Abortistas y pro vidas entre los jóvenes alicantinos
Enviado por Eric • 15 de Diciembre de 2017 • 1.808 Palabras (8 Páginas) • 433 Visitas
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También defienden las malas consecuencias del aborto: el estrés post-aborto. Esto desencadena que el 60% de las mujeres que abortan presenten tendencia suicida y que crezca el riesgo de contraer cáncer de pecho en un 50%. La Real Academia de Obstetricia de Inglaterra ha informado que las probabilidades de problemas pisquiátricos graves y permanentes después de un aborto pueden alcanzar hasta el 59% de las madres. Se estima que el riesgo inmediato de estas complicaciones es de un 10%, pero el de las complicaciones a largo plazo es entre el 20 y el 50%.
Por otro lado, el 87% de los encuestados está desinformado sobre todos estos problemas post-aborto.
Los que se encuentran a favor de la interrupción del embarazo, defienden lo publicado en la revista 'Archives of Internal Medicine'. Aquí se afirma que los abortos, ya sean espontáneos o inducidos, no elevan el riesgo de contraer cáncer de mama. Tan solo observan esta posibilidad cuando la mujer que aborta (de forma inducida) es menor de 20 años.
La American Psychological Association afirma que no todas las mujeres se arrepienten tras abortar. Sus estudios revelan que el estrés antes del aborto es mucho mayor, y que cuando las mujeres logran deshacerse del feto experimentan un gran alivio.
Los que apoyan el aborto, también defienden la dignidad de las mujeres que se quedan embarazadas por culpa de una violación. Consideran que el nacimiento de ese niño para la madre, significaría castigar a la mujer exponiéndola a una enorme carga psicológica y física.
Sin embargo los pro vida afirman que menos del 2% de los abortos se llevan a cabo como resultado de violación o amenaza de vida para la madre. Mientras que el 98% restante es por motivos socioeconómicos. Por lo que la legalización del aborto, se convierte para ellos en una puerta abierta hacia el “asesinato” innecesario de muchos inocentes.
También afirman que no se debería permitir la interrupción del embarazo en caso de malformación o enfermedades congénitas. El caso de los niños con síndrome de down, es el más denunciado por los pro vida. De cada 750 concepciones en el mundo, una padece esta enfermedad, y como informa La Federación Española de Síndrome de Down, en el 90% de los casos, los padres prefieren abortar antes que tener al niño. Esto ha producido un gran descenso de población que padece de esta enfermedad, lo que resulta intolerable para los pro vida, que tachan estos abortos de homicidios selectivos (como en el nazismo alemán) por razones de eugenesia (mejoramiento de la raza).
Los defensores del aborto afirman que en ocasiones se decide abortar a estos niños por problemas económicos, y por el impedimento de darles la calidad de vida y atenciones que necesitan.
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Por otro lado los pro vida tachan de machistas las leyes que permiten el aborto. Opinan que en muchas ocasiones, es el marido o novio quien empuja a la mujer hacia el aborto, negándole todo tipo de apoyo. Esto va en contra de la mujer y por tanto facilita el machismo y la explotación de ésta por parte del hombre, pues le hace más fácil ser irresponsable y la convierte solo en un objeto sexual.
Asimismo, el 53% de los encuestados masculinos trataría de convencer a su pareja para que abortara, en caso de que ésta se negara.
“Estoy en contra de la ley que permite el aborto, pero en realidad y aunque suene hipócrita, no quiero ser padre con 18 años.” Confiesa uno de los encuestados perteneciente al último 53%.
La visión de los que están a favor de la interrupción voluntaria del embarazo, es muy diferente. Opinan que el existir el derecho a que la mujer pueda abortar, le da libertad y la hace dueña de su propio cuerpo, sin que nadie intervenga en sus decisiones más que ella misma, sus convicciones y sus valores. Por otro lado afirman que una ley que permita el aborto, respeta la decisión de las que quieren abortar, como de las que no. Sin embargo, una ley que lo prohíba, obliga a tener al niño tanto a las pro vida como a las abortistas. Esto genera que en la práctica, una manera de pensar se ponga por encima de la otra.
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Ambos sexos coinciden en que el 67% conoce a alguien que ha interrumpido intencionadamente su embarazo. Por último el 94% de las mujeres, y el 73% de los hombres, se negaría a una ley donde el aborto únicamente estuviera permitido en caso de enfermedad del feto, peligro para la salud de la mujer o violación.
“No me parece que se deba hacer una ley que decida por ti, cada uno decide por sí mismo y por su cuerpo. Nadie debería obligarte a nada.” Afirma uno de los encuestados de sexo masculino ante la última pregunta.
“Creo que la libertad de la persona no se puede vulnerar por esos criterios” concluye una de las entrevistadas ante los supuestos casos donde la ley propuesta permitiría el aborto.
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