MIGRACIÓN, DERECHOS HUMANOS Y EDUCACIÓN

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Determinemos que si hacemos un esfuerzo por valorar, de manera integral, la grandeza de todas las vidas que existen en nuestro planeta, los complejos procesos de la humanidad, las formas de la lucha continua de todos por sobrevivir y por ser mejores, comprenderemos entonces que la paz es una cultura que construye diversos aspectos en la existencia humana, como lo son: la educación, el respeto, la tolerancia, el compromiso con la vida, comprendida como la misión social que se tiene por cada individuo y en las acciones que éste realiza perennemente.

Con la ausencia de paz en la humanidad se pierde la calma habitual en cada persona, se exalta la barbarie, por ejemplo en los animales; el jabalí suelta espuma y aguza el diente; el cuello de la serpiente se hincha; el toro levanta amenazadoras sus terribles astas y sus pies hacen volar la arena; el león espanta con su rugido sordo; el perro rabioso horroriza con su solo aspecto, Trueba (2003), entonces las efusiones del ser humano se exponen al igual que los animales, sus instintos e intenciones se disimulan con dificultad, al igual que el miedo, la necedad, la concupiscencia, ya que hay acciones y pensamientos que agitan al ser humano y lo llevan a que se deje reflejar por la turbación que se significa en el semblante, dejando al descubierto las verdaderas intenciones.

La educación es un concepto universal que en el hacer de los sujetos conlleva implícitamente la comprensión de paz social en términos locales, nacionales e internacionales desarrollada y aplicada en los diversos períodos y formas de educación. Formación, información y acción simbolizan una importante labor en la educación para la paz, en el reconocimiento, valoración y respeto de los diversos puntos de convergencia que la propia sociedad conforma a su juicio, tanto para migrantes como para asentados en el tenor de sus derechos humanos.

La educación por la paz debe trascender en todos los contextos, se debe asimilar la complejidad en la que se logra pero que es recurrente para que la humanidad se eduque firmemente en asimientos que impliquen la práctica de los valores, interpretando los más sólidos esfuerzos por que la familia sea como siempre el núcleo de paz para toda la sociedad, y aquí también están incluidos los gobernantes de las naciones, quienes deben ejercer el poder que el pueblo les confirió conforme con la razón y la dignidad de todos, donde los que dirigen los pueblos puedan lograr que las mutuas relaciones de todos los pueblos se ajusten en un equilibrio más humano.

Hablar de educación para la paz se hace bajo el contexto de la formación de los sujetos cognoscentes, en una visión amplia de los derechos humanos como la vía óptima para rescatar, resaltar y enaltecer no sólo la calidad educativa, entendida ésta no sólo como prioridad en el siglo XXI, sino además como vía para conquistar y rescatar la dignidad del ser humano. Se requiere que la educación tenga como base la comprensión plena de los derechos humanos y así se contribuya con la enseñanza al aprendizaje integral de las personas que les permita inducir en su vida diaria actitudes sustentadas en la equidad, seres humanos libres, democráticos, altruistas y con pluralismo ideológico fomentando de esta manera una cultura social de respeto, de tolerancia e inclusión. La escuela debe ser siempre el espacio donde se asimile que la paz es el valor supremo para la convivencia de la humanidad.

Gorczevski, (2010), puntualiza que la educación pasa de ser un privilegio, formulándose como un derecho, reconocido por la constitución Mexicana de 1917, y determinando su obligatoriedad, la educación debe enfocarse en capacitar a todas los sujetos para que participen consiguientemente en una sociedad libre. En el artículo 26 de la declaración universal de los derechos humanos se reza que: “Toda persona tiene derecho a la educación... La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos; y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz”.

La educación queda sustentada en los derechos humanos como la acción que lleva el compromiso de formar trabajadores capacitados y profesionales, dispuestos a contribuir en el desarrollo de individuos capaces de interrelacionarse y actuar en una sociedad enmarcada en la justicia se considera que por medio de la educación para los derechos humanos, se dote a los alumnos de las aptitudes necesarias para los cambios planetarios en la sociedad, por medio de los derechos humanos, la educación se considera un medio que favorece la autonomía, mejora la calidad de vida y aumenta la capacidad de los sujetos, para participar en procesos de adopción de decisiones que conduzcan a la elaboración de políticas sociales, culturales y económicas mejores UNESCO, (1945).

Gorczevski, C. (2010). Los desafíos de una educación para los derechos humanos obstáculos, consideraciones y propuestas revista de derechos humanos y estudios sociales. Año II No. 4.

UNESCO; Declaración Universal de Derechos Humanos. Artículo 26.2

Trueba, J. L. (2003). Paz (selección, introducciones y notas). Ed. Aguilar, Libros del Rincón SEP. México.