MARX; EDUCACIÓN Y ECONOMÍA, IDEOLÓGICAMENTE: EL PILAR DE LA SOCIEDAD
Enviado por John0099 • 27 de Agosto de 2018 • 2.423 Palabras (10 Páginas) • 312 Visitas
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Ideológicamente la educación mejoraría las economías de los más necesitados; por tal razón, en la mayoría de los planes de vida de las personas que vivimos en un país con Movilidad social como México, y con un sistema económico capitalista o también conocido como neo liberal, que se basa fundamentalmente en el saqueo indiscriminado de los recursos, tanto naturales como humanos, de los países ocupados económicamente a través de empresas transnacionales y mediante un proceso de globalización que implementa cada vez más una dictadura a nivel mundial, se formula el pensamiento de que estudiando y obteniendo preparación académica podremos salir adelante y vivir bien obteniendo los recursos capaces de solventar nuestras necesidades. Pero en ese afán, y pese a que nuestros servicios, son utilizados para el logro de intereses ajenos a los nuestros; la realidad entonces nos sitúa en una situación lejana a la liberación social que debería ser el producto de la Educación.
Los más necesitados, son los que menos acceso tienen a la educación. Y destinados a vivir en la ignorancia, sus vidas se orientan por lo menos a dos sentidos:
- Ser obreros y realizar los trabajos más pesados pero menos remunerados.
- Provocar el aumento de población, aumento de analfabetismo, rezago cultural, y por ende pobreza;
Siendo el número uno el más provechoso para los acaudalados dueños del Capital y el segundo sentido provocando una carga pública que se reciente en el presupuesto destinado a combatir la pobreza y salud pública. Disminuyendo el destinado a la educación.
Aunque no debería de sorprendernos como el manejo de recursos y la distinción de clases sociales han influido en la educación, puesto que a lo largo del tiempo, se ha cumplido lo que Marx contemplara al decir que la Educación es un instrumento de dominación de las clases dominantes en una sociedad. Remontándonos a los orígenes del sistema educativo mexicano, podemos observar que en la Educación Precolombina y del periodo colonial aunque muy complejo, y desde los antecedentes prehispánicos en los cuales el Calmecac y el Tepochcalli fungían como los principales recintos de educación “formal” de los pueblos sometidos por el régimen Mexica; existían intereses políticos limitados a las clases superiores.
Para los pueblos mesoamericanos era claro que toda su población debía recibir un mínimo de instrucción, así había escuelas para las clases altas de la sociedad y escuelas para los sectores populares. Los principales rubros a cubrir por parte de estas sociedades incluían el aspecto militar, religioso y productivo, dejando los estudios más avanzados y especializados a los sectores sociales encargados de gobernar.
Aun cuando la educación estaba perfectamente dividida en los rubros necesarios para el buen funcionamiento de la sociedad del momento, la verdad es que la mayor parte de las funciones educativas tanto en cantidad como en importancia recaían en los diferentes grupos religiosos presentes en la época. El papel de las autoridades responsables de vigilar los intereses políticos y económicos de la corona española se limitaba básicamente a avalar los esfuerzos educativos realizados por los clérigos.
A pesar del crecimiento político y económico de los nuevos territorios hubo rubros educativos que no se desarrollaron al ritmo que la sociedad demandaba, como es el caso de la educación de las mujeres y de los jóvenes de clases inferiores (desde el punto de vista económico) lo que hizo que el poder educativo recayera principalmente en las instituciones religiosas y que en su gran mayoría distaban de proporcionar educación gratuita, lo que finalmente marginaba a grandes sectores de la sociedad.
Durante el periodo colonial, el sistema educativo predominante se caracterizaba por ser un sistema rígido, discriminativo y clasista, fundamentado en la filosofía de la religión católica y en el cual no se contemplaba al rubro educativo como un aspecto determinante en el desarrollo social; pues como es claro la corona española tenía a los intereses económicos como un asunto prioritario.
Y aunque hoy en día, cuando los tiempos han cambiado, y se vive en una época de libertad de pensamiento y de respeto, tolerancia y mentes abiertas, el rubro educativo no ha podido ser el motor de desarrollo social.
El origen de nuestro sistema educativo es complejo, y en la época de independencia aunque no sufrió un cambio significativo, por las dificultades que enfrentaba la recién establecida nación mexicana se propuso suprimir la participación de iglesia en la educación.
El primer cambio radical que sufrió el sistema educativo del México independiente se consolidó hasta 1867 cuando se promulgó la Ley Orgánica de Instrucción Pública, durante los inicios del gobierno de Benito Juárez (Contemporáneo de Karl Marx).
Los aspectos a destacar de esta ley se enlistan a continuación:
- Se otorgó el carácter de gratuidad y obligatoriedad a la educación primaria (lo cual abrió por primera vez la educación a los sectores más pobres de la población)
- Se creó la Escuela de Estudios Preparatorios (institución educativa fundamentada en la corriente positivista), la cual tiene como encomienda el dotar de una base homogénea de conocimientos a los aspirantes a la educación profesional.
En resumen, esta ley fue la primera propuesta unificadora de la educación, concebido en el nuevo gobierno liberal, excluyendo a la religión de los planes de estudio y otorgando el carácter de laica a la educación ofertada por las instituciones oficiales; sin embargo las bondades de esta ley solo aplicaban en lo que refería a los territorios considerados federales incluyendo la capital del país, pero esta primera ley tuvo un gran impacto al momento de redactar las correspondientes leyes de educación en los diferentes estados de la República Mexicana.
Entonces el objetivo de era eliminar la educación religiosa, para basarla en la ciencia. Asimismo, el laicismo de Juárez fue decisivo para garantizar la posibilidad de la actualización permanente del conocimiento, la certidumbre de una enseñanza no sujeta a los perjuicios y a la exigencia del sometimiento a un sólo credo, el respeto del Estado a las formas distintas de procesar una fe u abstenerse de hacerlo, la discusión libre de científicos y las libertades artísticas.
Muy buenos propósitos sin duda, y un gran avance, pero a lo largo de los periodos de la historia de nuestro país, y el desarrollo del innegable capitalismo reinante en nuestra actualidad, los resultados
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