La televisión peruana y naturalización del racismo.

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Las bromas utilizadas en los programas cómicos y programación televisiva han sido interiorizadas por la población peruana, por lo cual la sociedad las reproduce en el día a día. [e]Las bromas con contenido racial utilizadas, lejos de ser calificativos agresivos y denigrantes, la sociedad las ha normalizado. Por lo tanto, “tenemos identidades estigmatizadas, muchos adjetivos han pasado a ser sustantivos, encontrándonos con una visión simplificadora, una mirada homogenizante y una estigmatización peligrosa” (Lamela 2010: 133). Es decir, el humor ha generado que se tenga una visión de identidad singularista: se cree que las personas que comparten determinadas características tienen una esencia de su identidad- en el caso de los negros, “brutos y toscos”. Asimismo, se ha naturalizado el uso de bromas con contenido racial de tal modo que puede generar baja autoestima en las personas atacadas, como también la alienación de las mismas. Como manifiesta Molina, para las personas discriminadas la expresión de lo que viven en el transcurrir cotidiano de su vida son las bromas con contenido racial. Del mismo modo, sufren obstáculos para conseguir empleos, prejuicios acerca de su capacidad y su nivel de educación, y dificultades en espacios familiares (2010: 5). Es más, nosotros podemos observar que las diferentes bromas raciales utilizadas en la televisión peruana son empleadas de manera sutil, con el argumento de “es solo una broma”, y “cariñosa”, al referirnos a familiares y amistades. No obstante, el contenido presente en las bromas raciales son utilizadas, asimismo, como una forma de atacar y humillar a las personas: racismo contra racismo. Ello es lo que en realidad hacen las bromas raciales, solo que dicho de una forma más objetiva y con otra entonación se manifiesta el mensaje subliminal que escondían.

Teniendo en cuenta lo ya mencionado, el humor racista aparenta ser inofensivo, pero en realidad es un ejercicio de poder que se emplea para ridiculizar alentando indirectamente a la violencia[f]. Como mencioné anteriormente, ningún tipo de ficción (chistes, bromas, programas cómicos, etc.) es inofensivo: al presentárnoslos como bromas o chistes perdemos nuestro punto de vista crítico y la objetividad con la que deberían ser vistos. Dichos mensajes empiezan a introducirse en nuestro subconsciente de manera involuntaria y no evidente. En ese sentido, no es inofensivo y, del mismo modo, no solo es broma. Afirmo que el humor racista es un ejercicio de poder porque se “toma de punto” a colectividades que están más predispuestas a ser graciosas. ¿Qué determina que creamos que cierta colectividad está más predispuesta a ser graciosa? Sin duda, la colectividad que está más predispuesta a ser graciosa será aquella de la que se piensa que es menos que uno. Como sostiene Molina “el humor racista es también un ejercicio de poder y se emplea para ridiculizar a quien se considera inferior” (2010: 5). Al margen de ello, la burla siempre tiende a normalizar lo que consideramos que está mal y hay que reírse de ello. “El racismo está más centrado en el enfoque de la burla” (Alfaro, citado por Molina 2010: 8). Para reforzar más esta idea, no podemos negar que el humor empleado en los programas cómicos se dirige a enfatizar aquello que disgusta o incomoda a la otra persona (Peirano y Abelardo 1984:183). Es más, un sondeo denominado “El poder en el Perú” producido por Ipsos Apoyo colocó a Álvarez y Benavides entre los comediantes e imitadores con más poder en el país en el año 2009 (Molina 2010: 22). En ese sentido, dichos comediantes tienen cierto grado de influencia en la opinión pública: son figuras sociales con poder. Por lo tanto, no solo transmitirá lo que ellos creen- los actores sociales- sino que harán que el público también lo crea.

Para finalizar esta parte, afirmo que el humor presente en la televisión peruana tiende a ridiculizar, deshumanizar y animalizar los diferentes rasgos raciales por medio del chiste y de expresiones lingüísticas, lo cual genera antipatías y hiere sentimientos de las colectividades atacadas. [g]Ese efecto, obviamente, conllevará a la violencia y a la marginación. Asimismo, se difunde estereotipos raciales denigratorios de manera sutil, lo cual crea, en el inconsciente de muchas personas, una profunda certeza de que los negros son brutos, que los serranos son ociosos o que los blancos son superiores, pese a que no es necesariamente así. De ese modo, se naturaliza y normaliza el racismo presente en la sociedad peruana. Ello es así porque de manera indirecta, el mensaje de las bromas raciales y el humor de la televisión peruana se impregnan en nuestra mentalidad. Es así que la sociedad manifiesta lo que observa en la televisión en el transcurrir de su vida, presentándolo de forma inofensiva y graciosa, porque así es presentado en el medio mencionado: “solo es broma”.

Como se sabe, el Perú es un país con diferentes culturas y con una gran variedad fenotípica de su población. Por ende, los peruanos somos “cholos”, mestizos, andinos, amazónicos, “blancos”, etc. Afirmé anteriormente que la televisión contribuye a la naturalización del racismo mediante la creación de estereotipos sobre la sociedad peruana. En ese sentido, también se da racismo hacia los blancos. Como se mencionó al inicio, en términos generales, el racismo es discriminar a un grupo humano debido a su color de piel, vestimenta y cultura. Al margen de ello, Adrián Cooper afirma que “las personas racistas creen que la personalidad y el comportamiento están relacionados con características físicas. Como piensan así, basan su juicio de las capacidades o la inteligencia de una persona en la forma de su rostro o en el color de su piel” (2009: 8). Entonces, así como a los andinos y amazónicos, a los denominados blancos también se le atribuyen estereotipos y prejuicios negativos, de los cuales la población se basa para encapsularlos en una identidad simplista[h]. En esa atribución, la televisión juega un rol importante: a los “blancos”, en las series televisivas peruanas, si bien se los representa con situaciones exitosas, detrás de ellas existen estereotipos negativos que se manifiestan de manera solapada, los cuales serán motivo de la población para su posterior exclusión.

Con respecto a lo anterior, en las teleseries peruanas, se caracterizan a los blancos con situaciones de éxito. Sin embargo, los presentan, asimismo, de otro modo. Para entender mejor, en la mayoría de casos, los blancos son frívolos, materialistas, abusivos, adúlteros, rechazan los andino y son vengativos.[i] Es por eso que empieza a surgir en la conciencia de la población “no blanca” un rechazo hacia el grupo ya mencionado. De ese modo, se habla de “racismo inverso” o “contra racismo”.