Evaluaciones de toxicidad.

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En el esquema se muestra una en que el animal se introduce totalmente en el ambiente contaminado. No es la más deseada porque tiene la desventaja de que el pelo de los animales queda contaminado con un compuesto tóxico, lo que debe tenerse en cuenta para conducir el experimento en los períodos de no exposición, aunque tiene la ventaja de que es representativa de los ambientes naturales de exposición.

Otra es la oro - nasal, que se prefiere porque se limita la exposición a la vía oral e inhalatoria. En estas cámaras cada animal está encerrado en un compartimiento independiente de la cámara en una disposición en que solo la región nasal de la cara queda ubicada en el orificio por donde circula el aire contaminado por el tubo central de la cámara, como se muestra en la figura 2.

El otro aspecto de gran importancia y dificultad para conducir los ensayos por la vía inhalatoria es disponer de un sistema de control analítico para medir la concentración del contaminante que sea apropiado. Esto significa que sea sensible, sencillo, económico y reproducible. Que sea capaz de brindar la información requerida en un corto período de tiempo para poderlo aplicar varias veces durante la conducción del ensayo.

Entre los ensayos que se pueden usar están las técnicas de espectroscopia infrarroja, (IR), ultravioleta, colorimétricas en la zona visible, cromatografía gaseosa y otras. Las técnicas que consumen mucho tiempo, como aquellas que requieren la concentración previa del analito no deben usarse, ya que se requiere registrar esta información en cortos períodos de tiempo y varias veces.

Toda técnica que se utilice debe ser previamente validada incluyendo los métodos que se utilicen para el muestreo, que debe ser muy exacto, para evitar las pérdidas que falseen los resultados. Los puertos de las cámaras de inhalación por donde se extraigan las muestras deben estar bien resguardados, de modo que no cambie la concentración de equilibrio que se logró inicialmente en la cámara.

Es apropiada la toma de muestras a través de tapones de goma que puedan pincharse para la extracción. La velocidad de flujo de aire debe ser ajustada para asegurar que las condiciones dentro del equipo son siempre las mismas. Si se mantiene una ligera presión negativa dentro de la cámara, o fuera de ella, como puede ser el uso de una campana extractora, se puede evitar la perdida de la sustancia de ensayo en el área circundante que provocaría la contaminación de los locales de trabajo, el riesgo a los operarios que conducen los ensayos y la contaminación de los animales controles que se inutilicen en el ensayo.

Las concentraciones usadas deben ser suficientes y usualmente son tres, separadas de modo que permita obtener un gradiente de efectos tóxicos y producir una curva de mortalidad que permita determinar la CL50 . En el caso de sustancias de ensayo potencialmente explosivas, hay que verificar cuales concentraciones son permitidas para que no ocurra ningún accidente.

Ensayo limite, tiempo de exposición y período de observación

Se considera el ensayo a 5 mg/L como el de máxima concentración respirable posible. En ocasiones no es posible efectuar ensayos a tan alta concentración debido a las características químicas, físicas y toxicológicas de la sustancia de ensayo.

Cuando esto ocurra, se buscará la máxima concentración posible. El periodo de exposición se mide a partir de que se logre equilibrar la cámara a la concentración seleccionada para el contaminante.

Esta concentración tiene que ser verificada previamente mediante la determinación analítica seleccionada para estimar la concentración del contaminante. El periodo de observación debe ser de al menos 14 días.

Sin embargo, la duración de las observaciones no se debe fijar con rigidez. Deben ser determinadas por las reacciones toxicas que se observen, la velocidad en que aparecen y el periodo de recobrado, y pudiera incluso extenderse si fuera necesario. Es muy importante registrar el tiempo al cual los signos de toxicidad o muertes aparecen.

Procedimiento para los ensayos

Los animales se pesan antes de efectuar el experimento y el agua y los alimentos se retiran durante este procedimiento. Cada animal debe observarse a diario procurando efectuar la necropsia o refrigerar aquellos animales que fallezcan para que sean necropsados. Debe observarse los cambios en la piel, ojos, membranas mucosas, respiración, circulatorios, sistema autónomo central y actividad somato motora. Son importantes la aparición de temblores, convulsiones, salivación, diarrea, letárgica, sueño y coma.

El peso de los animales debe registrarse semanalmente luego de la exposición y antes del sacrificio. Deben registrarse los cambios macroscópicos fundamentalmente del tracto respiratorio o de otros órganos que se sospechen involucrados.

Puede considerarse el examen microscópico si se espera obtener información útil. Los datos se recogen en tablas, que incluye el número de animales utilizados, el tiempo de defunción de los animales y el nivel de exposición, descripción de los efectos tóxicos y los hallazgos de la necropsia. Deben ofrecerse datos como la velocidad de flujo a través del equipo, temperatura y humedad, concentración nominal (se refiere a cantidad de sustancia dentro del equipo por volumen de aire).

De los animales se debe dar la especie y línea, respuesta por sexo y por nivel de exposición. Otro ensayo relacionado es la evaluación del riesgo por la manipulación de sustancias volátiles o sustancias de ensayo sólidas que sublimen. Para ello se debe primero identificar la sustancia en cuestión así como determinar su grado de pureza, conocer se presión de vapor y su temperatura de ebullición, así como su posibilidad de explosión. El riesgo de manipular sustancias volátiles no solo depende de su toxicidad, sino también de su volatilidad. Para caracterizar el riesgo, no es suficiente realizar la CL50 , sino considerándolo junto a la volatilidad de la sustancia.

Esto significa que es igualmente riesgoso manipular sustancias muy volátiles de baja toxicidad, por su poder asfixiante, que sustancias menos volátiles de elevada toxicidad, debido a su letalidad.

Conclusiones

La vía inhalatoria ofrece información valiosa en las enfermedades de las vías respiratorias, muchas de origen tóxico. A pesar de las dificultades reales que represente la evaluación de esa vía para evaluar los tóxicos ambientales, no son inalcanzables y pueden ponerse a punto. [pic 1]

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