Hace muchos años, no importa cuántos exactamente, en un reino muy lejano vivía un dragón llamado Maxgón, era muy grande y cambiaba de colores cada vez que lo deseaba
Enviado por Albert • 5 de Septiembre de 2018 • 1.316 Palabras (6 Páginas) • 461 Visitas
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El rey había enviado dos espías tras ella, para que la vigilaran, así sabrían cuando podían atacar. El rey no desaprovecharía esta oportunidad.
Al llegar a la entrada del Valle Mágico, pudo notar lo muy hermoso que se veía. Había un gran arco hecho con las hojas de los árboles y un gran letrero que decía en letras doradas ‘’Valle Mágico’’. Pudo visualizar los grandes robles que había a lo lejos y sonrió para sus adentros, quería entrar, así que bajó de su caballo y lo tomó de las riendas para dirigirlo hacía aquel bonito arco.
- ¿Hola? – gritó la princesa.
La princesa vio que algo se movió a su derecha al cruzar a través del arco, lo miró fijamente, pero solo parecía ser una roca enorme, nada de qué preocuparse, continuo caminando.
- ¿Hola? – dijo – No les haré daño, pueden salir.
- ¿Quién eres tú? – dijo una gran voz.
La princesa vio hacia su derecha, la roca hablaba, pero no era exactamente una roca, era un… NO ERA POSIBLE, era un dragón, bastante enorme a decir verdad, era de color gris, tenía un par de cuernos y se veía totalmente aterrador.
- Soy… soy la princesa – dijo tartamudeando.
- ¿Por qué estás aquí? – dijo levantándose y abriendo sus alas.
- Yo, bueno, yo…
- ¿Vienes a hacer lo mismo que tu padre? – preguntó - ¿Robar?
- No, por supuesto que no. – dijo soltando su caballo – Siempre había querido venir, quería conocerlos, conocer el Valle como tal.
El dragón parecía confundido, como si nunca esperara escuchar esas palabras provenientes de un humano, y este no era cualquier humano, era la princesa.
- ¿Por qué? No lo entiendo – preguntó - ¿Qué los humanos no nos odian o tienen temor?
- Bueno, no, yo no – dijo ladeando la cabeza de lado a lado – pero, es cierto, las personas les tienen temor por ser…
- ¿Ser qué? – alzó mucho la voz.
- Diferentes.
El dragón se quedó inmóvil pensando en lo que había acabado de decir la princesa, para él tenía sentido. Mientras hacía esto, la princesa pudo notar que el dragón cambiaba del color gris a color celeste.
- Tu piel está cambiando – señaló la princesa.
- Oh si – miró el dragón a su cola – me pasa todo el tiempo.
- ¿Cuál es tu nombre?
- Soy el dragón Maxgón.
- ¿El famoso guardián del que mi padre habla tanto? – abrió los ojos.
- Si, tu padre y yo somos buenos amigos – sonrió el dragón.
La princesa sonrió ante las palabras de Maxgón y pensó en que podría estar pensando su padre si pudiera verla hablando con su enemigo mortal.
- Entonces, ¿puedo quedarme? Solo serán algunos días, deseo conocer tanto este Valle.
- Debes jurar que no lastimaras a ningún ser mágico que vive aquí y que no te llevaras nada, todo lo que veas después del arco hasta las más altas montañas – señaló con su pata tres montañas altas lejos de donde estaban – pertenece al Valle Mágico.
- Lo juro.
- Bien – dijo el Maxgón estirándose un poco – yo te mostraré todo el Valle en los siguientes días, ya que soy el guardián y bueno, eres alguien de afuera.
Maxgón tomó las pertenencias de la princesa y las subió a su lomo el cual estaba de un color verdoso.
- Sube – dijo – te llevaré a mi cueva.
- ¿Qué? – dijo asustada – ¿No podemos ir caminando?
- Si, si quieres llegar en tres días – se rió.
La princesa resopló y se subió al lomo de Maxgón, que era más suave de lo que parecía.
- Sontente – abrió su alas y se saltó.
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