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Guerra civil en Siria (2011-2016): Orígenes y consecuencias

Enviado por   •  11 de Enero de 2019  •  3.674 Palabras (15 Páginas)  •  401 Visitas

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Posterior a la instauración de un comité militar, el partido asumiría el control del Estado; asimismo, le daría seguimiento a la vida económica y mediante los medios de comunicación mantendría bajo control a la sociedad en general. En los años posteriores, Siria estaría inmersa en conflictos de carácter bélico, tal es el caso de la a 3ª guerra árabe-israelí o guerra de los Seis Días; como consecuencia Siria perdería los Altos del Golán ante el fuerte suministro de armamento y apoyo de EE.UU a Israel.

Las luchas internas de las facciones dentro del partido y la serie de dificultades que atravesó el país durante 7 años provocarían que el ministro de Defensa, Háfez al-Assad tome el poder en 1970, mediante un golpe de estado.

El león de Damasco en el poder

Háfez, perteneciente a la comunidad aluíta -ramificación de los chiíes-, provocaría fuertes conflictos socio-culturales dentro de la comunidad siria debido a que al-Assad y su grupo en el poder no representaban a la mayoría de la población en cuestión de religión; ello en un país mayoritariamente suníe.

Durante su mandato tomo la determinación de instaurar la hegemonía del partido Baath (socialista, nacionalista árabe y secular), por lo que con el tiempo hubo una serie de cambios para configurar la permanencia de su gobierno, por ejemplo:

“El artículo 8º de la constitución de 1973 establecía que el Partido Baath era el partido dirigente de la sociedad, aunque aceptaba la existencia de otros partidos que se integraran a un Frente Patriótico, en el marco del cual se toleró la existencia de varios partidos con un estatuto subordinado”.[4]

En 1973, Siria estaría marcada una vez más por la guerra. El gobierno de Háfez intentaría recuperar los territorios perdidos (Altos del Golán) como consecuencia de la guerra de los Seis Días. El conflicto sería denominado “La guerra de octubre”, el cual estuvo caracterizado por la intervención de potencias internacionales, tales como EE.UU y la URSS, en el marco de la Guerra Fría. Como resultado de la alianza del Estado israelí con los Estados Unidos, Siria no sólo no logra su cometido, a pesar de su alianza con la URSS, sino que en años posteriores sufriría un aislamiento impuesto por Estados Unidos, situación “que obligó a Háfez al-Assad a establecer unas relaciones privilegiadas con otro país “paria” de la región, Irán”.[5]

La mano de hierro del régimen al-Assad conllevó al debilitamiento de los Hermanos Musulmanes, al Partido de Acción Comunista y en general a todos los que desafiaran la autoridad impuesta por su gobierno; la disidencia no estaría permitida. Reflejo de ello fue la represión hacia una revuelta suníe en 1982, al norte de Homs, dejando un estimado de entre 5,000 y 20,000 civiles muertos.[6]

Pese a ello, su gobierno había logrado concretar un grado de legitimidad que se traduciría en el mejoramiento de los diversos sectores, tales como salud, educación, derechos laborales y un apoyo al campo. (Conde, 2014)

Finalmente, y después de 30 años de un gobierno dictatorial, Háfez al-Assad fallece el 10 de junio de 2000, en Damasco. Bashar al-Assad sería su sucesor.

Continuación del régimen Al-Asad y el preludio del conflicto.

La transición del poder

La muerte de Basel al-Assad, -hermano mayor de Bashar-, tras un accidente automovilístico en 1994, cambiaría los planes de su padre de que este ocupara la presidencia de la República, con la finalidad de mantener la estabilidad política en el país y asegurar la permanencia en el poder, además de augurar una mejor relación con los diversos grupos que confluyen dentro del partido. Su lugar sería reemplazado por su hijo menor, Bashar al-Assad quién en un principio no había sido considerado para este puesto, tomaría la determinación de apartarse de la vida política de su país y realizar estudios de medicina con especialidad en oftalmología en Inglaterra.

La llegada al poder de Bashar significó un impulso a una serie de reformas renovadoras. Dentro de lo político hizo visible una apertura a la libertad de prensa, materializó la liberación de presos políticos y mostró una notable tolerancia a grupos de oposición, dicho suceso sería conocido como la Primavera de Damasco. La serie de cambios también involucró a la economía, que introdujeron una serie de medidas neoliberales que llevaron a un mejoramiento de la vida de los sirios. De igual forma, “Bashar intenta asimismo subirse al carro de las nuevas tecnologías, el desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente”.[7] Sin embargo, estas reformas resultarían efímeras ante el regreso de la represión por parte de su gobierno y la capitulación por unos pocos de la nueva riqueza generada. (Conde, 2014, pp. 586-588) “Así, el supuesto renovado gobierno sirio volvió a ser más de lo mismo”.[8]

“En el año 2009 Al-Assad prometió un proceso de democratización que no cumplió. Sin embargo, superó el aislamiento occidental que se le impuso a consecuencia de su intervención en el Líbano, su vinculación con el asesinato del ex Primer Ministro Rafiq Hariri (que dio lugar a un movimiento popular que lo obligó a retirarse de el Líbano) y sus relaciones con Irán, situación que ha mutado con la “Primavera Árabe”, la que abre un nuevo capítulo en la historia de su país y de la región”.[9]

La Primavera Árabe

La “Primavera Árabe” estuvo caracterizada por un conjunto de levantamientos y revoluciones de diciembre de 2010 hasta junio de 2011. Estos sucesos confluyeron en los países del Medio Oriente y Norte de África (Túnez, Argelia, Líbano, Jordania, Mauritania, Sudán, Omán, Arabia Saudi, Egipto, Siria, Yemen, Yibuti, Irak, Somalia, Bahréin, Libia, Kuwait y Marruecos). La movilización de la gente en las calles se concibió como un despertar social, que estaría encaminado al derrocamiento de las dictaduras instauradas décadas atrás, y supondría una nueva era democrática para los países. Cabe destacar que dicho movimiento no hubiese sido posible de no ser por el desarrollo de las nuevas tecnologías y el papel protagónico de las redes sociales virtuales.

Las movimientos revolucionarios más significativos serían los casos de Túnez, Egipto, Libia y Siria.

En diciembre de 2010 la inmolación de Mohamed Bouazizi frente a un edifico de gobierno, en Sidi Bouzid por la confiscación de su puesto de frutas al negarse a pagar un soborno a la policia, fue el preludio de una serie de manifestaciones

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