Biografia de Maria Granata

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Su carrera como poetisa continuó con las publicaciones de Muerte del adolescente, 1946 y Corazón cavado, 1952. Por ese entonces la poética de la autora se caracterizaba por: “Angustia, transfiguración, deslumbramiento, por una parte; por otra, ardor y anhelo contemplativo, en recoleta profusión de ensueño, trasvasados a una cósmica presencia de la luz, el viento y el paisaje de una tierra idealizada, enumeran la calidad de su fervor expresivo y emocional” [1]

Formaba parte del grupo de intelectuales que apoyaron al peronismo durante su gobierno. En época del régimen peronista colaboró en varias publicaciones como, Perón y la juventud, 1955 y Pueblo y peronismo, 1955, integró la comisión administradora del Sindicato Argentino de Escritores y trabajó en la Secretaría de Prensa y Difusión.

Luego del derrocamiento de Perón, el escritor José María Castiñeira de Dios, le propuso participar en la publicación Línea Dura, donde en sus primeras publicaciones, Granata, utilizaba el nombre de Nélida Valdez, en forma de protección contra las persecuciones estatales de ese entonces.

Su comienzo como escritora de literatura para niños fue de una manera circunstancial, ella publicaba en el diario El Mundo unas notas que salían quincenalmente y el Sr. Sáenz Peña, director del mismo, le pidió que escriba cuentos infantiles con la idea de publicarlos todos los domingos. Posteriormente, reuniendo estos cuentos, publicó lo que fue el primero, de sus más de treinta libros de cuentos infantiles, El gallo embrujado, 1956.

Su obra continua con la publicación de la poesía Color humano, 1966, en donde incorpora a su poética una nueva perspectiva, donde expresa una dedicada preocupación por el hombre.

Paralelamente y simultáneamente a su actividad como poetisa y escritora de cuentos infantiles, decidió involucrarse en el mundo de las Novelas, cuando decidió publicar su primer libro de este género, transitando lo maravilloso, lo inverosímil y con un gran trasfondo poético, Los viernes de la eternidad, 1971, la cual recibió varias distinciones. Le continuó Los tumultos, 1974. Al mismo tiempo afianzaba su carrera como escritora para niños con la publicación de El ángel que perdió un ala, 1974 (segundo lugar en el Premio Nacional de Literatura Infantil y Premio Nacional de Literatura) y El bichito de luz sin luz, 1976.

A fines de los años 70 y principio de los 80 su obra continuó con la publicación de su tercer novela El jubiloso exterminio, 1979, dos cuentos, La ciudad que levantó vuelo, 1980 y El cazador de zorros azules, 1980 y su cuarta novela El diluvio y la guerra, 1981.

El año 1981 es digno de remarcar, ya que el director de cine Héctor Olivera decide realizar la adaptación y llevar al cine la novela Los viernes de la eternidad, 1971. Granata participó en la confección del guion y los actores principales de la película fueron Héctor Alterio y Thelma Biral.

Su carrera como escritora de cuentos siguió en pleno avance cuando se publicó Pico de cigüeña, trompa de elefante, 1982. Al año siguiente se conoció su quinta novela, El visitante, 1983, al mismo tiempo que realizaba su participación en la realización de la colección de la editorial Sigmar, Cuentahistoria, que consiste en diez cuentos en los cuales se cuenta gran parte de la historia Argentina.

En este tramo de su vida sus publicaciones fueron exclusivamente cuentos, Cien cuentos de María Granata para leer antes de dormir, 1985, Mambrú se fue a la guerra, 1985, El tren que aprendió a jugar, 1987, Los niños que bajaron del cielo, 1987, Titin aerolito y Un ciervo en el cielo, 1987.

Volvió a la novela con la publicación de La escapada, 1988, la cual fue finalista del premio Rómulo Gallegos, en Venezuela)

A principio de los años 90, junto a la editorial Sigmar, escribió la colección Primera Lectura, la cual contiene cuentos exclusivamente para niños, Cien metros de gatos y un Chaparrón de tinta, 1991, El gallo sin cresta y Ayer cumplí cinco años, 1991, La cebra Carolina y La bicicleta amarilla, 1991, ¿Qué le pasó al león? y La casa que caminaba, 1991, Serafín bonete colorado y Pico Pico Pico Largo, 1971, y Una torre de caracoles y Me falta un caballito, 1991.

En cuanto a sus novelas, en 1992 publicó la que sería su séptima novela, El sol de los tiempos, 1992.

Volvió a participar en la creación de una colección junto a la editorial Sigmar, esta vez llamada Segunda lectura, la cual también es exclusivamente para niños y está compuesta por Agustín y la ventanita y Las letras voladoras, 1996, El cumpleaños del Sol y la Pelea de patas, 1996, El gallo Kikiricó y Los zancos traviesos, 1996, El río Turuntún y Una orquesta original, 1996, La selva disfrazada y Una alegre visita, 1996 y Viaje en globo y Un pichón de avestruz, 1996. En este año también participó como jurado de los premios CAMED.

Para finalizar el siglo XX publicó los cuentos Aventuras en la selva, 1998, Fantasía en la granja, 1998, Jugando con las crías, 1998, El mundo de la fantasía, 1999, La escoba endiablada, 1999, Un río con duendes, 1999 y la novela Lucero Zarza, 1999.

El siglo XXI se inició con el cuento La fiesta de los lagartos, 2001 y El niño azul, 2003. Precisamente en ese año, 2003, María Granata, luego de 37 volvió a sus orígenes y publicó la poesía Cerrada incandescencia, 2003, donde la vida, el amor, la muerte, las lágrimas y el dolor se hallan presentes. A la que les siguió Antología poética, 2007 y Los cielos moribundos, 2009 la cual, hasta el día de hoy, es su última publicación poética.

Su larga carrera, y no solo como escritora, ya que cumplió también distintos papeles, como jurado en varios eventos o en el periodismo colaborando por más de 30 años en el diario La Nación y en la mayoría de diarios del país y del exterior, la cual continua hasta el día de hoy, se completa con El éxodo, 2010, El lodazal heroico, 2011, Pretéritas palomas, 2011, El desierto errante, 2012, La muerte es el viento, 2012 Somos inmensidad, 2012 y Dieciséis Caballos Blancos, 2013.

Lista de premios

1943- Martín Fierro de la Sociedad Argentina de Escritores, por Umbral de tierra, 1942.

1943- Municipal de poesía, por Umbral de tierra, 1942.

1952- Consagración Provincia de Buenos Aires, por Corazón cavado, 1952.

1953- Premio Kraft.

1970- Premio Emecé, por Los viernes