Sistema automarizado de posicionamiento de antenas.

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Siguiendo el mismo lineamiento, los autores señalan que una investigación no experimental se realiza sin la manipulación deliberada de las variables y en los que solo se observan los fenómenos en su ambiente natural para después analizarlos.

En el caso del posicionamiento de antenas transceptoras, se parte del requisito, previamente calculado (balance de ganancias y pérdidas), de que estos son factibles.

El proceso de orientación o posicionamiento en sí mismo no modifica los parámetros técnicos de las estaciones involucradas como son la potencia de transmisión o sensibilidad de recepción. Tampoco platea la intervención de las señales sino la medición directa y su utilización en el proceso automatizado.

2. TÉCNICAS E INSTRUMENTOS DE RECOLECCIÓN DE DATOS.

Las técnicas de recolección de datos pueden considerarse como la forma o procedimiento que utiliza el investigador para recolectar la información necesaria en el diseño de la investigación. Así lo expresa Arias (2006, p. 53), son las distintas formas o maneras de obtener la información.

Entre las técnicas de recolección de información están la observación en sus distintas modalidades, la entrevista, el análisis documental, entre otras. Dada la naturaleza de esta investigación, y en función de los datos que se requerían, las técnicas que se utilizaron fueron:

Después de haber definido el diseño de la investigación se procedió a la recolección de datos, se hizo uso de investigación documental y bibliográfica en textos especializados en la materia y manuales de instalación de antenas direccionales.

Por su parte, Bavaresco de Prieto (2001, p. 99), considera la observación directa como la técnica de mayor importancia, por cuanto es la que conecta al investigador con la realidad, es decir, al sujeto con el objeto o problema. Se puede decir que la observación directa proporciona una visión de la realidad que está presente y que puede ser contada con solo realizar una visita al lugar de la investigación y que va a proporcionar una información confiable.

Es una técnica que consiste en observar atentamente el fenómeno, hecho o caso, tomar información y registrarla para su posterior análisis. La observación es un elemento fundamental de todo proceso investigativo; en ella se apoya el investigador para obtener el mayor número de datos. Es directa cuando el investigador se pone en contacto personalmente con el hecho o fenómeno que trata de investigar. Es indirecta cuando el investigador entra en conocimiento del hecho o fenómeno observando a través de las observaciones realizadas anteriormente por otra persona.

De igual forma, es utilizada la revisión documental, definida por Arias (2006, p. 25) como el proceso mediante el cual un investigador recopila, revisa, analiza, selecciona y extrae información de diversas fuentes, acerca de un tema particular (su pregunta de investigación), con el propósito de llegar al conocimiento y comprensión más profundos del mismo.

Entendiendo así que, dicha técnica resulta útil para la revisión de documentos, normas y textos empleados para apoyar la investigación realizada, además de registrar de forma correcta los datos investigados. Para llevar a cabo de manera satisfactoria la investigación se requiere la definición de los requerimientos por medio de una documentación documental, que permiten darle soporte y mayor veracidad al estudio realizado y obtener nuevos conocimientos para el análisis del mismo.

El autor Bavaresco (2006, p. 41) señala que esta técnica tiene su apoyo en los distintos tipos de notas de contenido: información general, resumen, paráfrasis, entre otras. Para esto se identificaron las fuentes documentales, las cuales están representadas por normativas, leyes, reglamentos y decretos, e información bibliográfica, hemerográfica y/o relacionada con el tema, las cuales pueden dar respuesta a las necesidades planteadas, y luego se utilizaron técnicas como el subrayado, el fichaje, las notas de referencias bibliográficas, los cuadros resumen, las hojas de cálculo, entre otros. Esta técnica de recolección de datos estará apoyada en el análisis documental como instrumento.

3. METEODOLOGÍA SELECCIONADA.

Para desarrollar un sistema automatizado de posicionamiento de antenas transceptoras a través de una interfaz inalámbrica, se tomó como base una metodología que surge de la combinación propuesta por los autores Savant, Rodent y Carpenter (2000): fases I y II y el autor Angulo (2003): fases III, IV, V, VI, VII; los cuales se adecuan correctamente a las necesidades del sistema a desarrollar.

FASE I: DEFINIR EL PROBLEMA.

Según propone Savant, Rodent y Carpenter (2000, p, 16), el primer paso en el proceso de diseño es “definir el problema”. En esta etapa del diseño, el ingeniero se enfrenta a una de dos posibilidades. Es posible que se disponga de un diseño totalmente especificado o que el diseño tal vez sea una vaga idea en la mente.

El ingeniero se topara muchas veces con una combinación de estos dos casos donde una parte del diseño debe efectuar ciertas funciones precisas, en tanto que la otra es una vaga idea. En el caso de un diseño especificado por completo, el trabajo del ingeniero es analizar y entender las especificaciones requeridas y establecidas por el fabricante.

FASE II: SUBDIVISIÓN DEL PROBLEMA.

Una vez entendido el problema de manera general, propone Savant, Rodent y Carpenter (2000, p. 17); una vez que el producto se definió y se especificó, casi siempre el problema se descompone en una serie de diseños más pequeños. El número de estos depende de la complejidad del producto.

Es responsabilidad del ingeniero de proyecto dividir el problema en los mejores subconjuntos de modo que el diseño pueda implementarse en forma rápida y económica su planteamiento, con ello lo que se busca es disminuir errores en su ejecución y montaje.

FASE III: DEFINICIÓN DE LAS ESPECIFICACIONES.

Una vez definido el problema y analizadas las condiciones en la que se encuentra el sistema, se debe especificar las normas y requerimientos técnicos relacionados con las exigencias del mismo, afín de efectuar una selección adecuada a los componentes y una arquitectura eficiente.

Una vez establecido un posible diseño basado en los resultados de la aplicación de las fases I y II, se procede a establecer las características técnicas en detalle, para ello, Angulo (2003, p.139), indica que

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