Ensayo de la película “La tierra prometida”

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Tal cual melodrama mexicano de los años 40’s, los hijos le dan dinero a la mamá, eso sí, sin que el papá lo sepa, ni qué hacen para obtenerlo. La hija regresa tarde, o de madrugada, y le preguntarán de dónde viene, y ella responde: “conseguí un trabajo de mesera”, hasta que, un día el compadre lleva al papá al tugurio y la ve como se vende a los hombres, tragándose su odio, el padre se va sin decir una palabra y la espera hasta que regrese, pero solo para recriminarle su actividad y correrla de la casa que habitaban.

Sin lugar a dudas, la prostitución, desafortunadamente, es una de las actividades en las que muchas de las personas del campo llegan a involucrarse para poder obtener ingresos dadas las pocas posibilidades laborales que hay en la ciudades; en la actualidad y curiosamente, en el estado de Tlaxcala es donde se concentra el mayor porcentaje de tarta de personas.

[2]Sin saber que ha pasado con su hijo mayor, el padre se ve desesperado y decide regresar a su pueblo y le dice a su esposa: “llegamos ocho y nos vamos cinco”, “uno murió, uno, quién sabe dónde ande y la otra es una puta”… y finalmente regresan a su tierra.

Al llegar al pueblo se dan cuenta que les ha ido muy bien, van a buscar su casa y sus tierras pero ya las perdieron y no tienen ni dónde meterse, según las leyes del pueblo, la tierra es de quien la trabaja, desafortunadamente ya no les queda nada, pero la historia enmarca una situación positiva que se da en algunos lugares, mientras que en la ciudad cada persona jala agua para su molino, en el pueblo todos se ayudan y gracias a esta ayuda, logran colocar a la familia en un jacal abandonado y les dan trabajo.

Independiente de su mala producción (no así su fotografía) y desde mi punto de vista, malas actuaciones (a excepción del “Flaco Ibañez, el compadre, que describe fielmente a un chilango de los barrios más populares del DF), “La Tierra prometida”, debió ser en su momento una película impactante que tocaba cuestiones profundas acerca de la migración en México tanto a la capital como a los Estados Unidos donde miles de personas que migran a las grandes urbes en busca de una mejor calidad de vida.

Estimado Carlos, lejos de hacer copy paste a algún documento que encontremos en internet, considero que la temática de la pobreza y el abandono del campo en México es un tema de toda la vida, lo vemos en los documentales que nos proporcionas atinadamente, la realidad es que la tierra no es de quien la trabaja, la tierra es para alimentar a la gente que está en la cúpula del país (en sentido figurado); la polarización de la riqueza en México lleva a migrar a la gente del campo, no sé mucho de la Reforma Agraria, pero he tenido la oportunidad de trabajar en ingenios y sé cómo se paga la tonelada de caña y sé a cómo se vende la tonelada de azúcar y a cómo la venden ya procesada, además de las condiciones laborales a las que se enfrentan los trabajadores de la caña y de los ingenios.

Es decir, creo, que vas a encontrar textos similares en todos lados, porque la problemática es real, es antigua y es actual, de hecho, estoy en un club de ensayos y al pedir opinión del tema o ensayos similares, todos manejaban prácticamente el mismo contenido solo con diferente estructura.

Ahora, en relación con el filme, desde mi muy particular punto de vista, creo que la película “el Milusos” dirigida por el mismo Roberto G. Rivera de 1981 y con una magistral actuación de Héctor Suárez, enmarca de mejor manera el problema de la migración del campesino a la ciudad, ya que en ella se puede observar las dificultades de un solo personaje, lo cual nos ofrece ver más a detalle la vida de un inmigrante que desconoce la agitada y caótica vida en la ciudad. Y otra, aunque cómica (muy buena), “El aviso Inoportuno” de 1969 con los Polivoces.

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