DIVULGACIÓN CIENTÍFICA EN MËXICO

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La divulgación científica específicamente en la UNAM se vuelve parte de la academia en un sentido institucional, sin embargo hasta hoy no deja de ser poco apreciada del quehacer científico; aquí ocurre un fenómeno interesante, un discurso doble por parte de la comunidad científica: por un lado, la “corrección política” que hace abogar por la democracia y la participación del público en la crítica y los debates sobre asuntos de ciencia. Pero por otra, la tradición hermética y soberbia que desea conservarse, disimulada por cierta “tolerancia”, desafortunadamente parte de esa escasa valoración ha sido propiamente fomentada por la misma comunidad de divulgadores.

En cuanto a los medios masivos de divulgación mexicana podemos encontrar varios, entre ellos la radio y la televisión, que guardan espacios de cobertura periodística para la ciencia y la tecnología, no obstante no dejan de tener un carácter más bien “noticioso”, siendo poco claros y dispersos en sus contenidos. Por otro lado la televisión comercial ha permanecido esencialmente impermeable a toda forma de periodismo de ciencia que no provenga de las agencias internacionales de noticias o de emisoras estadounidenses. Incipiente y limitado, pero (el periodismo de ciencia) existe. Desafortunadamente resulta obvio que la televisión en México dista mucho de ser un canal importante para la divulgación.

De lo anterior puede concluirse que los medios masivos no desempeñan el bondadoso papel que algunos educadores soñaron, sino todo lo contrario; y de toda la cultura, la ciencia lleva la peor parte, creando una desintegración entre la cultura científica de nuestro país y la cultura general de la población.