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VERIFICAR LA RENTABILIDAD DE LA PRODUCCIÓN NANOTECNOLOGICA DE CELDAS DELGADAS FOTOVOLTAICAS CIGS A PARTIR DE COBRE, INDIO, GALIO Y DISELENIO.

Enviado por   •  31 de Marzo de 2018  •  7.474 Palabras (30 Páginas)  •  443 Visitas

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Hay que reconocer que para entonces el electromagnetismo se encontraba aun dentro de un marco teórico, pues las ondas electromagnéticas aun no se conocían (dentro del conocimiento científico), las cuales son descubiertas 20 años más tarde por Heinrich Hertz (1857-1894 ), quien comprueba que las ondas que posteriormente se llamaron Hertzianas en su honor, y, cuyo origen electromagnético tenían las mismas propiedades que las ondas luminosas, estableciéndose con ello la identidad física entre ambos fenómenos. En la descripción que hace de su propuesta, Maxwell propugna que cada cambio del campo eléctrico engendra en su proximidad un campo magnético, e inversamente cada variación del campo magnético origina uno eléctrico.

Dado que las acciones eléctricas se propagan con velocidad finita de punto a punto, se podrán concebir los cambios periódicos - cambios en dirección e intensidad - de un campo eléctrico como una propagación de ondas. Tales ondas eléctricas están necesariamente acompañadas por ondas magnéticas indisolublemente ligadas a ellas.

Los dos campos, eléctrico y magnético, periódicamente variables, están constantemente perpendiculares entre sí y a la dirección común de su propagación. Son, pues, ondas transversales semejantes a las de la luz.

Por otra parte, las ondas electromagnéticas se transmiten, como se puede deducir de las investigaciones de Weber y Kohlrausch, con la misma velocidad que la luz. De esta doble analogía, y haciendo gala de una espectacular volada

especulativa Maxwell termina concluyendo que la luz consiste en una perturbación electromagnética que se propaga en el éter (posteriormente se comprobó la inexistencia del éter). Se concluye en algo importante para el desarrollo de la física cuántica: Ondas eléctricas y ondas luminosas son fenómenos fuertemente correlacionados.

Sin embargo las ondas eléctricas en general necesitan un medio físico para sus propagación, ó pueden viajar en vacío pero frente a una diferencia de potencial alto y en distancias cortas, un ejemplo de ello son los rayos catódicos los rayos de las tormentas eléctricas. Recordemos que para la fecha no se habían descubierto las ondas hertzianas y el uso de la electricidad estaba en una fase de inicio en sus aplicaciones. Aclaramos que la luz como tal ha existido y por lo tanto su identificación como ondas electromagnéticas no se había dilucidado como tales por el desconocimiento e identificación como ondas electromagnéticas.

Hertz, en 1888, logró producir ondas por medios exclusivamente eléctricos y, a su vez, demostrar que estas ondas poseen todas las características de la luz visible, con la única diferencia de que las longitudes de sus ondas son manifiestamente mayores. Ello, deja en evidencia que las ondas electromagnéticas se dejan refractar, reflejar y polarizar, y que su velocidad de propagación es igual a la de la luz. La propuesta de Maxwell quedaba confirmada: ¡la existencia de las ondas electromagnéticas era una realidad inequívoca! Establecido lo anterior, sobre la factibilidad de transmitir oscilaciones eléctricas en sistemas inalámbricos, se abrían las compuertas para que se produjera el desarrollo de una multiplicidad de inventivas que han jugado un rol significativo en la evolución de la naturaleza humana contemporánea. Recordemos que si bien electricidad y electromagnetismo están íntimamente correlacionados, no son lo mismo.

La electricidad puede convertirse en onda electromagnética que viaja por el espacio y a su vez las ondas electromagnéticas pueden convertirse en corrientes eléctricas cuando tocan un metal ó sustancia química por el fenómeno que estudiaremos más adelante y que conocemos como fenómeno fotoeléctrico. Un ejemplo de lo anterior es una antena de radio con su centro de emisión y lo contrario es una antena receptora de ondas como en nuestros receptores de teléfonos celulares.

Pero las investigaciones de Maxwell y Hertz no sólo se limitaron al ámbito de las utilizaciones prácticas, sino que también trajeron con ellas importantes consecuencias teóricas. Todas las radiaciones se revelaron de la misma índole física, diferenciándose solamente en la longitud de onda en la cual se producen. Su escala comienza con las largas ondas hertzianas y, pasando por la luz visible, se llegan a la de los rayos ultravioletas, los rayos X, los radiactivos, y los rayos cósmicos.

Con ello se confirma que Luz no es solo lo visible sino lo invisible en un sentido estricto del espectro, y que lo visible es solo una pequeña franja de ese amplio espectro electromagnético. Igualmente podemos concluir que las ondas electromagnéticas tienen energías diferentes siendo menores las de ondas largas y frecuencias pequeñas (a frecuencias altas ondas más pequeñas).

Continuando con nuestra historia, la teoría electromagnética de Maxwell, pese a su belleza, comporta debilidades, ya que deja sin explicación fenómenos tan evidentes como la absorción o emisión de ondas; el fotoeléctrico, y la emisión de luz por cuerpos incandescentes. En consecuencia, pasado el entusiasmo inicial, fue necesario para los físicos, como los hizo Planck en 1900, retomar la teoría corpuscular. Pero la salida al dilema que presentaban las diferentes teorías sobre la naturaleza de la luz, empezó a tomar forma en 1895 en la mente de un estudiante de dieciséis años, Albert Einstein, que en el año 1905, en un ensayo publicado en el prestigioso periódico alemán Anales de la física, abre el camino para eliminar la dicotomía que existía sobre las consideraciones que se hacían sobre la luz al introducir el principio que más tarde se haría famoso como relatividad.

El efecto fotoeléctrico fue descubierto por Max Karl Ernest Ludwing Plank en 1887 y consiste en la emisión de electrones que es incidido por la franja de luz visible, electrones cuya energía de salida depende de la longitud de onda de la radiación electromagnética incidente.

Por ello dentro del conocimiento actual la radiación violeta y ultravioleta con longitudes de onda pequeña es más susceptible de liberar electrones con mayor energía que los que inciden con menor longitud de onda, como el rojo e infrarrojo. Aclaramos que todo el espectro electromagnético es susceptible de liberar electrones, solo que la energía en ellos contenida es menor en la franja por debajo del infrarrojo y mayor en las ondas por encima del ultravioleta. Un ejemplo de ello son las microondas de los hoy populares hornos de microondas.

Por lo tanto podemos deducir en el conocimiento actual que también las radiaciones por debajo del infrarrojo con longitudes de onda grandes también pueden liberar electrones pero con baja energía

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