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Coherencia de vida

Enviado por   •  23 de Diciembre de 2018  •  1.571 Palabras (7 Páginas)  •  345 Visitas

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Bien lo decía nuestro señor Jesucristo, en Mt 15: 7-8:

"Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías cuando dijo: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí."

Entonces miren mis hermanos, que son palabras muy duras de Jesús, y empieza diciendo HIPOCRITAS, y es el drama del mundo actual. Y que pasa. Este pueblo me honra con los labios, sin embargo, su corazón sus actitudes son justamente al revés, es todo lo contrario de lo que dice con palabras, mostrando una incongruencia dramática entre la fe y la vida. Honrar con los labios, hacer gestos exteriores, que de repente son piadosos, que de repente son hermosos, pero por dentro lleno de podredumbre. Ahí está el problema. Es algo que tenemos que cambiar en nuestras vidas. De tener esta coherencia entre la fe y la vida. Honrar a Dios con los labios, pero también con nuestras actitudes, las 24 horas del día. Por lo tanto que todos nosotros no merezcamos más esta crítica de Jesús. Hipócritas, hacen una cosa, dicen otra, me honran con los labios, su corazón está lejos de mí. Pero que justamente nuestro corazón este en cristo Jesús. Seamos sinceros, seamos transparentes y que nuestras obras las 24 horas al día sean correspondientes a nuestra fe.

Ahora bien:

Un cristiano coherente es aquél que sostiene con sus obras lo que cree y afirma de palabra. Se descubre en él o en ella una estrecha unidad entre la fe que profesa con sus labios, la fe acogida en su mente y corazón, y su conducta en la vida cotidiana: su fe pasa a la acción, se muestra y evidencia por sus actos y Esta coherencia la vive no sólo cuando las cosas se le presentan "fáciles", sino también cuando es puesto a prueba.

Eso es ser un cristiano coherente.

Ahora veamos Un cristiano incoherente con su fe y condición de bautizado. , es aquél cuyas obras contradicen abiertamente lo que sostiene con sus palabras, lo que dice creer y lo que en su corazón anhela en lo más profundo de su ser. Es, por ejemplo, aquél que dice: "soy creyente, pero no practicante", un bautizado que -aunque a veces va a Misa y reza algo de vez en cuando- actúa del mismo modo como lo hace un hombre que no cree en Dios, que no conoce la fe.

Pero en cierta forma nosotros somos Incoherentes. Porque en un retiro espiritual nos hemos encontrado con el Señor Jesús, y no nos esforzamos por llevar una vida cristiana seria, todavía estamos divagando en el mundo, cuando negamos con nuestras obras las enseñanzas de Jesús, cuando no hacemos lo que a otros predicamos o exigimos. ¡Ciertamente todos, más o menos, tenemos algo de incoherentes...!

Por eso, la importancia de tener una vida coherente. Ahí está el secreto de la santidad, a la que Dios nos llama a cada uno de nosotros, en nuestro propio estado de vida. Por ello es tan importante que de la fe en la mente y en el corazón pasemos a la fe en la acción

Hoy por hoy tenemos la necesidad de ser coherentes, la necesidad de respaldar nuestras palabras, con nuestras actuaciones. De ver como nuestros sentimientos se transforman verdaderamente en acciones, y de ver como nuestras ideas, como los valores que nos empujan son traducidos transparentemente en la vida diaria. Un peligro que tenemos es ser incoherentes. Un peligro que tenemos en la vida es decir una cosa y vivir otra. Sentir algo, y realmente actuar bien distinto, bien diferente. El señor nos invita a tener una espiritualidad en la vida diaria, una espiritualidad que se traduzca en buena actitud, en justicia, en misericordia, en solidaridad, en servicio. Muchas veces hemos creído que ser espiritual, se muestran en unos comportamientos litúrgicos o en unas poses religiosas y se nos olvida que es en el diario vivir, que es en el diario actuar donde cada uno de nosotros tiene que asumir su experiencia de fe. Cuando realmente esa experiencia se traduce en comportamientos que bendicen a los demás, en comportamientos que nos llenan de alegría, que nos llenan de gozo, que nos llenan de plenitud.

Somos creyentes, somos hombres que seguimos a Jesús, somos hombres que vivimos su palabra.

Cuidado con vivir lejos de la acción de Dios, cuidado con tener una vida totalmente apartada de la acción de Dios.

Aquí tenemos a Jesús, miren lo hermoso que es… ustedes ¿lo aman? ¿Sí? Y como se lo hacen saber. ¿Cómo? Como se lo demuestran. Haber díganle algo… eso, denle besitos, que bien, que ¿más? Que más le pueden decir:

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