Seris, indios del norte..

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Se iniciaron expediciones militares en 1760, con una gran cantidad de soldados bajo el mando del coronel Elizondo, a pesar de las movilizaciones militares en contra de los serios y pimas.

“En el año de 1767, a las órdenes del coronel de Dragones de España Domingo Elizondo, partieron de la capital del virreinato novohispano rumbo a Sonora quinientos dos soldados de los regimientos de México y España, de Infantería de América, de Fusileros de Montaña, y Voluntarios de Cataluña. Su misión era liberar a esa provincia del peligro de caer en manos de los rebeldes seris y pimas y de los invasores apaches. Para ello, en unión de otro importante cuerpo de tropa organizado en la misma región, debían atacar a los primeros en su impenetrable refugio Cerro Prieto, en el sur de Sonora, y después dirigirse al norte hasta la región del rio Gila para combatir a los segundos en su propio territorio. Según los planes de la expedición, las operaciones contra los rebeldes debían tener una duración aproximada de ocho meses, tiempo que se estimaba suficiente para lograr la pacificación y control. Este objetivo, sin embargo resultó más complejo de lo esperado y tomó cuatro largos años a las fuerzas conjuntas de México y Sonora para realizarlo” (Mirafuentes, Máynes, 1999, pág. XI)

Nunca fueron exterminados totalmente como la corona española lo había ordenado; sin embargo, sí hubo indios que fueron capturados y asesinados, a las mujeres que secuestraban las vendían a otras colonias españolas de diferentes partes del país hasta Guatemala, unos huyeron a Cerro Prieto que era un territorio peligroso y de imposible acceso de para los españoles, otros huyeron a la Isla Tiburón donde ahí se refugiaron. “Las primeras entradas de los españoles a las tierras de estas tribus se caracterizaron por la forma pacífica y naturales que estas tribus los recibieron, pero que el trato injusto y las crueldades de algunas autoridades los tornó hostiles y desconfiados y los obligó a recurrir a la guerra como medio para defender sus derechos” (Galaviz).

Fueron muchos años los que estuvieron en la misma situación con los españoles a excepción de algunos periodos de tiempo que estuvieron en paz. Después del México independiente, los mexicanos rancheros lograron adentrarse en el territorio desértico creando sistemas de pozos para la ganadería, estos invadieron su territorio y la reacción negativa de los indígenas no se hizo esperar.

Los seris comenzaron un saqueo de cultivo y ganado perteneciente a las rancherías, esto originó enfrentamientos violentos provocando casi el exterminio de los indígenas por parte de los rancheros. “Tras un fallido intento de incorporar a los seris al trabajo y a las maneras mexicanas, estalló un brutal ciclo de pillaje y represalias de exterminio entre las décadas de 1850 y 1860, conocido como la guerra de Encinas. Los hombres de los terratenientes, armados con rifles de repetición y montados a caballo, asesinaban a hombres, mujeres y niños de cualquier campamento que encontraran a su paso, independientemente de que hubieran matado o no algún animal del ganado de los rancheros. De esta manera se exterminó al menos a la mitad de la población seri en los 12 años que duró la masacre” (Rentería, 2007, pág. 13)

El número de habitantes se redujo tanto que desaparecieron los sistemas de clanes, obligándolos a unificarse en un solo clan. Algunos siguieron dedicándose a la pesca, la caza y la recolección, otros aprovecharon a las rancherías que cada vez iban en aumento y otros seguían en el saqueo de ganado y cultivo de los rancheros. Esto provocó otra ola de violencia contra el pueblo, esta vez ordenado por el gobernador Rafael Izábal, a mediados de 1904. Mataron a hombres y secuestraron a mujeres y niños, los amenazaron. En la historia violenta de los indígenas seris, el gobernador fue el primero en adentrarse a la Isla Tiburón, su refugio cada que los atacaban. Ahí tomó como prisioneros a muchos indios y a otros los mató.

Gracias a la globalización y al occidentalismo que se estaba propagando por todo el país, los seris se vieron obligados a cambiar su vida nómada a una vida sedentaria. Algunos simpatizaron con los rancheros y trabajaron en sus tierras y otros se dedicaron a la pesca, solo unos pocos siguieron movilizándose dependiendo de la época de auge pesquero. Fue en la década de 1930 cuando comenzaron a comercializar con lo que mejor sabían hacer: la pesca. El entonces presidente de México, Lázaro Cárdenas, por decreto creó cooperativas facilitándoles la distribución de su producto. Había terminado la época de violencia sanguinaria en contra de los seris. Ya sedentarios, dedicados al comercio y formando parte de la sociedad, en el sexenio de Luis Echeverría el 10 de febrero de 1963 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto presidencial que otorgó a los seris una gran extensión territorial, la nueva nación seri ocupa 91,322 hectáreas que cubre desde Punta Chueca y el Desemboque en el territorio continental, y evidentemente la Isla Tiburón; también se decretó el Canal de infiernillo como zona exclusiva de pesca.

Conclusiones.

Luego de atacar por muchos años a los Conca’ác, de planear y no obtener éxito para desaparecerlos, este pueblo indígena ha prevalecido y prevalecerá. La Nación Seri se convirtió en un pueblo autónomo y con una gran riqueza cultural. Finalmente, al negarse a formar parte de la sociedad occidental, este pueblo sigue en constante transformación, adaptándose a las nuevas formas de vida pero sin dejar de lado su esencia como pueblo. Habrá que estudiar más a fondo a este pueblo, tiene una riqueza culturar de donde sacarle provecho.

Introducción:

Los Seri o Conca’ác etnia perteneciente a la costa del estado de Sonora, ha sufrido cambios radicales gracias al proceso de globalización, después de muchos años de haber sido perseguidos, pasan de ser nómadas a sedentarios; sin embargo, en algún tiempo era imposible de impregnar otra ideología. El pueblo seri se caracteriza de ser rebeldes y defensores de sus tierras ante los que ellos creían invasores, es una de las pocas etnias que evitaron la evangelización, la occidentalización y el mestizaje por mucho tiempo a comparación de las etnias del sur. “Los seris conservaron durante más tiempo que otros pueblos indígenas su autonomía y su cultura, por razones que contrastaban con la lógica económica de los conquistadores: un territorio difícilmente aprovechable, ausencia de riquezas acumuladas, sin suficiente producción que hiciera redituable la conquista y una mano de obra para cultivar no apta, porque sus habilidades desarrolladas