“innovando el presente, cuidando el medio ambiente”.
Enviado por karlo • 4 de Marzo de 2018 • 4.372 Palabras (18 Páginas) • 415 Visitas
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Principales propiedades de las llantas
Consiste en una cubierta principalmente de caucho que contiene aire el cual soporta al vehículo y su carga.
La complejidad de la forma y de las funciones que cada parte del neumático tiene que cumplir se traduce también en una complejidad de los materiales que lo componen. El principal componente del neumático es el caucho: casi la mitad de su peso.
Los elastómeros o cauchos son materiales poliméricos cuyas dimensiones pueden variar según sea el tipo de esfuerzo al que son sometidos, volviendo a su forma cuando el esfuerzo se retira.
El caucho natural se extrae a partir del árbol Hevea Brasiliensis que es un látex con partículas de caucho en suspensión los cauchos sintéticos, todos basados en hidrocarburos. Los tipos de caucho más empleados en la fabricación de los neumáticos son:
Cauchos naturales (NR) Polibutadienos (BR)
Estireno – Butadieno (SBR) Polisoprenos sintéticos (IR)
La matriz de caucho más utilizada es el copolímero estireno-butadieno (SBR), en el que
La proporción es de aproximadamente un 25 % en peso de estireno, o una mezcla de caucho natural y SBR.
Como contaminan las llantas
Los automóviles contaminan durante su uso y también cuando sus piezas dejan de ser útiles. Los neumáticos se han convertido en los últimos años en uno de los focos contaminantes más extendidos sobre el planeta.
* La masiva fabricación de ruedas es uno de los mayores problemas medioambientales de los últimos años, por su costoso proceso de fabricación y también por el alto coste que conlleva su desaparición.
* En la combustión de los neumáticos se generan productos muy perjudiciales para la salud como son el monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, dióxido de carbono, óxidos de zinc, benceno, fenoles, óxidos de plomo o tolueno, que se dispersan en el aire.
* En Estados Unidos y Europa ya existen medidas que regulan el abandono de los neumáticos en vertederos, al mismo tiempo que se crean empresas que se encargan de su reciclado. En América Latina, México, Chile, Argentina y Uruguay son países que adoptan la misma política.
Aunque en los países desarrollados están potenciando empresas especializadas que se dedican al reciclaje de los neumáticos, sin embargo, siguen existiendo desidia, falta de interés y, en muchas ocasiones, afán de lucro, que impiden una correcta gestión de esta parte imprescindible de un coche, que resulta ser uno de los inventos más sucios.
La masiva fabricación de ruedas es uno de los mayores problemas medioambientales de los últimos años por su costoso proceso de fabricación y por el alto coste que conlleva su desaparición. Una sola rueda de camión necesita para su fabricación medio barril de petróleo crudo, y su elaboración y posterior desaparición siempre genera emisiones de CO2 (óxido de carbono) a la atmósfera
En Estados Unidos, en el año 2003, 290 millones de llantas fueron desechadas, de las cuales 45 millones se reciclaron para hacer nuevas llantas para automóviles y camiones.
Un neumático al aire libre va librando muy lentamente los contaminantes, como son los bifenilospoliclorados (PCB), tóxicos muy peligrosos. Otro de los riesgos de los neumáticos tiene que ver con su forma. Debido al diseño de los neumáticos, cuando cae agua de lluvia reiteradamente es dificilísimo sacarla una vez que ha entrado en él y siempre quedará un fondo dentro de la cubierta. Ese agua es el caldo de cultivo ideal para que aniden ratas, insectos y otros animales dañinos que pueden resultar cuatro mil veces más peligrosos de los que se multiplican en una charca”, explica Baselg
RECICLADOS NEGATIVOS O POSITIVOS
En México, cada año se estima que se desechan 29 millones de llantas de las cuales sólo 10% son recicladas de diferentes maneras.
De acuerdo con Rubén López Albarrán, presidente de la Asociación Nacional de Distribuidores de Llantas y Plantas Renovadoras, Andellac, del reciclaje de los neumáticos se obtienen hule, acero y cuerda de nailon que posteriormente se reusa de distintas maneras.
Para la Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje (FER), en la actualidad “existe recorrido para aprovechar todo el potencial que ofrece este sector. Aunque el caucho se recicla cada vez más con nuevas aplicaciones, una gran parte del mismo se puede emplear como combustible alternativo con fines energéticos”.
Para Baselga “la quema de neumáticos es una barbaridad. La fabricación de un neumático es cara porque necesita energía, agua, productos caros de obtener, algunos naturales y otros sintéticos. Aunque del neumático, por su alto contenido en caucho, se recupere algún tipo de energía en forma de calor cuando se quema el neumático, esa energía siempre será muchísimo menor de la que se necesita para hacer uno nuevo. Hay reciclajes muchísimo más ecológicos”.
Uno de los usos que más comúnmente se está dando a los neumáticos sobrantes es el de combustible alternativo a los fósiles. En Estados Unidos, según la Asociación de Fabricantes de Caucho (RMA en sus siglas en inglés), en 2005, el 52 por ciento de los neumáticos fueron quemados como combustible. Por su parte, la Agencia Europea de Fabricantes de Neumáticos y Caucho (ETRMA), confirma que en Europa esta cifra se situó en el 31 por ciento.
“Lo que nosotros no apoyamos en absoluto es el uso del neumático como combustible, tal y como es utilizado, por ejemplo, en las cementeras, porque al quemar esos cauchos especiales se emiten peligrosos contaminantes. En el proceso de producción de cemento, donde es necesario el uso de combustibles, normalmente se utilizaba el petróleo, pero la energía de los neumáticos, como fuente calórica resulta mucho más barata, así como otros combustibles alternativos como son los aceites industriales o los residuos”, dice Baselga.
Según la experta en la combustión de los neumáticos se generan productos muy perjudiciales para la salud como son el monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, dióxido de carbono, óxidos de zinc, benceno, fenoles, óxidos de plomo o tolueno, que se dispersan en el aire. El zinc resulta altamente tóxico para la fauna acuática y, además, existe el peligro de que, al ser muchos de estos componentes solubles en el agua, pasan a la cadena
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