CINE Y GEOGRAFIA: ESPACIO GEOGRAFICO, PAISAJE Y TERRITORIO EN LAS PRODUCCIONES CINEMATOGRAFICAS

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el segundo de los sentidos, la capacidad que presenta el cine para transmitir determinadas imágenes geográficas contribuyendo a crear nuevos  imaginarios territoriales colectivos, lo que puede tener implicaciones económicas y territoriales.

La mayor parte  de las imágenes exhibidas se corresponden con lugares o ámbitos en su mayoría urbanos pero también espacios naturales emblemáticos como determinados parques nacionales no conocidos por el público pero reconocidos por su constante reiteración en la exhibición.

El cine es un testimonio de la actividad humana de ahí que también refleje ámbitos de la economía floreciente y deje de lado los territorios en crisis o los que presentan actividad humana débil.

Ello explica la pérdida del protagonismo en el imaginario colectivo de algunas ciudades que constituían enclaves de primer orden de los imperios coloniales. La disponibilidad de determinados hitos significativos en algunas ciudades las coloca en ventaja a la hora de ser seleccionadas. Algunos territorios sobresalen en la industria cinematográfica, se muestras de forma reiterada y otros quedan relegados, son vacios del globo; lo que podríamos clasificar como lugares olvidados por el cine, que son desconocidos por el espectador incluso en los casos que está próximo a él.

En los últimos años se llega a la alteración real del espacio geográfico debido al turismo cinematográfico. Este nuevo imaginario y está teniendo repercusiones económicas sociales y territoriales.

EL CINE Y LAS LOCALIZACIONES

LOS LUGARES SUPLANTADOS: No resulta extraño esta macada tradición del cine en suplantar la realidad los lugares del cine pueden sr muy diferentes.  Esta práctica se debe a situaciones numerosas como por ejemplo determinadas características topográficas de la zona, por el coste que implica movilizar un equipo de producción, y en otras ocasiones por cuestiones políticas cuando se prohíbe el acceso o la filmación en determinado territorio, así ocurrió durante la Guerra Fría.  En otra escala incluimos los lugares protegidos o monumentos religiosos. Estos impedimentos geográficos, políticos, económicos, explican que resulte ventajoso reproducir las condiciones ambientales mediante decorados o localizaciones alternativas.

LOS LUGARRRES VERDADEROS: La mayoría del cine producido en un país y especialmente en las primeras etapas de desarrolló cinematográfico, reflejan historias de ese mismo país.

Ciertos géneros como la ciencia ficción se ven obligados a presentar escenarios inexistentes, las películas futuristas están ambientadas en lugares inexistentes.

El análisis de estas creaciones muestra preferencia por paisajes extremos donde características climáticas cobran importancia y protagonismo.

EL PAISAJE Y LA NATURALEZA EN EL CINE: El paisaje en el cine aparece condicionado por los recursos técnicos. En las primeras cintas blanco y negro el grado de sensibilidad de la película resultaba fundamental para destacar las cualidades del paisaje.

Pero uno de los cambios esenciales en las posibilidades de mostrar las características de los paisajes lo constituyo la incorporación del color.

Un tercer condicionante, se relaciona con el formato de la película, que determina las proporciones de la pantalla, en ese sentido se produjo un cambio significativo en la década de los 50 cuando la industria cinematográfica debe competir con la recién aparecida televisión, ensayando nuevos formatos.

Cuando el cine consigue alejarse de la concepción teatral de los escenarios y empieza a mostrar historias que exigen filmación en los exteriores, de ahí se deriva una creciente capacidad para describir los paisajes. La posibilidad de filmar escenas a grandes distancias a partir de las tomas aéreas.

El paisaje puede ser vehículo que contribuya al desarrollo eficaz de la historia.

La variedad de paisajes presentes en el cine es muy variada. La inclusión de la naturaleza obedece a que siguiendo los planteamientos de Joachim Ritter- 1963- puede afirmarse que el cine de manera intrínseca presenta una capacidad máxima de convertir a la naturaleza en paisaje, así como de transmitir esa precepción desde el momento en que se realiza una interpretación fílmica de un entorno natural.

En las primeras filmaciones del siglo XX, cuando el proceso de descolonización de Asia y África no se había iniciado, las zonas naturales vírgenes, se presentaban como territorios ajenos a la civilización, en donde imperaba la ley de la naturaleza o la leu del más fuerte. Esa forma de presentarla, virgen inexplorada y carente de propietario, justificaba por lo tanto una colonización legítima por parte del hombre blanco.

En sus inicios el cine ve en la naturaleza un escenario idóneo especialmente en el caso del continente Africano. Se trata de territorios de naturaleza desconocida por el espectador, lo que facilita la falsificación de sus características y la difusión de falsos estereotipos.

Después de la Segunda Guerra Mundial, se destaca la incorporación de los entornos naturales al proceso civilizador. Se resalta el domino del Ser Humano sobre la Naturaleza gracias a la técnica incluso de las situaciones más extremas.

En los años 70, se desarrolla un subgénero propio: el cine de la catástrofe, cuyos finales  muestran un acuerdo tácito de respeto mutuo entre naturaleza y hombre que no debió e romperse.

A partir de la década de los 90, la capacidad del hombre  para enfrentarse a las catástrofes naturales, que ahora dejan de ser fenómenos locales y adquieren una escala planetaria, se presenta mermada y la naturaleza parece recobrar su poder aunque sea a costa de una notable exageración.

EL CINE Y EL TERRITORIO: El termino territorio geográficamente suele implicar una vinculación con cuestiones de orden político-administrativo. L a distancia entre ambos planteamientos es  muy notable.

La presencia visual del territorio puede presentar un tratamiento muy diverso en el cine, desde directores que le otorgan un protagonismo elevado a otros que prácticamente anulan su trascendencia.

En otro contexto algunas narraciones muestran tipos de territorios que contribuyen a reforzar el tomo de las historias.

Desde un planteamiento técnico, político-territorial es importante no tanto por una atención inusual del territorio sino por la existencia de ciertas historias.

Desde sus inicios la industria cinematográfica aparece muy vinculada al concepto de territorio, ya se materialice éste en la forma de imperios, nacionalismos regionales o de una manera más clara en la del Estado-nación.