El Valor Pedagógico de la Investigación.

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En Colombia a la investigación se le ha dado un valor relevante en la educación superior, porque se ha destinado como medidor de la calidad de la misma. Por eso cabe preguntarse ¿por qué en las instituciones de educación superior se investiga tan poco? No es un asunto que se dilucide completamente en el texto de lectura, sin embargo, es importante lo que se dice al respecto. No cabe duda, que las anteriores generaciones de colombianos han transmitido conocimiento a las nuevas generaciones, pero puede presumirse que no las prepararon para investigar. Habrá de tenerse en consideración cuáles son los intereses de los jóvenes aprendices de la sociedad moderna, la preocupación recae allí, porque a pocos les interesa el quehacer investigativo para obtener conocimiento teórico y práctico, y es por esto que la investigación debe ser una prioridad en la labor pedagógica.

En los pensum de las carreras universitarias de Colombia los cursos de metodología de la investigación priman sobre muchos otros, pero estos cursos son incipientes o tienen a penas un valor subsidiario en la formación de investigadores si no se tiene en cuenta que sólo se puede aprender a investigar en la práctica, es decir, investigando.

En el texto se trae a colación lo que la profesora Diana Obregón dice al respecto: “Los profesores tenemos una tarea inapreciable que cumplir contribuyendo a desarrollar en los estudiantes los hábitos de la construcción de preguntas claras, precisas y pertinentes, de la observación, del trabajo sistemático y con propósitos claros, de la labor coordinada en equipo y de la imaginación y de la creatividad… Pero estas tradiciones no se desarrollan a través de cátedras de metodología, sino como forma de vida… como un «oficio»”[3]. Es necesario entonces desear investigar.

Como se indicó al inicio del informe, en la relación maestro – aprendiz, el protagonista es el aprendiz, por eso, se ha mencionado que para investigar, se debe desear investigar. El maestro debe actuar como un guía no represor, porque la imaginación, la exaltación y la inquietud deben supurar del deseo del aprendiz, por eso se dice que “la educación debe orientarse entonces no tanto hacia el enseñar como hacia el dejar aprender, que no es otra cosa que dejar investigar: descubrir, inventar, imaginar”[4]. De aquí se desprende el verdadero valor pedagógico de la investigación, que el arte de investigar no se utilice solo para corroborar la calidad de la educación superior en Colombia, sino que se parta de la necesidad que se tiene de estimular a los aprendices para que investiguen por convicción y no por obligación, porque podemos seguir ocupando los espacios vacíos en los planes de estudio con cursos de metodología de la investigación, pero no conseguiremos que nazcan verdaderos investigadores en el ámbito social y educativo.

LAURA ESTELLA PINEDA CORCHO

C.C. 1.128.407.033

El Oficio de Investigar Grupo. 02 MJ 8 – 10

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