Neumática e Hidráulica.

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Si bien ya sabemos las ventajas y desventajas de cada uno y algunas de sus múltiples aplicaciones, existen en sus componentes algunas similitudes que están presentes en sus circuitos: los generadores que comprimen el fluido en el caso de los circuitos neumáticos y le proporcionan energía para su movimiento cuando las válvulas de presión lo permitan, a su vez acondicionan el aire para el correcto funcionamiento del circuito; válvulas de regularización y control: se encargan de abrir, cerrar o regular el flujo de fluidos y por último los actuadores que transforman el caudal del fluido en una fuerza que se aplica sobre un elemento que se desea desplazar. En la mayoría de los casos son cilindros.

Siguiendo con sus semejanzas, al pasar al tema de magnitudes y formulas más usuales entre las dos son la presión, la densidad, la viscosidad, la perdida de carga –es la perdida de presión debido al rozamiento del fluido internamente y con las paredes de la tubería-, el caudal (cantidad de fluido que pasa en una unidad de tiempo), la ecuación de continuidad –esta ecuación no se aplica en la neumática porque el fluido se comprime-, el teorema de Bernoulli y el principio de Pascal.

En resumen, las diferencias más importantes que se pueden señalar son: que los accionadores neumáticos son más sencillos, rápidos y baratos; los sistemas hidráulicos permiten la transmisión de mayores potencias por unidad de volumen y una fácil regulación del caudal y la posición, por último los sistemas neumáticos permiten una acumulación de energía.

Debido a todo lo anterior las industrias se han empezado a automatizar para el incremento de su producción, y lo que se tenía pensado facilitar el trabajo del hombre ha causado que este se vuelva innecesario en cierta medida, y en cambio, las industrias tienen que crear nuevos puestos de trabajo con personal más capacitado. Si bien estos sistemas son más industriales que de uso domestico puede que llegue el día en que tus hijos, o incluso tú, manejen un auto ciento por ciento accionado neumáticamente o algo por el estilo –las posibilidades son varias-. Lo que sí es seguro es que estamos en la era de la automatización y que el cambio es seguro y que siempre hay que estar preparados para las nuevas tecnologías que, seguramente, aplicaran a la neumática e hidráulica como su base de apoyo y hasta que ese momento no llegue seguiremos viendo a estos sistemas como facilitadores del trabajo industrial.