El suelo es el escenario de un balance entre el reciclaje de residuos orgánicos de las plantas y la descomposición por los organismos del suelo.

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En Colombia León et al. (1996) compararon las características de suelos volcánicos bajo pastos con suelos de plantaciones de Pinus patula de 15 años de edad y de Eucalyptus grandis de 2 y 5 años de edad. No pudieron encontrar diferencias consistentes entre los suelos de las plantaciones y de los pastos, excepto por el pH, que mostró valores más bajos en las plantaciones de Pinus patula.

Moreno (1987) hizo una comparación entre suelos ándicos bajo cobertura de bosques naturales, de potreros y de plantaciones de Pinus patula mayores de 10 años de edad, en el Altiplano de Popayán, a 1700 m. Las conclusiones más importantes que lograron indican que los potreros sin plantación tenían valores negativos de porosidad, infiltración, pH, CIC efectivo, Mg y K y Al intercambiable respecto a bosques naturales, mientras que las plantaciones de pino tenían valores intermedios. Otras variables no mostraron diferencias significativas. Estos cambios químicos producidos por las plantaciones forestales no se consideraron drásticos, y según el autor pueden compensarse fácilmente mediante el manejo.

Las principales diferencias entre el pinar de Lillo de más de 40 años y los robledales en términos de pH y materia orgánica, la mayor acidez aparece en el pinar de Lillo y en los hayedos, mientras que los pinares de repoblación y los robledales muestran valores de pH más elevados, con diferencias superiores a 1 unidad entre ambos grupos. El efecto de las diferentes especies de arbolado en el pH del suelo es muy significativo en los primeros 10 cm del suelo. Estas diferencias entre las distintas formaciones fueron explicadas por la baja tasa de descomposición de la hojarasca, que coincide con una mayor acumulación, aumentando la producción de ácidos orgánicos y retrasando el retorno de los cationes básicos al suelo. Los valores más elevados de materia orgánica se encontró en el bosque natural de Pinus sylvestris, la edad del bosque influyó en la acumulación de materia orgánica. En el contenido de nitrógeno y cationes asimilables no se encontraron diferencias significativas entre las especies, aunque las mayores concentraciones de Ca, Mg y K aparecen en las frondosas, (Marcos et al. 2008).

En el estudio “Efectos ambientales de las forestaciones de eucaliptos en el nor este Entre Ríos” realizado por Díaz, et al. (2006) en Argentina, registraron mayores contenidos de materia orgánica en suelos bajo pradera, para profundidades de 0 a 10 cm y de 10 a 20 cm, mientras que bajo forestación con eucalipto registraron menores tenores de materia orgánica. En relación al fósforo asimilable, existen diferencias, los contenidos son menores bajo el eucalipto, en comparación a los suelos bajo pasturas, las diferencias son estadísticamente significativas, solamente en los primeros 10 cm del suelo. Con respecto a la diferencia entre usos para cada profundidad, valores de Ca y K determinaron que fueron menores en el eucalipto que los registrados en la pradera, con diferencias estadísticamente significativas para las dos profundidades. Comprobaron una reducción del pH a ambas profundidades, en el caso de las plantaciones observaron una tendencia a la reducción en el pH de 5,63 a 4,20. En cuanto a las propiedades físicas de los suelos bajo uso forestal no encontraron efectos negativos durante la fase de desarrollo de las forestaciones, por el contrario han determinado valores de densidad aparente menores bajo plantación de eucalipto que bajo pradera.

El estudio de “Plantaciones de eucalipto degradan suelos y emiten carbono”, realizado en Uruguay, determinaron que las plantaciones de eucalipto en los mismos tipos de suelos de praderas, registraron resultados de pH muy por debajo de los suelos de praderas con valores de 4,5, que los definen como “fuertemente ácidos” comparados con valores de 5,5 de suelos de praderas. Indican que un punto de diferencia de pH (5.5 versus 4.5) es mucho, pero sobre todo, que un pH de 5 representa un umbral; es decir, que por encima o por debajo de ese valor ocurren cambios significativos en el suelo (que no ocurrirían si el cambio fuera de 7 a 8 o de 3 a 4), tales como cambios en su Capacidad de Intercambio Catiónico, propiedad muy ligada a la fertilidad del suelo. La acidez fue más alta en la primera capa del suelo (lo que se denomina horizonte A) y si bien disminuyó algo en las capas más profundas (horizonte B), fue igualmente el pH más bajo que en las praderas. El bajo pH alcanzado determinaron un notorio aumento de aluminio en el suelo, concentración que podría resultar tóxica para una mayoría de especies vegetales nativas. Indican además que ciertas especies de plantas que habitaban esos suelos, bajo eucaliptos- se encontraban inapropiadas para su supervivencia. Sin embargo, observaron que hay especies que sí lograron adaptarse a las nuevas características del suelo, como fue el caso de la “gramilla brava” (Cynodon dactilon), una especie exótica invasora. Para los microorganismos, estos cambios serían incluso más graves, debido a que fueron muy sensibles a los cambios fisicoquímicos del suelo. Además señalaron que un ambiente más ácido era un factor que contribuía a la proliferación de hongos, en particular, los basidiomicetes, (Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales, 2008).

En Colombia, Rubiano y Garzón (1989) citado por CONIF (1998), compararon el efecto de las plantaciones de 35 y 18 años de edad y praderas de Pennisetum clandestinum sobre algunas propiedades físicas y biológicas de suelos Typic Distrandept y Lithic Ustic Humitropept ubicados en regiones de clima húmedo (alto del Vino) y seco (Ubaté) en el departamento de Cundinamarca, sobre terrenos inclinados (entre 25 y 50% de pendiente).Los resultados fueron negativos en cuanto al efecto que tienen las plantaciones de Eucalyptus globulus en la estabilidad estructural de los suelos hasta 20 cm. de profundidad en los dos sitios de estudio. La influencia fue más acentuada en la zona seca, en donde la densidad aparente, la porosidad y la retención de humedad, fueron afectadas por la especie respecto al testigo, mientras que observaron un efecto regulado en la zona húmeda, al parecer por la presencia de ceniza volcánica en el suelo y los altos contenidos de materia orgánica. Igualmente se reportaron efectos negativos en la presencia de macrofauna del suelo, y en la producción de especies vegetales bajo los eucaliptos.

León et al. (2010) en su estudió “Efecto de plantaciones de pino en la artropofauna del suelo de un bosque alto andino”, en Bogotá – Colombia, concluyeron que las plantaciones exóticas forestales causan reducción de la diversidad, alteran la dinámica y la estructura trófica de las comunidades del suelo, efectos que persisten a largo plazo. Para todos los estratos, la