Billy elliot.

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Me aventuro a afirmar que Billy recibe satisfacción de sus figuras maternas al invertir toda su energía en el ballet. Digo “figuras maternas”, en plural, ya que aunque la madre del protagonista murió, éste encuentra en su recuerdo el consuelo, apoyo y amor que necesita para erguirse en un hogar donde el desprecio y los reproches golpean con fuerza.

La otra figura materna a la que me refiero, obvia en la película, es la profesora de baile con quién Billy crea un gran vínculo. El papel de Georgia Wilkinson respecto a Billy, es el de madre útil[10]. Según Winnicott, mencionado por Shneider, una de las tareas más importantes de la madre útil es la creación de ilusiones […] La madre siente las necesidades del niño a medida que surgen y las satisface en la medida correspondiente.[11] Desde que Billy toma la primera clase de ballet hasta el final de la película, la señora Wilkinson ha manejado las necesidades del niño tratando de que éste pudiera realmente ser él. Hay dos claros ejemplos:

El primero, al haberse decidido el protagonista por presentarse a las audiciones, Wilkinson le pide objetos personales para poder montar una coreografía. Billy lleva, entre otros, la carta que su madre escribió para cuando tuviera 18 años (por supuesto, abierta y leída). Wilkinson decide leer la carta, Billy se une después, pues se la sabe de memoria. Creo que Wilkinson leió la carta porque, como madre, sabía que en ella no habrían más que palabras de amor y apoyo. Pienso que en ese momento de valentía por parte del niño, al dar un paso importante hacia su sueño, Wilkinson sabía que las palabras de su madre no permitirían que éste se desmoronase. Al permitir que ésta lea la carta, Billy está volcando en ella toda su confianza.

Mrs. Wilkinson: She must've been a very special woman, your mother.

Billy: No she was just me mam.

El otro claro ejemplo es la escena en la que Billy, en los baños del gimnasio, se desahoga y arremete contra Wilkinson, hiriéndola con palabras de desprecio y fracaso en referencia a su carrera de bailarina. Claro está que el niño está dejando ir la represión que siente, todas las tensiones y sobretodo, sus miedos. Wilkinson interrumpe sus gritos dándole una bofetada, y el niño cae desconsolado en sus brazos, llorando.

Creo que Wilkinson busca satisfacer la necesidad de Billy de desahogar sus temores, de demostrar pasión, ira… necesarias para el niño tanto para el baile como para afrontar el día a día.

Wilkinson es, en definitiva, la figura que hace que el baile, para Billy, ocupe un espacio entre realidad e ilusión, canalizando con éste emociones y sentimientos desconocidos, en formación durante éste período de latencia, para los que su canalización resulta compleja[12]. En general, todo arte posee un carácter de transición, situado literalmente entre ilusión y realidad.[13]

Tutor: What does it feel like when you're dancing?

Billy: Don't know. Sorta feels good. Sorta stiff and that, but once I get going... then I like, forget everything. And... sorta disappear. Sorta disappear. Like I feel a change in my whole body. And I've got this fire in my body. I'm just there. Flyin' like a bird. Like electricity. Yeah, like electricity.

Según Shneider, Deri afirma que la cooperación de la madre –mediante la no injerencia- es un requisito imprescindible. […] El niño acaba por internalizar la aceptación de la madre, hecho que estimula la creatividad.[14]

Sabemos que Billy internaliza la aceptación de su madre, fallecida, mediante la carta y las constantes repeticiones en el film sobre cómo ésta no se hubiera opuesto al baile, sino todo lo contrario.

Tony: Mamá te lo hubiera permitido… le habría gustado.

BILLY Y LOS OTROS

La mirada de los otros es uno de los factores más determinantes y a destacar del período de latencia. En el caso de Billy, éste ve a la sociedad como una limitante a sus aspiraciones.

Billy Elliot es un alegato contra una sociedad masculina; una sociedad que enseña a los niños a ser “hombres” y a las niñas a ser “mujeres”, mediante la imposición de actividades y roles sociales. Es una sociedad basada en los estereotipos de género y en un fuerte temor hacia las sexualidades periféricas.

La teoría Queer define las sexualidades periféricas, según Fonseca y Quintero, como aquellas que traspasan la frontera de la sexualidad aceptada socialmente.[15]

En la película, el temor y desprecio hacia “ser marica” está anclado en la mayoría de los personajes, así como en la sociedad, y se demuestra en incontables ocasiones.

Por ejemplo, se demuestra en la desaprobación del padre hacia el ballet, diciendo a Billy que es una práctica para niñas y no para hombres. Según él, los hombres luchan y boxean.

Dad: All right for your Nana, for girls. No, not for lads, Billy. Lads do football... or boxing... or wrestling. Not friggin' ballet.

El desprecio a la homosexualidad o, en el caso de Billy, a hombres con una sensibilidad contraria a la tipología dominante[16], se ve también en los personajes masculinos que le rodean; como el pianista de la clase de ballet, quién piensa que el niño es un gilipollas, el profesor de boxeo, quien cree que si Billy no aprende a boxear va a ser una vergüenza para su familia, e incluso el mismo Billy, quién esconde las zapatillas de baile al salir de clase y se cuestiona durante gran parte del film si hacer ballet equivale a ser homosexual. Éste repite como un mantra siempre que se hace ballet “no es de maricas”.

Billy: Just because I like ballet doesn't mean I'm a poof, you know.

En la película se denuncia también el rechazo social que sufren quienes no entran en las normas de una sociedad alzada sobre los estereotipos de género que caracterizan a ambos sexos (masculino y femenino).

El género, según Carrera y Pereira, se configura a partir de la importancia social atribuida a éste.[17]

Los estereotipos de género, según las mismas, son el conjunto de rasgos, conductas, valores, actitudes y normas consideradas características de cada sexo.[18]

A pesar de existir dos tipos de estereotipos de género, descriptivos y prescriptivos, me centraré en los prescriptivos ya que personalmente los encuentro más afines en cuanto a la relación con la película.

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