LA DEMOCRACIA SOCIALISTA

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Muchas personas tachan al comunismo y al socialismo como modelos perversos y malos porque estos sistemas tienden a corromperse por muchos motivos y terminan siendo una dictadura, una de las razones es la capacidad de continuar en el tiempo con la intención inicial; como sabemos todos, el desarrollo de los acontecimientos y la asimilación del poder en el correr de los años, hace que las cosas tiendan a dañarse, pero todo es cuestión de fidelidad a los pensamientos, como sucedió en el sacro imperio Romano, que dominó toda Europa y África hace miles de años y ahora, lo único que vemos de ese “gran imperio” son las esculturas y lugares que alguna vez habitaron como Grecia, Francia e Italia, y esto mismo pasó con el socialismo desde sus inicios, se implementó como un mecanismo para que el pueblo pudiera reclamar sus derechos frente al sistema capitalista corrupto, pero este sistema empezó a ser utilizado por una persona que cogía una parte de la población “emocional y arrebañada” (Fernández Neira Enrique, 2008) la endulzaba con palabras de “igualdad, orden y justicia”2, _quizás lo que decía este promotor era cierto-, pero cuando un hombre llega al poder y empieza a ver sus beneficios, desde ese momento empieza a ver la precariedad del sistema, porque el hombre por simple naturaleza se puede corromper, y al ver que todo está a su alcance, el cambia ese pensamiento de igualdad por beneficio propio y esas promesas que le hizo a las masas las incumple, de allí viene el dicho que “el poder es como el licor, muy pocos hombres son capaces de tolerarlo” y muchos se entregan a él permitiendo que este corruptor haga con ellos lo que quiera; lo podemos evidenciar con lo que le pasó a Cuba, Fidel se dejó engañar por el poder, y al ver algo que él en su infancia no tenia como el dinero, el hombre quiso acumularlo en grandes cantidades dejando de lado el pueblo que alguna vez lo apoyo y amó de manera incondicional. De ello podemos deducir que, el elemento erróneo de todos los sistemas, tanto comunista como capitalista es el factor humano que se deja engañar por un puñado de dinero, y la única diferencia de todo ello es que en un país comunista el líder tiene más posibilidades de cometer arbitrariedades que con un pueblo o sociedad capitalista.

Cuando se habla acerca de firmar los diálogos entre Cuba y EEUU se creería que el final de la guerra fría iniciaría, con esto se comete un gran error, porque la guerra fría no es solo el fin del socialismo en Cuba o en Corea del Norte o en Uganda, la guerra fría es algo más allá de lo político o de lo económico que podría entenderse como una época en la que el hombre no pudo o no logró poder perdonar y aceptar los sucesos del pasado y las diferencias; la segunda guerra mundial inició por la intolerancia de los alemanes con los judíos, la guerra fría inició por no aceptar o percibir el mundo con dos ideales distintos; el embrago cubano se dio por la intolerancia tan acumulada que había entre EEUU y la URSS, que termino por salpicar a un país mucho más pequeño que ellos que no tenía nada que ver, además ¿porque creen que los presidentes norteamericanos por más de 50 años no llegaron a hablar con el presidente cubano, Fidel Castro? Quizás haya sido por imagen o por tener la simpatía con el público, pero la verdad es que entre los mismos dirigentes y ciudadanos norteamericanos se ha esparcido la cultura de la ira y del rencor; y si cometiéramos los mismos errores de nuestros antecesores, terminaríamos por haciendo lo mismo del siglo pasado y esto sería volvernos rencorosos. El fin de la guerra fría no es solo firmar un papel, o volvernos todos capitalistas, es dejar de lado el pasado y la cultura del rencor y abrir las manos a un socialismo que podría ser de gran utilidad para todos.

En este párrafo cito al filósofo y escritor Estanislao Zuleta con un fragmento de su obra “elogio a la dificultad” la cual podría definir la realidad de los cubanos, según muchos colombianos como un suceso de injusticias, de arbitrariedades e impunidades, pero recordemos que nosotros decimos eso porque venimos formándonos de un aprendizaje neoliberal que va en contra de todo lo que no se le parezca, pero pongámonos en la posición de un comunista y reflexionemos como ellos nos ven a nosotros, quizás como asesinos, degradadores, maquinas, robots, el diablo mismo, o como lo que quieren ver, pero nunca podrán votar, ni opinar por ellos mismos, porque estas personas han vivido de manera directa el comunismo. Si llegase el momento en que Colombia se volviera comunista, a partir de ahí, estaríamos bajo un mandato particular, bajo unas condiciones igualitarias, pero es el momento de dejar que los cubanos voten, que por primera vez en cincuenta años elijan su futuro. El primer voto de un cubano se podría igualar como la primera vez en la que un bebe camina, son momentos inolvidables. “La pobreza y la impotencia de la imaginación nunca se manifiestan de una manera tan clara como cuando se trata de imaginar la felicidad. Entonces comenzamos a inventar paraísos, islas afortunadas, países de cucaña. Una vida sin riesgos, sin lucha, sin búsqueda de superación y sin muerte. Y por tanto también sin carencias y sin deseo: un océano de mermelada sagrada, una eternidad de aburrición. Metas afortunadamente inalcanzables, paraísos afortunadamente Inexistentes.”(Estanislao Zuleta, 1980).

En síntesis, hablar de comunismo en una sociedad tan religiosa y capitalista como Colombia y en el mundo entero se ha vuelto un tabú, y hasta se recomienda pasar la página con el pretexto de que es una cosa del pasado, que gente tan ilusa y conservadora, si el socialismo es el pensamiento de ahora, porque la mayoría de los jóvenes tenemos impregnado ese ideal de una manera pasiva o activa, la cual nos ayuda a ser más sensibles y analíticos frente a los problemas de interés social, y lo que más nos extraña es que nuestros padres fueron los que comenzaron y promulgaron ese ideal de igualdad pero ahora lo ocultan o lo niegan y si llegamos a pensar en ello nos reprenden o castigan como si fuera un gran error pensar en ello, quizás por la modernización de Colombia hayan cambiado ese ideal. Aun el socialismo está vigente en el mundo, y este como se ve, es influenciado por el capitalismo convirtiéndolo en una social democracia, algo que necesita el mundo por tanta corrupción en cada sistema; por tal razón dejen al socialismo calmado, solo trabájenle para que se vuelva más condescendiente y que el capitalismo cambie su comportamiento de ansias por uno de ayudar, para que quizás veamos el día de mañana en las revistas “nueva noticia: la democracia socialista”.

BIBLIOGRAFÍA

- Josep M. Colomer, El gobierno mundial