La pasion de cristo.

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Vosotros fariseos y saduceos sois estatuas que el fuego podrá vencer, porque el agua no hace nada mas que correr por encima y luego se seca. No basta pues bañarse en el Jordán, la absolución es saludable pero no es si no un principio, haced pues contrario de lo que habéis hecho hasta aquí, porque si no seréis reducidos a ceniza, serán por aquel que bautizara con fuego, hagan frutos dignos de penitencia, no digan tenemos por padre a Abraham… porque ya esta el hacha lista para cortar los árboles, pues todo árbol que no produzca buen fruto será cortado y arrojado al fuego.

Fariseo: ¿entonces que debemos hacer?

J. Bautista: el que tenga dos túnicas… dele una al que no tenga y con el alimento hagan lo mismo.

Soldado: nosotros que podemos hacer tenemos un trabajo que cumplir.

J. Bautista: no maltraten a nadie, no lo denuncien falsamente y quedaran satisfechos de si mismos.

Fariseo: ¿eres tú el mesías?... ¿eres tu el salvador de Israel?

J. Bautista: yo los bautizo con agua… pero viene otro mas grande que yo, porque yo soy solo el precursor el que va delante de aquel al que no soy digno de desatarle la correa de su sandalia, el que anuncia al verdadero profeta de dios, el bautizara en el espíritu santo, abran sus corazones… prepárense para la llegada del reino, y ahora dejadme que purifique sus corazones.

Discípulo: señor un maestro de Nazaret quiere verte.

Jesús: la paz del señor sea con todos… vengo a ser bautizado como el último de tus discípulos Juan.

J. Bautista: ¡Jesús! (sorprendido)

Jesús: Juan haz que las aguas del bautismo caigan sobre mi cabeza.

J. Bautista: Jesús, soy yo el que debe ser bautizado por ti, ¿y vienes a mi?

Jesús: serás tu Juan, quien me bautice porque así se cumplirá toda profecía y toda justicia, y que el agua de este Jordán bautizándome a mi, bautice al mundo y sea para todos curación de sus yagas, alivio de sus dolores y perdón de sus culpas… que si un agua, la del diluvio castigo al genero humano, esta del Jordán cayendo sobre mi cabeza habrá de redimirme Juan.

J. Bautista: ¿quieres ser bautizado Jesús mío? dime por ventura, ¿tiene el que esta sano necesidad del medico? o el ¿el que esta limpio, necesidad de limpiarse? ¡Hágase tu voluntad Jesús!

Narrador: y Juan bautizo a Jesús, y el espíritu santo bajo del cielo en forma de paloma y se poso en la cabeza de Jesús y una voz que venia del cielo llego a la tierra diciendo: “este es mi hijo, muy amado”

Jesús: Juan, tengo que seguir mi camino (camina unos pasos)

J. Bautista: señor, ¿puedo saber a donde vas?

Jesús: al desierto Juan… al desierto.

Narrador: luego Jesús siguió el camino solo, un día el espíritu llevo a Jesús al desierto para que el diablo lo pusiera a prueba, ayuno 40 días y 40 noches, así estuvo sin comer y solo oraba, después sintió un poco de hambre. Un ser se le acerco a Jesús, llevaba comida y en tono burlón le dijo:

Diablo: es una jornada dura y muy pesada ¿verdad?... algunos piensan que toda la vida debe ser difícil y que una vida fácil es una vida de pecado… eso es lo que piensan pero no es así… la vida debe ser lo mas fácil posible… y puede serlo si el hombre sabe conseguir el poder y la gloria en este mundo… pero debes estar hambriento después de tanto tiempo de ayuno. Come algo.

Jesús: estoy ayunando.

Diablo: solo un pedazo, para darte fuerza, ¿seguro que no deseas un poco?

Narrador: y el diablo lo puso a prueba.

Diablo: si de verdad eres hijo de dios, ordena que estas piedras se conviertan en panes.

Jesús: la escritura dice: no solo de pan vive el hombre sino también de toda palabra que salga de labios de dios.

Narrador: luego, estando en la montaña más alta el diablo le dijo:

Diablo: si de verdad eres hijo de dios, tírate hacia debajo de esta montaña porque la escritura dice: que dios tu padre mandara que sus ángeles para que te cuiden y te levantaran con sus manos para que no tropieces con piedra alguna.

Jesús: también la escritura dice: no tentaras y no pondrás a prueba al señor tu dios.

Narrador: el diablo insistió y le mostro todos los países del mundo.

Diablo: yo te daré todo el poder y la grandeza de todos estos países, porque yo lo he recibido y se lo daré a quien yo quiera dárselo, si te arrodillas y me adoras, ¡todo esto será tuyo!

Jesús: la escritura dice: “amaras al señor tu dios, con toda tu alma, con todo tu corazón y con toda tu fuerza y le servirás solo a el”.

Narrador: cuando ya el diablo no encontró otra forma de poner a prueba a Jesús, se alejo de el por algún tiempo, y el espíritu llevo a Jesús de nuevo a Jerusalén. Siguió Jesús predicando su doctrina y una tarde en las montañas de Galilea, Jesús vio que unos hombres lo seguían.

Jesús: ¿a quien buscáis?

Andrés: al cordero de dios, el que quita los pecados del mundo.

Jesús: ¿luego es a mí a quien buscáis?

Simón Pedro: ¡si, es a ti!; desde ahora te seguiremos siempre.

Jesús: pues que la paz sea con mis primeros discípulos, en cuanto a ti Simón, hijo de Jonás, de hoy en adelante te llamaras cefas que quiere decir: piedra; piedra te llamaras o Pedro y en ti edificare mi iglesia. De hoy en adelante te hare pescador de hombres, seguidme y ustedes también.

Todos: si, maestro.

Jesús: vamos a las aldeas y ciudades, es preciso que predique en ellos el evangelio, porque para eso he venido.

Narrador: Jesús siguió predicando, y llego a la ciudad.

Jesús: se ha cumplido ya el tiempo y el reino de dios esta cerca, haced