatiga de ser uno mismo”.

Bibliografía:

Aulagnier, P. Construirse un pasado. Revista Adolescencia ASTBA/Ed. Graffitti S.P.L

Dimov, M. Adolescencia tiempo de trasgresión.

Duschatzky, S.- Corea, C. Chicos en Banda. Los caminos de la subjetividad en el declive de las instituciones. Cap: I, II, III y IV. Bs.As. EdPaidos. 2002

Roel, I. Familia y Subjetividad. (Ficha de cátedra)

Rojas, C. Modelizaciones en Psicoanálisis familiar. Aproximación teórica-clínica a la familia de hoy. En: Revista de AAPG N°2. 2000

Sanchez, M. La adolescencia y el malestar en la cultura. (Ficha de cátedra)

Winnicott D. Realidad y juego. Cap XI. De Gedisa. Bs.As. 1988.

Winnicott D. Deprivación y delincuencia. Compilado Winnicott C., Shepherd R. y Davis M. EdPaidos.