SOBRE EL PATRIARCADO
Enviado por Ledesma • 28 de Enero de 2018 • 8.672 Palabras (35 Páginas) • 326 Visitas
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En este trabajo quisiera considerar una variedad de diferentes aproximaciones al análisis del patriarcado. Ninguna de la literatura existente brinda una forma satisfactoria de conceptualizar el patriarcado. Esto nos plantea la cuestión sobre si la búsqueda de una teoría sobre el patriarcado está errada, y si el concepto debería ser abandonado. En esta evaluación, resulta importante enfatizar que dicho concepto ha sido empleado por las feministas en un intento de pensar a través de problemas políticos y teóricos reales. De modo que, si se abandona el concepto, es esencial encontrar alguna otra manera más satisfactoria para conceptualizar la dominación masculina y la subordinación femenina; y para el feminismo marxista, de relacionar esto con la organización del modo de producción como un todo. Hasta que desarrollemos un análisis alternativo semejante, la cuestión de utilidad del concepto de patriarcado para la teoría y políticas feministas permanece abierta.
Dado que el desarrollo de un adecuado análisis marxista feminista de la relación entre la subordinación de la mujer y la organización del modo de producción capitalista resulta tan dificultoso, en este trabajo decidí identificar un número de problemas y formular preguntas desde alguna de la literatura existente que utiliza el concepto de patriarcado. En las conclusiones propongo algunas sugerencias tentativas y exploratorias en cuanto a posibles modos alternativos de pensar el problema.
Feminismo radical y revolucionario
El feminismo radical ha sido extremadamente importante en el desarrollo del análisis de la opresión sobre las mujeres, lo que ha tenido gran influencia entre otras corrientes de teoría feminista (por ejemplo, entre el feminismo revolucionario y el feminismo marxista). En esta parte, discuto aspectos del análisis de Kate Millet sobre el patriarcado en Política Sexual (1969) y las formas más recientes de análisis que han sido desarrolladas desde la teoría radical: el feminismo revolucionario. Por cierto, éstos no son los únicos exponentes del análisis feminista radical y revolucionario. He decidido concentrarme en estos trabajos ya que a partir de su referencia, es posible plantear una serie de problemas cruciales con la teoría del feminismo radical y revolucionario. También discuto brevemente el análisis de Christine Delphy en El enemigo principal (1977) que ha tenido gran influencia sobre los escritos feministas contemporáneos.
Política Sexual de Kate Millet representa, dentro de los movimientos feministas contemporáneos, uno de los primeros intentos teóricos serios que tratan de desentrañar la naturaleza específica de la opresión de las mujeres. Para Millet, el patriarcado se refiere a una sociedad que está organizada de acuerdo con dos principios: (1) que el varón ha de dominar a la mujer; y (2) que el varón mayor ha de dominar al menor. De acuerdo con Millet, estos principios dominan todas las sociedades patriarcales, aún cuando el patriarcado pueda exhibir una variedad de formas en distintas sociedades. Ella se centra en el primero de estos principios, la dominación de las mujeres por los varones, argumentando que esta relación entre los sexos ejemplifica lo que Max Weber llama “Herrschaft”, es decir, una relación de dominación y subordinación. Ella analiza los aspectos políticos de la relación entre los sexos, empleando la noción de “política” en un sentido amplio, tal como ha sido usado dentro del movimiento de liberación de las mujeres para referirse a las relaciones de poder entre hombres y mujeres. Las mujeres son conceptualizadas como grupo minoritario dentro de la sociedad dominante, y las diferencias entre las mujeres son consideradas insignificantes en comparación con las divisiones entre mujeres y varones, apenas una diferencia de “estilo de clase”. La unidad fundamental del patriarcado en el análisis de Millet es la familia, a la que considera la unidad patriarcal dentro de la totalidad patriarcal. La función de la familia es socializar a los niños dentro de roles, temperamentos u status sexualmente diferenciados, y de mantener a las mujeres en un estado de subordinación.
¿Por qué, desde el punto de vista de Kate Millet, las relaciones patriarcales existen y persisten a través de la historia en todas las sociedades? ¿Cuáles son sus fundamentos? Ella rechaza la posición que sustenta que las diferencias biológicas pueden explicar las diferencias de género, los roles sexuales y los status sociales (este es el punto de vista conocido como reduccionismo biológico o determinismo biológico). La autora rechaza esta explicación, pero no tiene otra teoría sobre los fundamentos del patriarcado fuera de una concepción bastante generalizada sobre las relaciones de poder. Ella establece que hay una división básica entre los varones y las mujeres que involucra las relaciones de dominación y subordinación, sin explicar qué es lo que sucede en la organización de todas las sociedades humanas que da lugar a que se produzca la institucionalización de relaciones de poder semejantes, y a que se asuman en las distintas sociedades las diferentes formas de dominación masculina y de subordinación femenina. Debemos, por lo tanto, concluir que Política Sexual otorga primeramente una descripción de las relaciones patriarcales, y algo de sus manifestaciones (por ejemplo, en la producción literaria) pero que es incapaz de proveer una explicación satisfactoria para estos fundamentos.
El feminismo radical, entonces, introdujo el concepto de patriarcado en el discurso feminista contemporáneo, pero su análisis deja sin explicación las formas específicas de dominación masculina y subordinación femenina; tampoco explica la relación entre las relaciones sociales patriarcales y las relaciones sociales de producción; es decir, entre clases sexuales y clases sociales. Políticamente, el feminismo radical se ha preocupado por las luchas contra el poder masculino y las instituciones sociales a través del las cuales se reproduce (matrimonio, heterosexualidad, familia). El feminismo radical también se ha preocupado por las luchas en torno al rol de la mujer en la reproducción biológica- preocupación que fuera desarrollada extensamente por el feminismo revolucionario. Donde el feminismo radical formula demandas coherentes, es en cuanto a los hombres como opresores sexuales. Aún así, nunca termina de quedar claro qué rasgos hay en relación a los varones que los convierte en opresores sexuales, ni –aún más importante- qué características posee una sociedad para ubicar a los varones en posiciones de poder sobre las mujeres. Esta es una de las preguntas que una teoría adecuada sobre el patriarcado deberá poder enfrentar.
El feminismo revolucionario
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