DEFINICIÓN Y NOMBRE DE CADA VIRTUD

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Magnificencia, que es la reflexión y administración de cosas grandes y extraordinarias con una amplia y espléndida disposición de ánimo, es decir, se refiere a la ejecución, de forma que no falten medios a los grandes proyectos. Se le oponen dos vicios: la mezquindad y el consumismo.

Paciencia, permite soportar con tranquilidad de ánimo los males, evitando que la tristeza impida conseguir el bien querido. De entre estas dificultades, una es la larga duración de la obra buena. Aquí surge la virtud de la perseverancia, por la que se prosigue hasta el término en la obra virtuosa.

Perseverancia, implica firmeza en la voluntad y en la razón y, por otro lado, moderar el temor a la fatiga o desfallecimiento por la larga duración. Además, la perseverancia viene a ser un término medio entre la flojera o molicie y la porfía o pertinacia, por la que uno se aferra a su juicio propio y persevera en él más de lo que conviene.

- La Templanza, permite gozar de los placeres sensibles de una manera ordenada y adecuada, sin desviarnos del fin, la verdadera felicidad. Como ejemplo modera el recto goce del placer sensible en relación a la comida, bebida y al placer sexual. A la Templanza se adhieren la continencia, mansedumbre y clemencia, modestia, humildad, estudiosidad, orden, ornato, austeridad, parquedad, sencillez.

La continencia permite moderar la inclinación a lo placentero siendo uno mismo dueño de su obrar, y no un esclavo de las pasiones.

La mansedumbre refrena el ímpetu de la ira.

La clemencia aporta a disminuir el castigo externo.

La modestia difiere de la templanza en que modera los objetos más fáciles de controlar, y de esta se derivan otras cuatro virtudes: el movimiento del ánimo hacia alguna excelencia, al que modera la humildad, el deseo de las cosas del conocimiento, que es moderado por la estudiosidad y que se opone a la curiosidad, los movimientos y las acciones corporales, tratando de que se hagan con decencia y honestidad tanto cuando se trata de obrar con seriedad como en el juego, y por último el ornato externo, como vestidos y objetos similares.

La Humildad, donde cada individuo se valora en lo que realmente es, ordenando el apetito desordenado a la propia excelencia y a sentir alta estima de él mismo. Se le opone el vicio de la soberbia, que consiste en el apetito desordenado de la propia excelencia, por la que el soberbio tiene una valoración desmedida de sí mismo. Vicios que le siguen y que causan daños a uno mismo y a los demás son la presunción, la ambición, la vanidad y la timidez o temor de quedar mal. La Templanza modera estos vicios con la humildad.

La Estudiosidad, es el dominio del deseo de saber que hace posible el estudio o la aplicación intensa de la mente a algún objeto, que se opone a la curiosidad o deseo inmoderado de saber, y que se puede plasmar de varias maneras: desear conocer algo para realizar el mal o para ensoberbecerse; desear conocer algo que no es importante y quita tiempo y fuerzas para lo que realmente lo es; buscar ese saber en fuentes abiertamente malas; buscar el conocimiento como fin en sí mismo, sin orientarlo al fin último; o desear conocer lo que supera nuestras fuerzas o ingenio.

Los demás vicios que se oponen a estas últimas partes de la templanza: incontinencia, ira, crueldad, inmodestia y abusos en el juego.

2.- SÍNTESIS Y EJEMPLOS: [pic 1]

VIRTUDES INTELECTUALES: se encuentra en todo lo que es racional, perfeccionando la potencia intelectiva y disponiendo al hombre de forma adecuada. Se divide en:

- Inteligencia Especulativa: son para conocer y decir la verdad y perfeccionan al hombre. Las virtudes que la integran son: sabiduría, ciencia, inteligencia, sindéresis e intelecto.

- Inteligencia Práctica: orden en la acción otorgado por la prudencia supeditando al arte o a la técnica en cuanto a la realización de determinadas obras u objetos.

Ejemplos:

VIRTUDES MORALES O CARDINALES: regulan la voluntad y el apetito sensible del hombre, tienen el nombre de cardinales porque abren la puerta a otras virtudes que pueden ser adquiridas o sobrenaturales.

Las virtudes cardinales son 4:

Prudencia, es la virtud Rectora, que dirige a las demás virtudes estableciendo el camino recto, y término medio de todo acto.

Justicia, perfecciona las relaciones entre las personas, consiste en obrar con rectitud en relación a los otros y sus derechos materiales, de reconocimiento, de ayuda, de espiritualidad, etc. Se orienta al bien común y social.

Fortaleza, permite resistir y actuar con firmeza de ánimo, modera la resistencia a los obstáculos e impulsa la realización de la obra buena poniendo fin a los miedos que impiden la realización del bien. En esta virtud se adhieren las siguientes virtudes: Magnanimidad, magnificencia, perseverancia, y paciencia.

Templanza, modera el recto goce del placer sensible, de manera ordenada y sin desviarse del fin último. También lo acompañan las virtudes de la la continencia, mansedumbre y clemencia, modestia, humildad, estudiosidad, orden, ornato, austeridad, parquedad, sencillez.

Ejemplos:

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