DOCUMENTAL “CAUSAS NO NATURALES ¿ESTÁ ENFERMÁNDONOS LA DESIGUALDAD?” VS. POLÍTICAS DEL RIESGO Y SENTIMIENTO DE INSEGURIDAD de Robert Castel

...

Como siguiente punto y relacionado con el materialismo que estamos viviendo, quiero puntualizar que en la historia de las luchas sociales se ha logrado garantizar ciertas prestaciones o elementos como la educación universal, prestaciones sociales o condiciones en las jornadas laborales. Pero estas garantías han sido sobrevaluadas por un segmento de la población, mientras que otro las ha menospreciado; encontramos que la población que se encuentra en los NSE más bajos considera a este tipo de garantías un elemento fundamental para su supervivencia que los hace sentirse en desventaja y ha fomentado la idea de que deben ser beneficiados por el resto de la población. En contra posición, encontramos a los NSE superiores, que al gozar de dichas garantías las asumen como un elemento por defecto de su existencia y en consecuencia demeritan la importancia que tienen en la vida cotidiana. No considero que sean buenos o malos los puntos de vista expuestos, simplemente concuerdo con lo que Castel expone diciendo que el temor a perder lo ganado nos vuelve más vulnerables. Y es que es cierto, podríamos asimilarlo a miles de ejemplos de la vida cotidiana y en todos ellos encontraríamos que ambos polos de valoración son dañinos; si bien son garantías que favorecen el progreso individual y la consecución de objetivos, no constituyen elementos que amenacen nuestra supervivencia directamente.

Por último, quisiera centrarme en el marco de las políticas sociales y la salud. El modelo económico que tenemos actualmente inicio con la idea de que el trabajo seria el medio a través del cual el individuo lograría escalar estratos sociales creando a la vez una dependencia del trabajo remunerado. Con la globalización, el crecimiento demográfico exponencial y los cambios en las estructuras/costumbres familiares estamos en un punto en que depender exclusivamente de un empleo se puede considerar un riesgo a nuestra estabilidad económica que impacta diversos aspectos de nuestra vida incluyendo la salud. Hoy en día los salarios difícilmente representan lo que la OIT denomina un salario digno, por lo cual depender exclusivamente de este ingreso nos causara graves problemas; el primero de ellos, niveles de estrés elevados, después malos hábitos alimenticios, enfermedades crónicas y padecimientos cardiacos, envejecimiento acelerado, etc.

En este orden de ideas, observamos que la mayoría de las políticas sociales están enfocadas a atender las consecuencias del problema real, por ello, no se impacta directamente a la causa y si no combatimos el origen del problema estaremos destinando recursos a causas perdidas. A pesar, de que en nuestras manos no este enfocar o redirigir una política social, si lo podemos hacer a nivel individual; no basta con atender esos múltiples resfriados o cierto grado de sobrepeso, hemos de dirigirnos a la causa principal y buscar una solución que nos permita realmente mejorar nuestras condiciones de vida. En términos de administración, debe existir una jerarquía en los planes y programas que multiplique drásticamente los resultados esperados; además de implementar controles de tipo preventivo y no correctivo, de tal forma que el presupuesto con el que se cuenta se optimice.

Como conclusión y a título personal, estoy segura de que aun cuando hoy por hoy la mayoría de nosotros no tiene en sus manos decisiones de impacto mundial, si tenemos la facultad para decidir en nuestras vidas. Por ello, debemos adoptar actitudes proactivas, tomar parte de nuestro entorno, conocerlo, informarnos y con todo ello tomar decisiones informadas que nos permitan contrarrestar el impacto de las constantes crisis mundiales; es decir, ocuparnos en lugar de preocuparnos. Es evidente que no podemos lograr el control total y que cada uno tendrá una concepción distinta de lo que considera un riesgo pero tener el control sobre nuestras vidas, sobre lo que nos compete a cada uno y actuar como nuestros ideales dicten constituye nuestra contribución a la sociedad.