Relación Colombia-EEUU en la era Trump

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encontrando un enorme apoyo. Ahora, en la administración Trump, la lucha contra las drogas va a seguir siendo tema primordial en la política exterior estadounidense y en la relación con Colombia, así mismo, el Estado colombiano ha manifestado igualmente la plena intención de continuar combatiendo todas aquellas bandas de narcotráfico que, en su brutal criminalidad, obstaculizan el desarrollo del país y del mundo.

Proceso de paz y posconflicto

Es fundamental tener en cuenta que dentro de cualquier conflicto existen actores externos que van a influir de una u otra manera en los actores internos, “históricamente, para el curso de algunos conflictos armados internos acaecidos durante la guerra fría, la estructura bipolar resultó apenas una variable de estímulo o de referencia para las partes internas enfrentadas, pero en otros escenarios la competencia política, económica y militar entre EE.UU. y la URSS incidió directamente en el desarrollo de la confrontación doméstica y de la adopción de las decisiones gubernamentales para encarar ese desafío interior”. (Pastrana y Piñeros, 2015). Actualmente se sigue manteniendo cierta autoridad por parte de algunas potencias que tienen todo el poder y muchas veces legitimidad para intervenir, sea por invitación o no, en conflictos internos de otros Estados.

Sin embargo esta intervención muchas veces es positiva y necesaria, como se verá a continuación, en el caso colombiano ha sido en gran parte gracias a la intervención norteamericana que se tuvo relativo éxito tanto en la guerra como en la paz con el grupo guerrillero FARC.

Para hablar acerca del proceso de paz actual, el posconflicto y como Estados Unidos va a ser un colaborador o no en este proceso, es necesario hacer un muy breve resumen acerca de la historia del conflicto armado en Colombia.

Colombia es un país que vive en un conflicto armado desde la década de 1960 en donde una serie de condiciones represivas impulsaron la creación de grupos guerrilleros de izquierda (FARC, ELN, EPL, etc.) que no tenían cabida en la política colombiana de la época. No fue sino hasta los 80´s bajo la administración de Belisario Betancur que se le daría a estos grupos armados el carácter de actor político reconociéndolos como grupos insurgentes. Con el auge del narcotráfico en la década de 1990, los grupos guerrilleros se verían inmersos también dentro de esta actividad ilegal al verla como un gran negocio para obtener todo el dinero y más del que requerían, sin embargo, este actuar deslegitimaría casi que totalmente las causas ideológicas por las cuales alguna vez decidieron levantarse contra el Estado y su imagen tanto nacional (en el pueblo, las personas del común) como internacional se vería muy deteriorada.

En toda esa década las FARC aprovecharía todo el dinero de su nueva fuente de ingresos para fortalecerse a niveles gigantescos, llegando incluso a las cercanías de Bogotá, sin embargo, con la llegada al poder de Álvaro Uribe y su ya mencionado Plan Colombia este grupo guerrillero seria diezmado y relegado nuevamente a las fronteras (entendiendo frontera no como el espacio geográfico que delimita con otros países sino como aquellos territorios a los cuales no llega la función estatal) colombianas, las FARC habían pasado de ser un grupo de alrededor de 20000 hombres a ser menos de 10000 en solo ocho años. En este proceso, como ya se mencionó, fue fundamental la ayuda cedida por unos Estados Unidos dispuestos a cooperar por esta causa en cada momento.

Aparte de lo que fue la guerra, las relaciones cercanas con Washington fueron muy importantes para el posconflicto, el país norteamericano al mando de Obama había manifestado su pleno apoyo al proceso de paz y al posconflicto y ya se habían acordado una serie de préstamos con los cuales se iba a financiar todo este proceso. Ahora, con Donald Trump en el poder, si bien las referencias frente al proceso no han sido igual de “amigables” igualmente el actual presidente de los Estados Unidos ha hecho público su total apoyo a la paz colombiana y dice estar dispuesto a colaborar con el financiamiento de la misma, por lo cual se espera una relación positiva con USA en este aspecto.

CONCLUSIÓN

En conclusión, a pesar de lo que pueda significar la llegada al poder de Donald Trump para muchos países inclusive latinoamericanos, al menos para el caso colombiano se ve un panorama positivo en la relación con EE.UU., así mismo se espera que las diferentes colaboraciones entre ambos brinden grandes frutos igualmente para ambos pues hoy día Colombia, al ser un Estado mucho más estable y con un crecimiento económico bastante favorable, debería sacar mejor provecho de la cercanía con Norteamérica sin limitarse únicamente a ser un sujeto pasivo dentro de esta relación.

Por otra parte, hay que tener precaución debido a que el tiempo de posesión de Donald Trump en la Casa Blanca es bastante corto y, al tener esa personalidad tan particular y controversial, es conveniente para Colombia estar al tanto de cualquier tipo de declaración o política que comience el mandatario estadounidense, se espera igualmente que cumpla su palabra y se logre una parte del financiamiento para el posconflicto teniendo de fuente a Estados Unidos.

BIBLIOGRAFÍA

• Ardila, M., Cardona, D. y Tickner, A. (2002). Prioridades y desafíos de la política exterior colombiana.

• Dangond, C. (2015). Drogas y política exterior colombiana: del paradigma prohibicionista a la búsqueda de políticas alternativas. En M. Valdivieso (coord.), Política exterior colombiana: escenarios y desafíos en el posconflicto. Pontificia Universidad Javeriana

• Drogas y alianza política, temas de Trump y Santos (2017). El nuevo siglo. Recuperado de: http://www.elnuevosiglo.com.co/articulos/02-2017-drogas-y-alianza-politica-temas-de-trump-y-santos

• Morgenfeld, L. (2016). Los desafíos de América Latina tras el terremoto Trump. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. Recuperado de: http://www.clacso.org/megafon/images/megafon10/pdf/Megafon_10_5_Leandro_Morgenfeld.pdf

• Pastrana, E. y Vera, D. (2015). Política exterior colombiana, conflicto y posconflicto: algunas herramientas teórico-conceptuales para su análisis. En M. Valdivieso (coord.), Política exterior colombiana: escenarios y desafíos en el posconflicto. Pontificia Universidad Javeriana