Desarrollo sustentable Etica y valores.

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El desarrollo económico de nuestros países se ha fundamentado en la explotación, hasta el abuso, de nuestros recursos naturales renovables y no renovables. Los recursos naturales seguirán siendo fundamentos para el desarrollo, pero ahora habrá que utilizarlos racionalmente o dicho desarrollo será no sustentable y por lo tanto no será desarrollo, pues no puede llamarse “desarrollo” al conjunto de actividades que tiendan a la destrucción de la materia prima de la que se abastece.

En nuestros países nos enfrentamos a una serie de retos que debemos solucionar, si queremos mantener un desarrollo real. Actualmente y a lo largo del tiempo hemos acumulado un sinfín de problemas ambientales cuyas principales son:

Contaminación atmosférica asociada a las áreas urbanas, a la industria, a la minería y a la generación eléctrica. En muchas localidades, las emisiones y las concentraciones ambientales de material particulado, óxidos de nitrógeno y de azufre, monóxido de carbono, hidrocarburos y contaminantes peligrosos, como el plomo y el arsénico, superan la normativa nacional o las recomendaciones internacionales con un alto costo y riesgo para la salud de la población.

Altos índices de contaminación hídrica, por la disposición sin tratamiento de residuos líquidos domiciliarios e industriales. Lo anterior ha afectado significativamente a los cursos de agua, como ríos, lagos y borde costero, así como ha generado contaminación de aguas subterráneas.

Inadecuado manejo del crecimiento urbano y sus principales derivados, entre los cuales destacan los altos índices de contaminación, la escasez de espacios de contacto con la naturaleza, áreas verdes, de esparcimiento y recreacionales.

Inadecuado manejo y disposición de residuos sólidos, domésticos e industriales, particularmente los peligrosos, lo que hace de este tema uno de los desafíos principales de la gestión ambiental.

Erosión y degradación de suelos, por la aplicación de técnicas silvoagropecuarias deficientes, crecimiento urbano y manejo inadecuado de residuos sólidos. En Chile, los procesos de degradación del recurso suelo han actuado durante siglos, en particular sobre la disponibilidad de suelo agrícola productivo y las cuencas hidrográficas.

Amenazas al bosque nativo por sobreexplotación y carencia de medidas adecuadas de protección. El crecimiento sin consideraciones ambientales de la actividad forestal, la extracción de leña y la fabricación de carbón amenazan la sustentabilidad del recurso y la diversidad biológica.

Pérdida de recursos hidrobiológicos e hidrogeológicos. Debido a procesos de explotación excesiva de determinadas especies se han producido situaciones de agotamiento de la biomasa.

Deficiente gestión de sustancias químicas peligrosas. Su uso creciente, sin la existencia de medidas integrales para prevenir la contaminación, hace que los riesgos para la salud humana y las emergencias ambientales puedan presentarse en forma catastrófica".

Todas estas manifestaciones generan una presión para la preservación oportuna de la calidad, y en las cantidades adecuadas, de los tres recursos naturales vitales y básicos: el aire, el agua y el suelo.

Nuestros gobiernos al ver tal descontrol se comprometieron a la aplicación de una serie de normas ambientales internacionales, tales como:

- Convenio de Basilea, sobre el movimiento transfronterizo de materiales y desechos peligrosos.

- Convención de Lucha contra la Desertificación.

- RAMSAR, sobre la protección de los humedales.

- Convención sobre la Diversidad Biológica.

- Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.

- Convenio de Viena, sobre la capa de Ozono.

- Programa de Trabajo Agenda 21.

- CITES, sobre comercialización de las especies protegidas.

- Protocolo de Montreal, sobre sustancias agotadoras de la capa de ozono.

Lamentablemente la mayoría de los acuerdos y compromisos no se han cumplido, pero en el futuro inmediato deberán ponerse en práctica; sea por la presión social para la conservación e incremento de la calidad de vida de los ciudadanos o por el choque irremediable con la realidad. Las causas indirectas han sido y son: el lucro, sistemas agrícolas irracionales, consumo desmedido, procesos de desertificación y salinización de los suelos, catástrofes artificiales e incluso las naturales, incendios, sequias, falta de voluntad política y la incapacidad de los diligentes; hasta la fecha solo obtenemos un Desarrollo irreal insostenible.