LAS ADUANAS EN EL CONTEXTO DEL COMERCIO INTERNACIONAL
Enviado por Rebecca • 6 de Febrero de 2018 • 5.928 Palabras (24 Páginas) • 492 Visitas
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Sin embargo, a pesar de que el libre comercio trae consigo numerosos beneficios, también conlleva potenciales costos. Puede resultar perjudicial cuando se tiene una balanza comercial negativa, cuando se busca proteger a las industrias nacientes nacionales o evitar que afecte a industrias locales, cuando se desea tener mayor independencia respecto a otros Estados, incluso cuando éste pueda convertirse en una amenaza a la seguridad nacional. Tales argumentos fundamentan muchas veces la implementación de medidas destinadas a restringir el libre comercio: prohibiciones de importación o establecimiento de cuotas, aumento de impuestos de aduana, establecimiento de estándares de seguridad, especificaciones técnicas, entre otras. A pesar de que en el sector comercio, los países industrializados realizan el 70% de los intercambios comerciales del mundo (comprobando así que el grueso del comercio global, particularmente en bienes manufacturados,
sigue teniendo lugar dentro de los países desarrollados y de economías capitalistas), se ha evidenciado que en los últimos años los flujos de comercio están cambiando, en la medida en que nuevos países se van involucrando cada vez más en la economía mundial. Por ello, países desarrollados han venido a depender en cierta forma de países menos desarrollados como importante fuente para sus importaciones y como mercados para sus exportaciones.
Por lo anterior, muchos gobiernos intentan facilitar y cooperar para un libre comercio a través de sus políticas exteriores y aduaneras y su participación en organizaciones intergubernamentales tales como la Organización Mundial de Comercio, la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (UNCTAD) y la Organización Mundial de Aduanas.
Por su parte, las grandes potencias comerciales del mundo continúan también haciendo esfuerzos para promover el libre comercio. Las reuniones de estos grupos, por ejemplo en el marco de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), se han convertido en encuentros crecientemente visibles, en los que las grandes democracias industrializadas discuten gran variedad de asuntos, no sólo relacionados con sus propios temas económicos sino también respecto a la manera de integrar al mundo en desarrollo. De manera tal que, por las características de esta era globalizada, el comercio internacional tiene el potencial de crear mayores
sensibilidades y vulnerabilidades de los Estados respecto a las acciones de otros actores internacionales.
Las aduanas en el comercio internacional La palabra ‘aduana’, al parecer, tiene varias acepciones etimológicas. Según unos, se deriva del término arábigo divanum, que significa ‘la casa donde se cobraban los derechos o impuestos’; por el uso y la costumbre se convirtió en divana, más tarde en duana y por último acabó por llamársele aduana. Otros afirman que procede del término advento, por cuanto se trataba de géneros o mercaderías “advenidas” de otros países. Existen quienes opinan que el origen de dicha palabra se encuentra en el término italiano duxana, o sea los derechos que pagaban las mercaderías en Venecia y Génova al dux, magistrado supremo en dichos lugares. Sin embargo, al parecer su origen verdadero es el árabe o morisco, por cuanto los moriscos del virreinato de Córdoba y de Granada designaban con el nombre de al duyan o adayuan, a la oficina pública establecida para registrar
los géneros y mercaderías que se importaban o exportaban y donde se cobraban los derechos que allí se tasaban.
Hoy día, las aduanas son en la mayor parte de los países los entes públicos que tienen como función controlar el ingreso y egreso de mercancías del territorio nacional. Como sabemos, el comercio puede ser de bienes, servicios e ideas. Pero corresponde a las aduanas, tradicionalmente, el control del comercio de bienes, entendiendo como bien, todo aquel objeto susceptible de ser trasladado por medio de una fuerza externa o por sí mismo a otro lugar, y que puede ser comercializado tanto legal como ilegalmente.
Las aduanas constituyen uno de los primeros organismos de control de los cuales se valen los Estados para intervenir en los movimientos internacionales de mercancías. Básicamente se trata de organismos que componen la estructura gubernamental y que ejecutan directrices públicas referidas al ámbito fiscal, de salud, seguridad, comercio, ambiente y hasta políticas.
En materia fiscal, las aduanas suelen comportarse como entes de recaudación, que en muchos casos son importantes para la economía de muchos países porque cubren una parte importante del presupuesto público. Tradicionalmente se han establecido tres clases de impuestos de aduanas: impuestos a las importaciones, a las exportaciones y al tránsito. Los impuestos al tránsito, es decir, aquellos que gravan el ingreso o salida de mercancías que proceden de un país extranjero y van destinados a otro país extranjero, han desaparecido prácticamente de la escena internacional en virtud de la consagración en varios tratados internacionales del principio de Libertad de Tránsito, mediante el cual se establece que el mismo no debe estar sometido a impuesto especial y que las normas nacionales deben facilitarlo. Estos impuestos fueron populares en los primeros períodos de la historia ya que se usaban para recaudar ingresos en rutas estratégicas del comercio.
En el caso de los impuestos de exportación, con el advenimiento de la revolución Industrial y el desarrollo de un comercio más libre en el siglo XIX, se evidenció que esta práctica tendía a restringir el comercio. Usualmente se usan para la recaudación, para proteger las reservas nacionales menguantes de materias primas, para inducir la industrialización doméstica.
En el caso de los impuestos a las importaciones, antes de la Primera Guerra Mundial constituyeron el obstáculo más formidable al comercio y continúan ocupando una posición central en las políticas comerciales de las naciones.
En el ámbito de la seguridad, las aduanas han comenzado a desempeñar un rol estelar. En efecto, la globalización ha traído consigo problemas que atentan contra la seguridad de los Estados interesados en mejorar su economía, pero sin dejar de lado el tema de la seguridad nacional.
En general, todo Estado-nación es responsable como mínimo de tres aspectos: a. Asegurar su supervivencia física. Ello implica proteger la vida de sus ciudadanos y mantener la integridad territorial de sus fronteras.
b. Promover el bienestar económico de sus habitantes. c. Preservar la autodeterminación nacional en lo referente al sistema de
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