ENSAYO SOBRE LA DEMOCRACIA EN AMÉRICA LATINA.
Enviado por klimbo3445 • 4 de Abril de 2018 • 1.840 Palabras (8 Páginas) • 562 Visitas
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Muchos pensaron, y con fundamentos válidos, que la democratización de la región sería pasajera, y a pesar de las crisis económicas que han golpeado a América Latina los últimos 30 años, aunado con el crecimiento de la pobreza y la desigualdad en muchos países de la región, la democracia se ha logrado mantener, no sin antes vivir varios acontecimientos que la han hecho temblar, por ejemplo, las intentonas golpistas en Venezuela (1992 y 2002), Perú (1992), Paraguay (2000), Haití (2004), Bolivia (2008), Honduras (2009) y Ecuador (2010).
Actualmente en la democracia de América Latina se continúan celebrando elecciones libres, pero con una característica novedosa: la nueva izquierda ha demostrado que puede ganar. Efectivamente, uno de los acontecimientos más destacados de los últimos años ha sido el aparecimiento de la que muchos analistas han acabado llamando la “ola rosada” latinoamericana. Los candidatos de centroizquierda han logrado superar la resistencia de las élites consolidadas, la desfavorable oposición de Estados Unidos y, de manera especial, las dificultades institucionales de cada uno de sus países.
Comenzando con Venezuela en 1998, la región fue testigo de una oleada de triunfos electorales de la izquierda en Brasil, Argentina, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Paraguay, donde Fernando Lugo, ex obispo católico y defensor de la teología de la liberación, gano las elecciones y puso fin al reinado de 62 años del Partido Colorado, el equivalente en ese país del PRI mexicano y de AD en Venezuela.
Este movimiento de izquierda, a diferencia de sus antecesores a nivel mundial, tiene una tendencia democrática, debido a que todos sus dirigentes llegaron al poder por medio de elecciones, salvo los gobiernos de Chávez y Maduro en Venezuela, que se han inclinado más hacia direcciones autoritarias, los demás no buscan el cambio revolucionario, sino que mantiene un amplio compromiso con la justicia social, el apoyo a los pobres y un sistema mundial compasivo. Se puede afirmar entonces que la nueva izquierda en América Latina representa un conjunto de valores más que una ideología bien definida, se tendrá que esperar para asegurar si estos triunfos son el inicio de una nueva época en la región, o solo fueron acontecimientos aislados, que existieron por el descontento de los pueblos con los partidos políticos tradicionales.
Para el futuro se empiezan a contemplar en América Latina nuevos actores políticos que cumplen un rol de mayor influencia en las decisiones de los gobiernos, la llamada sociedad civil, compuesta por grupos organizados políticamente desde la sociedad, que presionan y buscan influir en la vida democrática de sus países, aunque esto no es exclusivo, encontramos también otros actores como las corporaciones, fundamentalmente económicas, que han incrementado su capacidad de influencia política.
Es claro que la sociedad latinoamericana ha adquirido un rol más relevante, en parte como resultado de los procesos de cambio político de los años 90, donde la reestructuración de las instituciones generó una torcedura de las formas de control existentes. También es resultado de un proceso de transformación de los partidos políticos. En ese sentido, como ya se mencionó anteriormente, los partidos ocupan lo político, lo corrupto, lo pasado, y la sociedad civil lo bueno, lo legítimo, lo limpio en términos de control, esto le ha abierto más espacios y potencialidades, pero al mismo tiempo ha alterado las posiciones de unos y otros.
Para concluir, en América Latina hacen falta regímenes democráticos que garanticen la participación ciudadana y un Estado eficaz que logre diseñar políticas adecuadas, lo cual permitan reducir la grieta entre pobres y ricos, y aumentar la cohesión social y la participación ciudadana.
Esto solo será posible si se logra mantener y promover la participación de la sociedad civil en la toma de decisiones y en la vida democrática de cada país, y en el aumento de la confianza en los partidos políticos, que son los encargados de lograr dichos objetivos y que contribuyen a la integración de la representación nacional.
Los partidos deben ser capaces de seleccionar su liderazgo con criterios que vayan más allá de los métodos tradicionales, buscar líderes en la base de sus seguidores y concientizar a todos los ciudadanos que los problemas que padezcan no serán resueltos por un caudillo o líder omnipotente, sino por la voluntad y disposición de cada uno de los habitantes del país.
Igualmente, se debe aumentar la confianza en los gobernantes e instituciones del Estado, ya que sólo a través de políticas económicas y sociales puestas en dirección hacia la equidad y la famosa justicia social,se pueden aumentar las oportunidades para que la ciudadanía participe en la democracia y en el poder. Sólo acciones constantes y sólidas de fortalecimiento institucional y de reconstrucción del Estado pueden extender la democracia entre la población y aumentar la percepción de que tiene un contenido real, una calidad diferencial y unas ventajas constantes. De esta manera se puede lograr el equilibrio necesario entre democracia, desarrollo humano y ciudadanía completa la cual se encuentre integrada en el Estado.
BIBLIOGRAFÍA:
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- UNITED NATIONS DEVELOPMENT PROGRAM, Human Development Report, 2004, UNDP, Nueva York, 2004.
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