Día de la Reafirmación de los Derechos del Estudiante Secundario

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y psicológicas, pasando, claro esta, por la clásica y tradicional prisión.

Hoy se cumplió un nuevo aniversario de la llamada "Noche de los Lápices" (16/09/76), en

la que un grupo de jóvenes idealistas y militantes fueron secuestrados, torturados y desaparecidos. Eran estudiantes secundarios de la Escuela Normal Nro 3 de la Plata, tenían entre 14 y 18 años y luchaban entre otras cosas por la recomposición del Boleto Estudiantil Secundario que la dictadura había anulado.

El operativo fue realizado por el Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejercito y por la Policía de la Provincia de Buenos Aires dirigida en ese entonces por el general Ramón Camps, quien calificó al suceso como lucha contra "el accionar subversivo en las escuelas" lo que demuestra que esto formo parte de una planificación y que no estaba dirigido solo a este grupo de jóvenes.

De los procedimientos utilizados, surge claramente que no se trataba de hechos aislados, sino de una investigación pormenorizada de distintas escuelas.

En una entrevista concedida a un grupo de padres, un Coronel de Campo de Mayo les expresó que se llevaban a los jóvenes que habían estudiado en "colegios subversivos para cambiarles las ideas.

Particularmente entre agosto y octubre de 1976, jóvenes que cursaban sus estudios secundarios en otras partes del país también sufrieron los mismos tormentos. Se llevaban chicos de algunos colegios que ellos tenían marcados y consideraban que enemigo era todo aquel estudiante que se preocupara por los problemas sociales y por fomentar entre los estudiantes la participación y la defensa de los derechos de los mismos.

El hecho recién fue conocido y tuvo resonancia pública a partir del Juicio a las Juntas Militares 9 años mas tarde, en el año 1985 cuando Pablo Díaz –uno de los jóvenes sobrevivientes- narró su historia ante la justicia.

Un año después este testimonio logró ampliarse a causa del libro que le dió nombre a este horror y hoy conocemos como "La Noche de los Lápices", de los periodistas Héctor Núñez y María Seoane. Posteriormente también apareció la reconocida película del director Héctor Olivera basada en la obra literaria mencionada.

Según dice la socióloga Elizabeth Jelin, el ejercicio activo de la memoria es “fundamental para el procesamiento de los dolores colectivos”.

La dictadura y el terrorismo de Estado, fueron y son un gran dolor colectivo.

El recordar, en particular el acontecimiento que hoy conmemoramos, constituye un ejemplo en este sentido, porque con el transcurso del tiempo fue cambiando y transformando la memoria de la sociedad.

Fue a través de los años y las profundizaciones en la historia argentina reciente que la figura de

los jóvenes secuestrados adquirió características más complejas ya que en aquellos primeros

años de la democracia se evitaba mencionar un dato central de la historia: la pertenencia política de la mayoría de los jóvenes secuestrados.

Esto no cambia el sentido de este aniversario, sino que, por el contrario, muestra lo importantes que son la memoria y la insistencia en el conocimiento de lo ocurrido, cuando las sucesivas generaciones toman un hecho del pasado y lo analizan desde sus preocupaciones del presente.

Este acto también nos permite reflexionar sobre lo que no queremos que vuelva a pasar y condenar los métodos ilegítimos utilizados por cualquier gobierno que estén orientados a inducir el miedo o terror en la población civil.

A su vez, es una invitación a recordar la vida de aquellos jóvenes que lucharon y participaron para construir un futuro mejor y una ocasión propicia para solicitar la participación activa de todos nosotros por la construcción de un mundo, más justo, con derechos y respeto.

Y para terminar quería decirles que

Los lápices seguirán escribiendo….

en la memoria de los que crean en la concreción de los ideales,

y mantengan siempre el compromiso de mejorar el presente.