"Discurso del Metódo" de René Descartes

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En la cuarta parte, Descartes ofrece pruebas de la existencia del alma y de Dios. Contemplando la naturaleza de los sueños y de la falta de fiabilidad de los sentidos, se da cuenta de su propio proceso de pensamiento y se da cuenta de que es una prueba de su existencia: pienso, luego existo (Cogito ergo sum). También concluye que el alma es separada del cuerpo en base a la falta de fiabilidad de los sentidos, en comparación con la razón pura. Sus propias dudas le llevan a creer que él es imperfecto, sin embargo, su capacidad de concebir de perfección indica que algo perfecto debe existir fuera de él, es decir, Dios. Su razonamiento es que todas las cosas buenas en el mundo deben provenir de Dios, como debe todos los pensamientos claros y distintos.

En la quinta parte se mueve de discusión de una teoría de la luz a las teorías acerca de la anatomía humana. Descartes considera el hecho de que los animales tienen muchos de los mismos órganos que los humanos aún carecen de facultades del habla o la razón. Toma esta diferencia como evidencia de la humanidad "alma racional". Considera la misteriosa conexión del alma con el cuerpo y llega a la conclusión de que el alma debe tener una vida fuera del cuerpo. Por lo tanto no debe morir cuando el cuerpo muere. Porque él no puede concebir una manera de que el alma podía perecer o ser matado, se ve obligado a concluir que el alma es inmortal.

En la sexta parte, Descartes toca con cautela sobre posibles conflictos con la iglesia sobre sus ideas acerca de la ciencia física. Por último, implora a sus lectores a leer con atención, se disculpa por escrito en francés y no en latín, y se compromete a evitar la fama y la fortuna en el nombre de la búsqueda de la verdad y el conocimiento.

BIBLIOGRAFÍA:

- DESCARTES, René. Discurso del Método. 24ª edición. Editorial Porrúa. 2014.