El fascismo y sus mecanismos de atraccion de masas
Enviado por monto2435 • 15 de Enero de 2018 • 1.767 Palabras (8 Páginas) • 427 Visitas
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Por otra parte en Alemania, Das Reich ("El Imperio") cumplía la misma función. Fue un semanario nazi editado en Berlín entre 1940 y 1945 por el Ministro de propaganda del Reich, Joseph Goebbels. Se trataba de una publicación diseñada especialmente para su distribución en el extranjero. El autor principal de los artículos fue el mismo Goebbels, que contribuía al diario con un artículo propio cada semana. El periódico contenía numerosos nuevos artículos, y ensayos sobre varios temas, todos con el objetivo único de exaltar el nazismo.
Este monopolio de la prensa significaba que cualquier cosa que leyeran tanto los ciudadanos alemanes como los italianos iba encaminado a exaltar la grandiosidad del régimen vigente, ocultando y manipulando la verdad a su libre albedrío. Además, todo debía pasar primero por el consentimiento del Reich y el Duce, o en su defecto, personas completamente afines a sus ideales que se limitaban a obedecer y ejecutar órdenes, tal y como demostraba Goebbels. Esto significaba que mucha gente sólo veía las cosas buenas que el líder deseaba mostrar, de tal manera apoyando al régimen.
Las demostraciones de poder
Una característica de los regímenes fascistas que he mencionado antes es el sentimiento de unidad y superioridad de razas (en Alemania, destacar la raza aria) que jugaba una parte importante a la hora de atraer a las masas. La gente dejaba de lado el individualismo para formar parte de algo más, de un pueblo por encima del resto. Para mantener esta unidad dentro de la sociedad, Hitler y Mussolini llevaron a cabo durante sus mandatos diversas demostraciones de poder.
Con Goebbels como impulsor, Hitler organizó los famosos congresos nacionales de Núremberg (conocidos como Reichsparteitage). Fueron las concentraciones realizadas entre 1934 y 1938 por miembros del Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (NSDAP) o nazi en el llamado Campo Zeppelín. Dichas concentraciones daban gran publicidad al régimen de la Alemania nazi, logrando reunir alrededor de 500.000 miembros del partido nazi en todo el periodo en que se celebraron dichos mítines. Los espectáculos de una semana de duración siempre tuvieron lugar en septiembre. En el centro de atención fueron discursos de Adolf Hitler y desfiles de todas las organizaciones importantes del estado nacionalsocialista.
Después del primer vuelo italiano sobre el Atlántico Sur en 1931, en 1933, Italo Balbo, organizó el segundo y más famoso de los vuelos del Atlántico Norte, para conmemorar el décimo aniversario de la Regia Aeronáutica (creada el 28 de marzo de 1923). A bordo de 25 hidroaviones del 1 de julio al 12 de agosto de 1933 Balbo y sus hombres llevaron su flota de aviones cruzando el océano hasta Nueva York y retornaron a través de todas las principales naciones europeas y visitando la mayoría de ciudades en los Estados Unidos. Por el momento fue una expedición que aumentó el prestigio italiano en el mundo y dio gran fama internacional a Balbo, incluso superior a la de Mussolini.
El líder
La figura del Führer y el Duce eran la máxima impronta del fascismo. Ante los ciudadanos, el líder se presentaba como un salvador, un padre para la nación que venía a ‘rescatar’ a la nación que acusaba la mala gestión de los gobiernos anteriores y devolverle la importancia que se merecía. Esto resultó muy atractivo para las masas, que les veían como única solución posible y se sentían identificados y representados.
Hitler y Mussolini tenían muchos puntos en común. Ambos pertenecientes a familias humildes, habían tenido una vida dura que les había hecho reacios al sistema político vigente. Se consideraban agitadores y revolucionarios, con un nacionalismo exacerbado y actitud racista a aquellos que no pertenecían a sus mismos lugares de nacimiento (gitanos, judíos).
Pero lo que realmente destacaba en ambos era su capacidad de oratoria: sus discursos destacaban por su fuerza y su alta carga sentimental, apelando directamente al ciudadano, a la unión del pueblo y a su grandeza. Ambos contaban con una voz contundente y unos mensajes claros tales como: "Italia tendrá la paz y se la daremos con amor si es posible o con la fuerza si es necesario"(Mussolini, 1925) y: "Ante Dios y el mundo, el más fuerte tiene el derecho de hacer prevalecer su voluntad [...] ¡Al que no tiene la fuerza, el derecho en sí no le sirve de nada! [...] Toda la naturaleza es una formidable pugna entre la fuerza y la debilidad, una eterna victoria del fuerte sobre el débil" (Hitler, 1923).
Es más, se supo que Hitler recibió enseñanza teatral: ensayó todos sus gestos famosos y hasta las expresiones faciales. Tuvo un profesor, Paul Devrient, que fue cantante de ópera. Le enseñó técnicas para su puesta en escena y también le enseñó a educar su voz. Además, Mussolini había sido anteriormente maestro, sindicalista y periodista, lo que le otorgaba un dominio destacable del léxico.
En cuanto a su personalidad, es decir, la parte más privada y menos conocida de ambos líderes denotaba una frialdad y una falta de sensibilidad que posiblemente podrían explicar en cierta medida la falta de vacilación para asesinar, torturar y mutilar indiscriminadamente a miles de personas.
Para concluir, hace falta puntualizar que éstos no fueron los únicos métodos por los cuales Hitler y Mussolini consiguieron la obediencia y el apoyo de la sociedad (el miedo a las represalias era otro factor muy importante que jugaba en su favor) pero sí que es cierto que los mensajes propagandísticos martilleantes, las demostraciones de fuerza y grandeza y, más importante, la imagen de un líder fuerte y poderoso que pretendía salvarlos fueron clave en el proceso de atracción y control de masas.
Bibliografía
- http://docsetools.com/articulos-de-todos-los-temas/article_28702.html
- http://www.claseshistoria.com/fascismos/c-propaganda.htm
- http://hispanianova.rediris.es/10/articulos/10a009.pdf
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