VIDA DE SANSÓN
Enviado por Helena • 6 de Noviembre de 2018 • 2.119 Palabras (9 Páginas) • 364 Visitas
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¿Esta Dios todavía con usted? Asegúrese no sea que a causa de su pecado Dios lo haya dejado
7 Hay abundante gracia aún para el mayor de los pecadores (2Timoteo 2:13)
Los filisteos dejaron que el cabello de Sansón volviera a crecer, y esto muestra una opinión superficial de Dios. La fuerza de Sansón no había surgido de los votos que él había hecho, sino del Dios a quién había hecho estos votos. Ese Dios había dicho que sansón sería nazareo “hasta el día de su muerte”. El abandono de Su siervo no podía ser sino temporal. La promesa estaba obligada a mantenerse con todo sin importar si Sansón la despreciaba.
… (Salmo 56:3) Sansón clama a Dios y es escuchado. Por segunda vez registrada en su vida, Sansón ora. Hasta ahora siempre ha supuesto que será fuerte y ha usado su fuerza para salvarse él mismo. Ahora, por primera vez, ciego y débil, solo pide: Jueces 16:28. Esta debe ser la razón por la cual la fuerza de Sansón le es devuelta. Quizá por primera vez está ejerciendo la fe.
Aquí por fin está reconociendo su dependencia de la gracia de Dios. La verdadera tentación de Sansón había sido creer que Dios nos bendice debido a que hay algo grande y merecedor en nosotros, y ver con autosatisfacción lo que Dios le había dado por gracia como un derecho para usarlo como le placía. Eso, más que Dalila, era su verdadero pecado. Es difícil recordar que hacemos lo que hacemos sólo debido a la gracia de Dios, y que la gracia de Dios nos es dada para que hagamos lo que le agrada a Él y para el servicio de Su pueblo.
No espere a que Dios lo humille para hacer su voluntad, mejor hágalo ahora y disfrute la recompensa de parte de Dios.
8 La batalla no se trata de Sansón vs los filisteos sino el Señor vs Dagón
Finalmente a quién va a servir Israel??? La dominación de los filisteos era en todo ámbito, no sólo se trataba de la opresión física, sino que alcanzaba la opresión cultural y espiritual. Dios quiere rescatar a su pueblo de la idolatría, no sólo de sus enemigos locales. En Gaza se encontraba uno de los templos de Dagón y este era el lugar donde Sansón fue llevado.
“Nuestro dios ha entregado en nuestras manos a Sansón, nuestro enemigo” (16:23) dijeron los jefes de los filisteos. El escenario es el templo de Dagón (16:26), y el pueblo celebra y alaba a Dagón (16:24-25).
Sin embargo Sansón aún no ha acabado. Pide que lo pongan donde pueda tocar las columnas del templo. Bajo el techo que estaba sostenido por estas columnas están grandes multitudes, incluyendo los jefes de los filisteos y la estatua de su dios; en el techo mismo hay 3000 personas más (16:27). Sansón reconoce que el Dios de Israel es soberano. Sansón sabe que Dios no es solo su Dios sino que también Él es el Dios Salvador, el Dios del pacto y el Dios relacional de su pueblo, Israel.
9 ¿Cóomo se compara la vida de Sansón con la de nuestro Señor Jesús?
En muchos aspectos el fin de Sansón es un retrato, una sombra, de la muerte de Jesús. Rastrearla nos permite captar más profundamente de lo que se trata la cruz y adorar a Aquel que murió por nosotros.
En primer lugar, tanto Sansón como Jesús fueron apartados desde su nacimiento.
Segundo lugar, traicionados por alguien cercano.
Ambos fueron entregados a los gentiles opresores.
Ambos fueron torturados, encadenados y expuestos a la exhibición pública para que se burlaran de ellos.
A ambos se les pidió que tomasen acción (aunque Jesús, a diferencia de Sansón, se negó).
Ambos murieron con los brazos extendidos.
Ambos parecían derribados por sus enemigos. Sin embargo, en su muerte, ambos aplastaron a su enemigo: Sansón a los filisteos y a Dagón; Jesús, al máximo enemigo, Satanás.
Mientras Sansón hacía que el templo cayera con estrépito sobre Dagón y sus seguidores, el poder espiritual y el aparente triunfo de Dagón se revirtió. Sansón trajo enemistad permanente entre estas culturas para que Israel cambiara y no estuviera más inconsciente e inevitablemente bajo el poder de los filisteos.
En la cruz, Jesús aniquiló el poder de Satanás, desarmándolo (Colosenses 2:15). ¿Cómo logró esto la cruz? Quitó el castigo por nuestra idolatría, esto es, la muerte, para que Satanás ya no pudiera acusar con éxito al pueblo de Dios. Y quitó el poder del pecado en nuestras vidas, haciendo posible que el Espíritu Santo viva en nosotros para romper, en nuestros corazones, el atractivo engañoso de los ídolos. Sansón prefigura el triunfo de Jesús sobre Satanás a costa de Su propia muerte. Así como Sansón mató muchos en el momento de su muerte, así obró la muerte de Jesús para “matar” a Satanás, el poder invisible de la idolatría y el poder de la muerte misma.
En resumen, en Sansón tenemos, más que en cualquier otro de los jueces, el patrón de la “derrota victoriosa”: rechazado, golpeado, encadenado, solo y muriendo bajo una avalancha de enemigos, Sansón triunfó. Dios liberó a Su pueblo por medio de la derrota victoriosa de un salvador. ¡Esto es el evangelio! Jesús se hizo débil para ser fuerte. Cabe señalar una gran diferencia: mientras que con la sepultura de Sansón terminó su gobierno (16:31), con la sepultura de Jesús la historia no había más que empezado. Él gobierna más allá de Su sepultura, no solo antes de ella. Aquel que se hizo débil para salvar, gobernará con fuerza y poder por la eternidad.
Llegar a ser cristiano y seguir en el cristianismo tiene que ver con el mismo patrón: hacerse débil para volverse fuerte. Solo los que admiten que son injustos reciben la justicia de cristo. Solo los que saben que su vida y su fuerza son suyas únicamente por gracia no viven en las garras del temor. Solo los que conocen su propia debilidad son capaces de conocer la fuerza interna que Dios da, la fuerza que nos permite evitar las situaciones peligrosas de la vida de Sansón: orgullo, lujuria, ira, venganza y autocomplacencia.
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