Pequeño tratado de las grandes virtudes
Enviado por tolero • 29 de Octubre de 2017 • 1.848 Palabras (8 Páginas) • 954 Visitas
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De todas las virtudes la valentía es la más universalmente admirada, ya que en todas partes se desprecia la cobardía y se aprecia el coraje, la valentía desinteresada es heroísmo; y si esto no prueba nada en cuanto a la valoración del acto en sí mismo, al menos indica algo en cuanto a la valoración del individuo, la valentía es siempre apreciada, pero desde el punto de vista moral, solo es apreciable cuando se pone al servicio ajeno. Es que la valentía que es un rasgo psicológico, solo llega a ser virtud cuando se pone a servicio de otro, o de una causa general y generosa.
Con la justicia se terminan las cuatro virtudes cardinales y se dice que se podría ser justo si con ello se consiguiera la felicidad de todos, sacrificar a unos cuantos sin su acuerdo, aunque fuera completamente diferentes y no pudieran defenderse, la justicia es más valiosa que el bienestar o la eficacia. Ser injusto por amor es ser injusto, de ser amor para convertirse en favoritismo o parcialidad. La moral está por encima de las leyes y la justicia está por encima de las leyes, al hombre equitativo le importa menos la legalidad que la igualdad.
La generosidad por otra parte, es la virtud de dar, no se trata de atribuir a cada uno lo suyo, si no de ofrecerle lo que no es suyo, lo que es nuestro y le hace falta, si la generosidad es tan grande, tal alabada, es porque es muy endeble dentro de nosotros, porque el egoísmo siempre es más fuerte, la generosidad es indisociable de una forma de libertad, o de dominio de uno mismo, lo que hace que el hombre generoso no sea prisionero de sus pasiones, ni de sí mismo, sino al contrario es dueño de sí.
Y entonces llegamos a la octava virtud que es la compasión, que tiene mala fama ya que nadie quiere ser objeto de ella, ni siquiera sentirla, por ejemplo: si compadecer es “padecer – con” y todo padecimiento es malo ¿ cómo podría ser buena la compasión?, de esta manera entra la simpatía , y nos dice que la simpatía es la participación afectiva en los sentimientos del otro, compartir el sentimiento de otro no es aprobarlo ni compartir la razones, sino negarse a considerar el sufrimiento, sea cual sea, como un hecho inherente, y aun ser vivo, sea quien sea, como una cosa. La compasión es un sentimiento y como tal, se siente o no se siente, por lo tanto no se puede mandar en él.
La misericordia es la novena virtud que se podría llamar “ la virtud del perdón” , pero de esta manera, perdonar no es cancelar, ni tampoco perdonar es olvidar, es dejar de odiar y esta es la definición de la misericordia, es la virtud que triunfa sobre el rencor, sobre el odio justificado, es una virtud singular y muy noble pues es difícil perdonar y somos demasiado miserables y demasiado débiles como para que la misericordia no sea necesaria, en la misericordia es necesaria la reflexión y eso es algo que no tenemos la mayoría.
La gratitud por otra parte, es la más agradable de las virtudes, sin embargo no es la más fácil, es placer difícil o escaso pero eso no quita que sea menos agradable que otros o incluso que lo sea mucho más, la gratitud es el placer de recibir y la alegría de estar alegre, agradecer es dar, dar las gracias es compartir, por eso el egoísta es ingrato, no porque no le guste recibir sino porque, no le gusta reconocer lo que debe a otro, y la gratitud es precisamente este reconocimiento, porque no le gusta devolver y la gratitud es dar las gracias. De esta manera seria ingrato olvidar lo que uno debe a los demás y así mismo a favor de lo que uno debe a un individuo determinado.
La humildad también es una virtud humilde, lo que ni siquiera se está seguro que sea una virtud pues quien se van a gloria de ella, demuestra plenamente que le falta la misma, el límite de la humildad se basa en una nada, ser humilde es amar la verdad , más que a uno mismo, la humildad como virtud es esta tristeza verdadera de no ser más que uno mismo, no se trata de juzgar lo que uno ha hecho , sino lo que uno es y de esta manera más vale despreciarse que estar equivocado.
La sencillez, bueno se dice que juzgarse es tomarse demasiado enserio, el hombre sencillo no se plantea tantos problemas con respecto a sí mismo, la sencillez mejor dicho constituye el antídoto de la reflexividad, y de la inteligencia , porque les impide acrecentarse y perderse en ellas mismas, la sencillez no es otra cosa que el sentido común, de esta manera se puede decir que una sencillez autentica no suprime lo defectos, sino que los hace más soportables, que hace a la sencillez una virtud y a la misma vez una gracia.
Conclusión
Una lectura que cambio mi manera de ver algunas cosas de la vida diaria, que tal vez yo pensaba que estaban bien y pues ya veo que no del todo, hay que aprender a ver las cosas más a fondo, y no quedarnos con lo primero que vemos, sentimos o percibimos, sin duda una de las mejores lecturas sino es que al mejor que me han dejado un gran aprendizaje para mi vida diaria y lo que resta de ella.
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