Ensayo sobre la Construcción Social de la Realidad de Berger y Luckmann
Enviado por tolero • 12 de Abril de 2018 • 2.989 Palabras (12 Páginas) • 790 Visitas
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En la socialización el individuo aprende uno de los elementos fundamentales para poder desarrollarse como un ser social, el lenguaje, que constituye el código de enlace con los otros, el lenguaje posee una gran carga signicativa pues a través de él se manifiestan valores afectivos de carácter colectivo, es mediante el lenguaje como el individuo realiza, fundamentalmente, interacción con los otros en su mundo social por lo cual el lenguaje se convierte en un puente de enlace con la humanidad.
Cuando el individuo comprende que existe un mundo fuera del de sus padres y puede generalizar al otro, teniendo plena conciencia de la existencia del yo y de un mundo exterior, culmina el proceso primario de socialización, y ahora le toca experimentar la socialización secundaria, el individuo internalizará la sociedad como un conglomerado de instituciones, y se sumergirá dentro de diversos submundos institucionales.
La sociedad funciona como una red de instituciones que establece la estabilidad social ya que dichas instituciones funcionan como mecanismos mediante los cuales los individuos se adaptan y aceptan las normas de la sociedad, en este sentido las instituciones son un ente ordenador que orienta el comportamiento humano. Así, podríamos decir que las instituciones de una sociedad formal una Red Moral que la sostienen, garantizando con su correcto funcionamiento, el orden y la armonía de dicha sociedad. En esta socialización la carga afectiva que permitía la socialización primaria se ve reemplazada y el conocimiento se genera en un mundo distinto al familiar.
En esta socialización juega un papel muy importante la comprensión de los roles y su plasticidad, como actor social el individuo debe desarrollar distintos roles dependiendo de la situación en la cual se encuentre y aceptar dichos papeles como parte de una agrupación social donde los roles también se han institucionalizado procurando el equilibrio.
Al enfrentarse al mundo, el ser humano que por cierto es una de las criaturas que nace de forma más prematura puesto a que culmina su proceso de formación biológica ya después del proceso de alumbramiento y no dentro del útero materno como el resto de los mamíferos, así pues al llegar al mundo los humanos vivimos un proceso de formación tanto orgánica como social, en las palabras de Savater “El ser humano no es una descripción biológica sino también un proyecto cultural (…) Los humanos nacemos del útero materno pero después debemos nacer en el útero social y construirnos como humanos por medio del lenguaje, de la socialización” (Revista Teína, 2006)
La formación social del individuo, según los autores de la construcción social de la realidad, se da en tres momentos que no guardan ningún orden específico sino que se vienen a dar en forma dialéctica durante toda la vida del individuo. Estos tres momentos son la internalización, la externalización y la objetivación; el primero de estos obviamente debe darse de manera primogénita en todos los individuos pues al llegar estos al mundo se da un proceso de aprendizaje, e interiorización de todos los constructos sociales, empezando por el lenguaje hasta llegar a entender el funcionamiento complejo de las distintas instituciones que rigen el comportamiento dentro de su realidad, de allí nace la propuesta ontológica de los autores que nos hablan acerca de una apertura del ser humano al mundo, pero también nos hablan de un cierre parcial al mundo pues esa apertura está siempre precedida por un orden social determinado que viene a delimitar la realidad social que conocemos.
Así mismo la externalización es planteada por los autores como una necesidad antropológica basada en el anclaje biológico y su desarrollo ontogenético pues la relación del organismo con el ambiente le exige especializar y dirigir sus impulsos para generar un contorno estable a su comportamiento, pues estos impulsos son de naturaleza inespecífica y carente de dirección lo cual no le permite al individuo humano aplicar su constitución a campos de actividades muy amplios y que además cambian constantemente, si bien esto no explica totalmente el momento de la exteriorización nos da una idea desde la perspectiva biológica para entender la institucionalización y el orden social.
Y finalmente el individuo legitima estas prácticas humanas y las institucionaliza por medio de la habituación y las convierte en prácticas objetivas naturales y por ende les otorgan la falsa característica de permanente, para que presenten un carácter estable y rígido, es decir termina por presentar al mundo y a si mismo una realidad objetiva.
Berger y Luckman plantean que el ser humano se produce a sí mismo, en cuanto no sólo posee un cuerpo como todos los animales no humanos pero también se experimenta como entidad, esto de ninguna manera hace referencia a la visión abstracta del hombre solitario, mas bien busca establecer que los seres humanos creamos en conjunto por medio de la externalización una serie de prácticas, las cuales objetivamos por medio del lenguaje, las tipificamos, habitualizamos y legitimamos, por medio de la repetición de algunas prácticas específicas en la búsqueda de una economía cognitiva y liberar al individuo humano de la toma de decisiones y de la complejidad del mundo social, para así hacerlas parte de una institución objetiva que va a establecer ciertas pautas de comportamiento, para establecer el orden social, entre otras cosas. Pero curiosamente los seres humanos no se consideran constructores de estas culturas, sólo se consideran parte de algo que los antecede y los sobrevivirá.
Así pues no sólo se interiorizan una serie de prácticas humanas pertenecientes a un grupo social, donde la tipificación reciproca como lo llaman los autores requieren de una historicidad pues no pueden crearse en un instante, requieren de una repetición si se quiere hasta metódica de ciertas prácticas; la tipificación no es más que la creación de una serie de recetas para el comportamiento dentro de un grupo determinado.
Además de interiorizar y tipificar dichas prácticas, los seres humanos las externalizan, volviéndolas hábitos y con el reconocimiento de las otras instituciones, terminan por institucionalizarse en si misma, vale destacar que el proceso de legitimación debe darse según los autores por los otros (el alter) y no por los individuos pertenecientes al mismo grupo como se tiene tendencia a creer. Para en una dialéctica constante terminar por objetivarse de estas prácticas pues las considera algo que los antecede, hasta más allá de la constitución de la persona, es decir no se consideran en ningún sentido constructores de su realidad sino más bien consideran que esto obedece a una especie
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