Crónica barrio Boston Medellín.

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En el segundo piso del museo al final de una galería de fotos, está Orlinda Mesa, mediadora de la Casa de la Memoria desde hace 3 años, recibe a los extranjeros con una sonrisa en el rostro como diciendo “bienvenidos a Colombia”. Sanación, conocimiento, cultura e historia es lo que brinda el museo a sus visitantes, manifiesta Orlinda de 53 años.

A las horas pico el parque comienza a tener un aroma a pan caliente que proviene de la panadería Los Rodillos, que se encuentra a unos cuantos pasos del parque, lugar que provee los pandequesos y los cafés de ancianos que a diario se ven con sus compinches intercambiando historias del ayer.

Afuera todo es alegría y adentro un aire frio se esparce por todo el lugar en el que de distintas formas, exponen y demuestran que la guerra existe, que se encuentra en nuestro país y mucho más cerca, en nuestra región.

Recorrer largas horas en transporte público y soportar el trajín de las calles, son pequeñeces para personas como Beatriz Elena Vélez, quien reside en el municipio de Envigado y cruza la ciudad hasta llegar al centro, exactamente al barrio Boston, con el fin de mantener vivo el recuerdo de un familiar que la guerra le arrebató.

Lista para iniciar su recorrido por el museo, Beatriz Vélez camina lentamente y un poco pensativa. El primer acercamiento que el museo nos ofrece es un corredor largo y alto en el que frases impactantes sobre el conflicto armado ponen pensativo a cualquiera.

En el caso de Beatriz estas frases son para ella mucho más personales. En combate perdió a dos hermanos que luchaban por su país y que creían profundamente que su labor ayudaría a realizar algún cambio en la sociedad, este espacio es para Beatriz, su familia y personas que como ellos han vivido el conflicto armado en carne propia, una casa de liberación personal, un homenaje a esos hombres de guerra y un apoyo emocional para que aquellos no se sientan solos y compartan su dolor.

Los de arriba y los de abajo del parque

¡Usted viene de arriba! Se escuchaba continuamente entre los habitantes del barrio, ya que en sus inicios, los habitantes del sector consideraban que Boston tenía un desarrollo urbano diferente a la ciudad, pues la cantidad de quebradas y riachuelos, como: Aguadita, La Loca, Pativilca, Chorro Hondo y Santa Elena dividían el barrio en distintas partes. Edificaciones con frentes amplias y fachadas con decoración recargada y ornamento eran preferidas por los de abajo del parque.

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