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Evolución y tecnología

Enviado por   •  21 de Noviembre de 2017  •  6.880 Palabras (28 Páginas)  •  326 Visitas

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3. Cultura y Oralidad

La fase de la oralidad abrió la puerta a la consolidación y profundización de la vida colectiva. Es fácil imaginar el redimensionamiento de los procesos sociales de producción, aprendizaje y enseñanza, en una colectividad que posee ya un instrumento de comunicación como es la lengua hablada.

El trabajo con los instrumentos de piedra en esta etapa, va haciéndose cada vez más sofisticado y se prolonga hasta el llamado period neolítico. Por fortuna, no es el trabajo con la piedra lo único que puede mostrarse de este periodo. Por ejemplo, las estructuras de ladrillos y las embarcaciones para la navegación acuática, son una muestra de desarrollos realizados a partir de habilidades más finas desarrolladas en un entorno de mayor comunicación, gracias al lenguaje oral.

Quizá los dos logros principales de la fase de la oralidad sean la agricultura y el desarrollo de la vida urbana. Desde sus comienzos, la urbanización permitió una alta concentración de recursos tecnológicos. La competencia económica entre ciudades, produjo un desarrolla explosivo en el comercio. Unas ciudades proveían alimentos y hospedaje a los viajeros quienes intercambiaban estos servicios por herramientas, que solían traer de sus destinos anteriores. Se fue generando un comercio cada vez más desarrollado que puso en red a ciudades alejadas entre si más de 20 mil kilómetros (Bloom, 2000). Es inevitable suponer que tales intercambios no fueron culturalmente neutros. Se hizo presente un fuego cruzado de ideas, métodos y estilos que enriquecieron las tecnologías propias de cada ciudad. Las diferencias y conformidades en los modos de hacer, presentes en las redes de intercambio, abrieron paso a una modernidad, hace 6 mil años, que puede verse como una célula de formas futuras de interactividad.

Las funciones del lenguaje están vinculadas al desarrollo de un pensamiento integrador, es decir, a una síntesis de información que se halla dispersa en determinado momento y lugar. Queremos insistir en que, sin duda, una de las principales razones de la importancia de la oralidad es haber suministrado un medio para la elaboración de modelos simbólicos del universo humano.

4. Sistemas artificiales de memoria

Las organizaciones sociales, al alcanzar niveles de complejidad cada vez más elevados, dependen de la producción de registros externos, es decir, de sistemas artificiales de memoria. Esto se debe, sin duda, al aumento de los conocimientos, a la necesidad de compartirlos y a las exigencias correspondientes que todo ello impone sobre la memoria biológica. Este razonamiento es aplicable a los conglomerados sociales existentes durante los últimos 30 mil años. En efecto, es muy larga la lista de creaciones tecnológicas que precedieron a la escritura. Por ejemplo, la cerámica aparece en lo que hoy es territorio checo, hace unos 27 mil años; el boomerang apareció hace unos 17 mil años, junto con la aguja de coser, con el arco y la flecha y los primeros usos de la cuerda. En Mesopotamia, hace 12 mil años, se dio la domesticación del perro y casi al mismo tiempo la domesticación del carnero y la oveja en Persia. Podríamos continuar alargando esta lista. En lugar de ello, observemos que se estaban dando cada vez más, las condiciones para el surgimiento de los recursos de memoria externa necesarios para registrar todo el conocimiento producido.

El ser humano alcanzó un alto grado de especialización cognitiva no sólo mediante el empleos de recursos tecnológicos materiales, sino también, mediante los recursos semióticos, que hacen parte de una tecnología simbólica. Así, por ejemplo, un pescador interpreta ciertos movimientos en el agua, como una señal de la presencia de peces; una nube de polvo se concibe como indicación de la aproximación de ciertos animales. Estos ejemplos no se refieren a una habilidad sensorial sino a la organización funcional de la percepción a partir de la utilización de sistemas de signos (los movimientos en el agua, la nube de polvo...).

Los recursos gráficos, desarrollados todavía en medio de un fuerte entorno oral, tuvieron un desenvolvimiento lento. No había entonces una función específica para las representaciones gráficas. Los pinturas, realmente sofisticadas, datan de hace unos 15 mil años. Por ejemplo, las halladas en las cuevas de Altamira, en España, y Lascaux en Francia. Con estos medios, la expresión simbólica ya no se limita a una transmisión oral, sino que ahora, se deja una pintura que otro puede ver e interpretar aún en ausencia del autor. Se elabora con ello un soporte de la memoria y un medio de expresión que rebasan los límites impuestos por la biología. Comienza entonces lo que se conoce como la transformación tecnológica de la memoria.

Pero aún estos recursos de memoria artificiales tienen antecedentes notables. Se han hallado huesos (tibias de lobo), por ejemplo en Moravia, con series de 25 y hasta 30 incisiones. Es clara, en estos ejemplos, la intencionalidad del autor: usar las marcas como una forma de registro externo, posiblemente de las piezas cazadas. Desde el punto de vista de la aritmética, la fase de desarrollo correspondiente podemos denominarla como pre-operatoria. Hay una asignación de símbolos a los objetos pero aún se carece de una estructura, de una organización de la cantidad.

Este método de poner en correspondencia uno-a-uno, también se utilizó para socializar los intercambios comerciales. Se tienen evidencias del uso de varas, sobre las que se trazaban marcas simultáneamente en dos de ellas, con el fin de registrar digamos una deuda por la adquisición de una mercancía. Cada uno de los participantes en la transacción conservaba una de las varas con la información correspondiente al intercambio (Guedj, 1996). Esta socialización del empleo de la cantidad, se dio hace aproximadamente 15 mil años. Habría que esperar todavía unos 5 mil años para presenciar la aparición de otros métodos de conteo. En las comunidades sedentarias, todavía ágrafas, de hace 10 mil años, se usaron piedras de diferentes tamaños y formas para representar las cantidades. Aquí apreciamos ya un progreso considerable en la simbolización: un símbolo, es decir, una piedra de cierta forma ya no representa una unidad. Ahora, su forma indica su valor numérico. Desde luego lo central aquí es que el valor está dado mediante una convención. Esto nos remite a las anteriores consideraciones que hemos hecho sobre la referencia simbólica, propia de los lenguajes humanos. Más adelante, hablaremos de la matemática babilónica, en donde ya aparece un sistema numérico.

Puede decirse que la aparición de los soportes de representación

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