Voces Inocentes.

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En otra escena aparece el tío de Chava, Beto, hermano de Kella, comparten una comida, y más tarde se encuentran rodeados de otra balacera, donde se conoce que el tío Beto es guerrillero. Sacando su arma, y protegiendo a la familia, sale en medio de la balacera tras escuchar el grito de una vecina; Chava sale detrás de él. Habían disparado a Angelita, amiga de Rosita, quien termina muriendo en brazos de su madre, otra situación muy dura para Chava. El tío Beto regresa con Chava a la casa, y para tratar de calmar el miedo por las balaceras, toma su guitarra para tocar la canción “Techos de cartón” del venezolano cantautor Alí Primera, quien compuso esa canción de protesta. “que triste se oye la lluvia en los techos de cartón, que triste vive mi gente en la casas de cartón, que triste viven los niños en las casas de cartón”, líneas que para mí realzan la situación que vivió la gente en la guerra civil, y pensando en por qué no hay una mejor manera de resolver los conflictos de interés políticos, económicos y étnicos, dialogando en lugar de acabar en enfrentamientos y fuegos cruzados, haciéndose como dioses y acabando con la vida de personas inocentes o provocando que las personas sufran ataques de nervios, enfermando o muriendo de susto.

Chava junto a muchos otros niños, escapando de los obligados enrolamientos del ejército, ocultos sobre los techos de sus casas, se pusieron a contar estrellas en modo de juego, entretenimiento y pasa tiempo, y una noche como él dijo, contó hasta doscientas treinta y mil estrellas, y al día siguiente decide ir a casa de su novia Cristina María para contarle sobre eso, y al llegar se encuentra con la casa destruida y quemada por las bombas, que lo hizo pensar si era realmente o no la casa de su novia, y al entrar con la ayuda de Ancha, encuentra un pedazo de tela del vestido de Cristina María. Otra escena fuerte para un niño de apenas 12 años de edad, con un corazón inocente, y esperanzado. Otro saldo de muertes inocentes que la guerra se cobró.

Chava como los otros niños comienzan a razonar que la única manera de salvarse es alistándose en la guerrilla, como hizo su amigo Marcos, y una noche a escondidas se van Chava, Chele y Fito, y se encuentran con un soldado guerrillero que los lleva hacia su campamento en el cual estaba Marcos, y donde fueron sorprendidos por un grupo de soldados militares, que acabaron con las vidas del grupo de guerrilleros del campamento y tomaron como prisioneros a Chava, Fito, Chele y Marcos. Otra situación desesperante para los niños. Desembocando en la escena del comienzo de la película, y yendo rumbo a un lugar desconocido, donde de camino ven a Ancha, ahorcado y con una bala en la cabeza; ¿hace falta decir qué podrían haber sentido los niños ante semejante hecho? Y como si esto fuera aun poco decir, llegan a la orilla de un río donde hay gente muerta, y hacen arrodillar a los niños para fusilarlos. Oscar Torres dijo que es uno de los recuerdos que no quería aflorar, y la escena real aun fue más violenta y desordenada en el modo de fusilamiento, cuando un soldado pone el arma en la cabeza de Oscar en la vida real, Chava en la película, y un grupo guerrillero dispara a tiempo, antes que entre una bala en la cabeza del guionista. ¡Cómo no entender el porqué del dolor y llanto de Oscar!, que en la escena siguiente cuando Chava huye después de haber tomado la ametralladora para apuntar a un soldado, que era un niño. Tensión, dolor y sufrimiento no expresados, pero notables en su rostro y actitud se sumaron al haber visto su casita y el pueblito en llamas, imaginando que su familia estaría en esa terrible hoguera. Desesperanzado de volver a verlos, tal vez pensando que ya no sabría qué hacer con su vida, y cuando daba todo por perdido, ¡¡qué tranquilidad para él y para su madre desesperada!! al verse uno al otro. Todavía quedaba esperanzas en ellos, entre medio de tanta desesperación.

El escape de Chava con la ayuda de su madre, para irse a los Estados Unidos, una decisión muy difícil para ellos, pero donde Chava se reencontraría con su padre, que ya había formado otra familia, y había conocido que el mundo del cine era su pasión, aunque esa es una historia a parte que Oscar Torres no quiso compartir, todavía.

El saldo de más de 75.000 muertes, cerca de 1 millón de exiliados, más de 300.000 reclutados en ejércitos alrededor del mundo en más de 40 países, cifras que podrían haberse evitado, conociendo un camino pacifico, y teniendo en cuenta el valor de la vida de la gente, como de uno mismo.

La película me resultó impactante y me hizo encontrar varios sentimientos, en su mayoría negativos. Pensé varias veces en que Colombia es un país que también sufre de conflicto armado, y en el que a diario se escuchan noticias sobre los grupos guerrilleros, con sus atentados, en mi opinión, una decisión que siempre será mal tomada, y por su parte el gobierno, con su supuesto intento de acuerdo de paz que, ¿se firmará algún día?. Soy extranjero, pero ni en mi país tengo ningún tipo de inclinación política. Solo espero ver soluciones que difícilmente se encontraran en el mundo que se vive actualmente, porque conflictos de este tipo están en todo el mundo, por la única razón del querer tener el primer lugar, y ser propietarios de la mayor cantidad de dinero posible sin importar a costa de quienes obtenerlo.

Nosotros hagamos la diferencia y obremos pacíficamente entre nosotros y con los demás, conociendo y siendo conscientes que el camino de la violencia solo destruye las esperanzas en las personas.