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El bosque.

Enviado por   •  5 de Marzo de 2018  •  1.249 Palabras (5 Páginas)  •  239 Visitas

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Yo estaba escondido tras los arbustos, tratando de evitar su mirada, aquel pequeño solo se quedaba viendo lo que sea que tenía enfrente de pronto sus ojos apuntaron hacia mi, ese niño tenía una mirada que casi me congela el alma.

Me acerqué a él, seguía quieto, en el lugar donde había estado todo ese rato, le pregunté si sabía dónde me encontraba me quedo viendo a los ojos, con aquella mirada tenebrosa y lo único que dijo fue...

-Voy a ayudarte, pero antes necesito que tú me ayudes.

Me señaló una pequeña madriguera y hablo de nuevo.

-Necesito lo que hay ahí.

No lo cuestioné, tenía que hacerlo si quería saber algo de lo que pasaba conmigo.

Me acerqué al pequeño agujero no me quedaba más opción que meter la mano ahí, no sabía de qué clase de animal era, si era peligroso o no, pero no me quedaba otra opción.

Comencé a introducir mi mano en la pequeña madriguera, no sentía nada solo tierra h pequeñas piedras pero no sentía más, solo eso, decidí introducir todo mi brazo y ahí estaba, un pequeño animal peludo, tenía duda de si era un conejo, una comadreja o cualquier pequeño animal, sentía sus orejas, eran largas, sin duda era una liebre. No hizo ningún esfuerzo.

Era una pequeña liebre blanca con ojos y nariz roja, aquel niño solo lo veía sin ninguna expresión en el rostro se lo di en la mano, lo tomo de la garganta y me pidió la navaja que había encontrado, como sabía el lo que había encontrado. Tomó la navaja y comenzó a abrir el abdomen, aquel pobre animal no hacía nada, se inmutaba.

Algo comenzaba a salir de aquel conejo, sangre y pelo salían del animal, yo solo podía ver con asco y lastima lo que pasaba. De ese conejo blanco salía otro animal, difícil de identificar por toda la sangre. Una especie de perro salía del conejo, logre identificarlo.

El perro se levantó, lleno de sangre, tenía los ojos rojos como el conejo, e igual que el pequeño solo se mantenía observándome.

Estaba asustado, asqueado y preocupado.

El pequeño niño me dijo que me enviaría a casa, solo me enviaría allá si le daba una manzana roja, no sé si sabía que tenía una pero decidí sacarla de mi bolso, se la di y el niño la tomo y se la comió, su rostro cambió a una sonrisa perversa, se acercó a mí y dijo...

-Ve a casa...

En eso momento aquel perro se lanzó contra mi, trataba de morderme la garganta, por suerte lancé mi brazo y el perro lo mordió en lugar de a mi cuello, su mordida se sintió como tener un millar de clavos ardientes, se alejó rápidamente, me levante y salí corriendo, el niño y el perro me perseguían frenéticos, aquel gran animal me lanzó un zarpazo y destruyó mi bolsa, las cosas que aún quedaban ahí cayeron al suelo.

Mi vista se nubla a y mi cuerpo dejaba de responder, me acurruqué en un árbol, en niño ya no era un niño, si no una extraña sombra, estaba parada adelante de mí.

-¿Qué eres?. Pregunté.

-La muerte. me respondió

Mis ojos se cerraron.

Abrí los ojos, como en aquel bosque, no estaba muerto, me dolía la cabeza, a diferencia de la primera vez, me encontraba en un hospital, logre ver a una enfermera, se acercó a mí corriendo y lo único que grito fue que había despertado del coma.

No estoy muerto, pero lo estuve.

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