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Las mujeres y el VIH/sida

Enviado por   •  15 de Julio de 2018  •  3.710 Palabras (15 Páginas)  •  409 Visitas

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Las primeras teóricas feministas se centraron en cuestiones relativas a la desigualdad entre los géneros, mientras que en la contemporaneidad la característica fundamental es la preocupación por la opresión de género, la cual constituye una teoría en sí misma. Esta describe la situación de las mujeres como la consecuencia de una relación de poder directa entre los hombres y las mujeres en la que los hombres, que tienen intereses concretos y fundamentales en el control, uso, sumisión y opresión de las mujeres, llevan a cabo efectivamente sus intereses. (Jaggar, 1983)

Entre las teorías feministas se encuentran algunos enfoques, ejemplo de estos fue el feminismo liberal, el cual entre tantos aspectos subrayó el sexismo. Este se basa en ideas tradicionales, según las cuales, como consecuencia de las diferencias determinadas por la naturaleza, un sexo es más capaz y valioso que el otro y, por tanto puede pretender posiciones sociales más elevadas, mayores posibilidades de desarrollo y mejores condiciones de vida. Como muchas sociedades, sobre todo las occidentales y modernas, están configuradas de forma patriarcal, el sexismo generalmente implica ideas, prejuicios, actitudes y formas de conducta discriminatorias frente a la mujer.(Hilman, 2005 p 813). Debido a esto las mujeres se ven limitadas y disminuidas desde su infancia hasta la madurez, de manera que solo pueden adoptar roles adultos propios de su condición por género.

Otro de estos enfoques es el feminismo marxista, el cual combina el análisis marxista de clase y la protesta social feminista, dando lugar no a una teoría más intensa de la opresión sino más bien a una teoría más compacta de la desigualdad de género (Ritzer, 1993).

El debate feminista se haya dentro de las corrientes de pensamiento donde se pretende articular el discurso sobre el Desarrollo Humano y la perspectiva de género. Una dimensión esencial desde la cual se evalúa el atraso o progreso de las diversas sociedades es la equidad de género. El feminismo latinoamericano se inserta en esa preocupación para cuestionarse el desarrollo de los países latinoamericanos que no generan políticas de equidad de género y reproducen las condiciones de desigualdad entre hombres y mujeres en casi todas las esferas de la acción social. (Fleitas, 2006)

Esta discusión comienza hacia 1951 donde se utiliza el concepto “género” por primera vez para referirse a un componente cultural en la formación de la identidad sexual, lo cual tuvo gran significación para la teoría feminista. Este fue desarrollándose pese a la gran influencia de las representaciones biologicistas. más adelante, en la década del 70 se destacan obras de feministas norteamericanas como Margaret Mead (Mead, 1935) Esta autora constata que el fenómeno de los roles asociados al sexo biológico no posee un carácter natural sino cultural, debido a como se dan estos comportamientos en los distintos contextos. También Simone de Boavoir, en su libro “El segundo sexo” nos presenta la idea de una construcción de la femineidad independientemente de la pertenencia a uno u otro sexo determinado biológicamente; esta obra tuvo gran impacto en la ideología feminista sobre todo en la segunda mitad del siglo XX. (Vasallo, 2004)

Para un estudio más sectorializado acerca de los temas de salud se evidencia el abordaje de otras temáticas y conceptos que constituyen dimensiones de análisis, tal es el caso de las investigaciones sobre género y salud. Acerca de esto, la investigadora Elsa Gómez, resalta que un análisis de la salud que no integre la dimensión de género no puede dar cuenta cabal de la realidad. También, desde una perspectiva de justicia social, no es coherente enfrentar las desigualdades entre grupos económicos o étnicos, sin que paralelamente se aborden dentro de tales grupos, las desigualdades injustas entre hombres y mujeres (Gómez, 2000).

La sociología médica es integrada por la teoría feminista de manera que ha alcanzado un gran desarrollo equivalente al logrado en otros espacios de conocimiento. La mayor parte de las contribuciones feministas en este campo corresponden a lo que McCormac distingue como primera generación, la cual se concentra en torno a dos objetivos: 1) documentar la discriminación contra las mujeres en organizaciones educativas y de investigación, y 2) evidenciar el sesgo masculino de la literatura científica que se presenta a sí misma como objetivo y con validez universal (McCormack, 1989).

El análisis social de los temas de salud y además con una perspectiva de género, viene a resignificar muchos postulados que sobre la mujer y el hombre se habían construido en la medicina y que fueron responsables en su momento de prácticas y representaciones discriminatorias hacia la mujer. El pensamiento feminista realiza una distinción entre naturaleza y cultura a través de dos conceptos; el de sexo como variable que explica procesos biológicos distintivos entre el hombre y la mujer y el género como cualidades más sociopsicológicas que determinan su comportamiento y forma de relacionarse. De lo que se trata es de lograr una igualdad que reconozca las diferencias biopsiquicas entre los sexos y que por atenerse a ellas, e identificar científicamente su alcance pueda respaldar la promoción de una política de salud con equidad de género. (Fleitas, 2006)

Entre los problemas de género del momento sigue siendo el derecho de la mujer a decidir sobre su sexualidad y sobre la solución más conveniente para su salud reproductiva. Muchas mujeres en el mundo se ven sin el derecho a realizarse un aborto, o se ven afectadas por el encarecimiento de los servicios de salud que los hacen inaccesibles y la mortalidad materna se mantiene elevada por abortos clandestinos que se realizan en pésimas condiciones higiénico-sanitarias que afectan la salud biológica y psíquica de la mujer. Otras se ven obligadas a prostituirse y vender su cuerpo para someterse a un mundo de violencia y promiscuidad sexual. Muchas otras que arriban a edades tempranas al ejercicio de una maternidad no deseada que les impone la renuncia a la realización personal en otros espacios que no sean los domésticos, más los trastornos sociopsicológicos de los conflictos con la familia, la sociedad y el padre que no muestran actitudes de apoyo y si de desentendimiento e inculpación. (Fleitas, 2006)

La propuesta del análisis de género como eje transversal en el estudio de cualquier fenómeno social siempre ofrece una mirada enriquecedora de la realidad investigada. Asumir una perspectiva de género está articulando una posición frente al área estudiada, presupone una intencionalidad de un sujeto, constituye un punto de vista, que nos ayuda en la selección o sectorialización del

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